Hungría, “Orbanistán” y la exageración de los medios extranjeros
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Alicia García AdamesTodavía nos acordamos de las noticias aparecidas en la prensa internacional acerca de las revueltas que tuvieron lugar en la banlieue francesa en 2005: lo espectacular se había puesto por delante de lo informativo.
¿Qué se puede decir del entusiasmo de los medios de comunicación internacionales tras la entrada en vigor de la Constitución húngara el 1 de enero, que tachan el régimen de Viktor Orbán de “fascista” e incluso hablan de la exclusión de Hungría de la UE?
Para algunos húngaros, estas palabras tienen mucho de caricatura, e incluso dan muestras de lo poco que se comprende la historia de su país en el exterior. Para otros, la prensa internacional, a pesar de que exagere en algunos casos, mete el dedo en la llaga de unas preocupaciones todavía mayores.
“La visión que dan de Hungría es muy extraña”. Se trata de la opinión de Judit, una joven húngara de 22 años que estudia Medicina en Estrasburgo, respecto a lo que se dice de su país en los medios de comunicación internacionales. “Me parece triste leer los periódicos extranjeros y no sentirme identificada con la imagen que dan de mi país”. Hay que decir que, tras las muestras de autoritarismo de Orbán y el repaso a los textos de unas leyes consideradas liberticidas, la prensa ha sacado la artillería pesada: “¡Bienvenidos a Orbanistán!”, “Viktor Orbán o el fascismo posmoderno”…
Sin embargo, es como si los medios de comunicación europeos, al vilipendiar el autoritarismo del actual presidente, hubiesen convertido en una tabla rasa el pasado, también digno de mención. Tras la etapa comunista y la transición de 1989, muchos dirigentes comunistas se mantuvieron en el poder, lo que se traduce en cierto monopolio del ejecutivo. A esto hay que añadir la célebre grabación del primer ministro socialista Ferenc Gyurcsany, en 2006, en la que reconocía, tan tranquilo, haber mentido sobre la situación de la economía del país para asegurarse la reelección. Según Judit, ahí es donde entra en acción Orbán: “El gobierno de Viktor Orbán ha redactado una nueva Constitución para indicar que esta etapa de debilitación de la política se ha terminado”.
Ver paja en el ojo ajeno…
No obstante, al profundizar en nuestro análisis nos damos cuenta de que, si se examina la Constitución más de cerca, la calificación de Hungría como régimen “autoritario” por parte de los medios de comunicación internacionales no tiene razón de ser. La nueva Ley Fundamental permite eliminar la versión comunista de 1949 y sienta las bases de la democracia. Además, los países de la UE están lejos de dar buen ejemplo en esta cuestión. He aquí una muestra: se critica la Ley Fundamental porque podría limitar el aborto, pero en Irlanda o Malta ya está penalizado, excepto en caso de que la madre corra peligro. Se censura la ley relativa a los medios de comunicación, pero, como afirma Jean Quatremer, Francia tampoco puede dar lecciones al respecto: Nicolas Sarkozy nombra a los miembros del Consejo Superior Audiovisual y la mayor parte de los medios de comunicación los controlan los adeptos al poder. Según Bela, de 30 años y estudiante de doctorado de Relaciones Internacionales en Budapest, “es cierto que los medios de comunicación húngaros cada vez están más controlados por el gobierno. No obstante, yo no diría que no tenemos libertad de prensa. Hay un gran número de periódicos y blogs que apoyan el punto de vista de la oposición. A pesar de que lo ocurrido con Klubradio y MTVA muestra que el gobierno trata de hacer su voluntad en los medios de comunicación, gracias a Internet nunca podrá controlarlo todo”.
Una realidad económica determinante
“Creo que el ídolo de Orbán es Nicolas Sarkozy”
A Bela le preocupa más la situación económica que la política. Cuando le preguntamos por la salida de Hungría de los miembros de Klubradio de la que hablaba la prensa, responde: “Es cierto que muchos húngaros desean abandonar del país, pero sus motivos son fundamentalmente de tipo económico, a los que se suma su preocupación por el futuro y un pesimismo generalizado”. En general, los medios de comunicación occidentales no se están centrando en los problemas correctos…
Los medios de comunicación extranjeros hacen sonar la alarma
“El problema no es la Constitución, sino la manera que ha tenido el poder de crear leyes orgánicas, con demasiadas prisas y poca coordinación con los interesados”, afirma Andras, un joven de 23 años que estudia Economía en Budapest. La Comisión de Venecia, encargada de dar su opinión acerca de la nueva Constitución húngara, había dicho lo mismo al respecto en junio de 2011. Consideraba que “la nueva Constitución húngara proyectaba regular por leyes orgánicas un número excesivo de temas”. Estos son los textos a los que los medios de comunicación internacionales echaron el ojo en primer lugar, especialmente los relativos a una reforma electoral favorable al partido mayoritario y una ley de los medios de comunicación única en Europa, como explica un informe de expertos que demuestra que contiene ciertas incoherencias. Estas incoherencias se le achacan al tradicionalismo de Orbán: “Viktor Orbán es considerado uno de los políticos de mayor talento de los últimos veinte años. Sin embargo, a pesar de sus capacidades, no entiende el funcionamiento de las democracias modernas y emplea unos medios demasiado tradicionales en un mundo que se encuentra en continua evolución”. Riéndose, Andras añade: “Creo que su ídolo es Nicolas Sarkozy”. Quizá los problemas de los que se hacen eco los medios de comunicación no solo afecten a Hungría…
Fotos : Portada(cc) ana/flickr ; Texto : Sarkozy (cc) Gueorgui/flickr ; Vídeos : Ferenc Gyurcsany : batman4e/YouTube , Daniel Cohn-Bendit : greensefa/YouTube
Translated from La Hongrie, l'« Orbanistan » et l'exagération des médias étrangers