Imagine Dragons arrasan en París
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Desde que en 2013 la revista Billboard hablara de Imagine Dragons como "la banda revelación del año", la popularidad de este grupo de Las Vegas ha subido como la espuma. Lo comprobamos de primera mano en su concierto del pasado 2 de noviembre en París, dentro de su gira Smoke and Mirrors.
"La primera vez que tocamos en París fue delante de un centenar de personas". Sonrío y miro a mi alrededor porque ahora, rodeada de los miles de espectadores que abarrotan el Zénit de París, con las entradas agotadas desde hace meses, resulta difícil imaginar la época en la que Imagine Dragons no contaba al público de sus conciertos por millares.
Aunque lo cierto es que, desde que su primer disco Night Visions vio la luz en 2012, el éxito de esta banda de indie-rock no ha hecho más que crecer. En sólo tres años han ganado ya más de una decena de premios, entre ellos el Grammy a la "Mejor actuación rock" en 2014. Y viendo el despliegue de su concierto en la capital francesa, la verdad es que no me extraña.
Ni el frío del noviembre parisino, ni el hecho de que la fecha elegida para el concierto haya sido un lunes, parecen haber desanimado a los fans: Las colas junto al Zénit son largas ya desde varias horas antes de que empiece el concierto. Y la primera sorpresa de la noche llega pronto: Los teloneros, el grupo Sunset Sons -que acaba de lanzar su tercer EP-, son buenos, muy buenos. Aunque, ¿qué otra cosa cabía esperar?
Desde luego, han conseguido su objetivo: Han "calentado" al público y han dejado el terreno preparado para el momento en el que se apagan las luces, se encienden los focos y empiezan a sonar los primeros acordes de Shots. Creo que a todos nos ha quedado claro desde el principio que el concierto va a ser todo un espectáculo de luz y sonido.
Y no es lo único de lo que nos damos pronto cuenta: El de Imagine Dragons no es uno de esos conciertos en los que el cantante parece ser el único sobre el escenario. No. En el directo de los de Las Vegas, el grupo es un todo. ¿El mejor ejemplo? Cuando le llega el turno a Radioactive. No sólo entendemos qué hacía ese enorme timbal sobre el escenario -igual al que aparece en el videoclip-, sino que los miembros del grupo se transforman e inician una coreografía en la que cambian de posición, tocan la percusión y demuestran por qué este tema acumula premios de mejor canción y mejor vídeo.
Pero es Dan Reynolds, el cantante del grupo, quien se mete al público en el bolsillo desde el minuto uno. Viéndole moverse por el escenario resulta fácil entender quién es en gran parte el responsable de los premios a sus actuaciones en directo. Y si no, que se lo pregunten al público que casi puede tocarle, totalmente entregado y despeinado, mientras suena Gold.
Imposible no levantarse de la silla y saltar con él cuando suenan los éxitos It's time, On top of the world o I bet my life. Aunque, si tengo que elegir uno de mis momentos favoritos del concierto, me quedo con Reynolds cantando a capella el tema Forever Young, con las gradas invadidas por las luces de los teléfonos móviles y el público acompañándole.
Tras el esperadísimo bis, el confeti y la despedida del grupo, se encienden las luces. Y aunque me quedo con la sensación de que el concierto no ha durado más de 5 minutos y que podría repetirlo en bucle igual que repito sus canciones en el reproductor, salgo del recinto con una sonrisa de oreja a oreja. Merci, Imagine Dragons.