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Hay que democratizar el procedimiento de elección

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Jo Leinen, europarlamentario socialista, opina que la Comisión, como “ejecutivo europeo”, estará cada vez más controlada por el parlamento, encaminándose así la UE hacia una democracia parlamentaria.

Jo Leinen, del Partido de los Socialistas Europeos (PSE), es miembro del Parlamento europeo desde hace casi veinte años y preside la Unión de Europeos Federalistas. Durante la entrevista con Café Babel, propone la modificación del procedimiento de selección de los miembros de la Comisión europea.

Café Babel: Barroso, quien prefiere definirse como hombre corriente, ha subestimado claramente la complejidad de los procesos políticos europeos. ¿En qué erró?

Jo Leinen: Ha subestimado el papel del Parlamento. Prefirió pelearse con él antes que molestar lo más mínimo a los Jefes de Estado y de Gobierno del Consejo Europeo. Le ha faltado lucidez y ahora tendrá que regresar al Parlamento con un nuevo proyecto.

: ¿Barroso tendría que haber arrastrado con las consecuencias y abdicar de su puesto, incluso después de haberlo asumido?

El Parlamento decidió darle una segunda oportunidad. Barroso puede incluso fortalecer su posición si propone una nueva comisión convincente. Habrá demostrado tener cintura frente al parlamento y un cierto grado de independencia respecto de los gobiernos que han nombrado a los comisarios. Debe hacer todo lo posible durante las próximas semanas para fortalecer su posición con una nueva comisión que impresione.

¿No será la disputa entre Comisión y Parlamento en realidad un conflicto entre los Estados nacionales y las instituciones europeas?

Es un envite contra los gobiernos de los Estados miembro y el procedimiento de elección del ejecutivo comunitario. Cada Estado debe proponer un candidato, sin preocuparse de si se trata de un entusiasta europeísta o si es capaz de dirigir un departamento concreto en Bruselas. He ahí el corazón del problema. En el futuro necesitaremos un nuevo sistema. El candidato a Presidente de la comisión debería proponerse con alternativas y el parlamento debería poder rechazar candidatos individualmente para evitar esta clase de crisis institucionales. Hoy por hoy hay que tumbar a la comisión entera cuando se reprueba a un comisario.

Gerhard Schröder ha reiterado recientemente su apoyo inquebrantable a Barroso. ¿A qué presión se ven sometidos los europarlamentarios desde las capitales estatales?

Los europarlamentarios alemanes gozan de la mayor libertad en su parlamento. Puede existir en Berlín un deseo de influir sobre ellos, pero no existe presión alguna. Esto difiere de la postura de Downing Street y Madrid. Los europarlamentarios de los países pequeños, además, encuentran más dificultades en el rechazo de su comisario propuesto que los países grandes.

¿Qué implicaciones tiene el rechazo de la comisión? ¿Nos encaminamos hacia una democracia parlamentaria en la UE?

Este es un sendero que llevamos recorriendo mucho tiempo. La Constitución firmada el 29 de octubre pasado aumentará los poderes parlamentarios en cuanto a competencias legislativas y presupuestarias. Por otro lado, la decisión de Barroso de aplazar la votación de la comisión le ha conferido al parlamento más poder notorio de control sobre el ejecutivo comunitario. El parlamento ha sentado precedente en cuanto a la propuesta de Comisión europea y su control posterior.

Significa esto que la comisión –cual gobierno nacional– emergerá de la voluntad del parlamento?

La constitución instituye ya la elección de la Comisión europea en base a los resultados de las elecciones europeas. Esto ya sucede, hasta cierto punto, pues Barroso fue propuesto por el partido que más votos obtuvo en las últimas elecciones, pero no se halla formalmente reconocido como procedimiento. Sólo tras la tercera reunión a puerta cerrada fue propuesto Barroso como cabeza del ejecutivo. De aquí a 2009, este procedimiento debe ser cambiado. El Presidente de la Comisión europea debe se elegido tras unas elecciones mediante el acuerdo de los grupos parlamentarios europeos y el Presidente del Consejo si todavía existe uno. Un giro radical respecto a las habituales cumbres de jefes de Estado y de gobierno susurrando detrás de las puertas.

Translated from „Die Prozeduren müssen demokratischer werden“