¿Ha estado madura alguna vez África para la dictadura?
Published on
Translation by:
Fernando Navarro SordoSi África permanece en el subdesarrollo, es porque las antiguas potencias coloniales así lo desean. ¿Escapará África al Neocolonialismo? Respuesta de François-Xavier Verschave, autor del libro «Franciáfrica».
François-Xavier Verschave dirige la asociación «Survie» (Supervivencia, en castellano), encargada de promover la democracia y el respeto de los Derechos Humanos en África. Sus libros, «Franciáfrica», «Negro silencio», etc… denuncian una política neocolonialista francesa que impediría el desarrollo del continente.
café babel: Sr. Verschave, se han transferido miles de millones de euros en ayuda al desarrollo por parte de los países europeos y de la UE desde la independencia de los países africanos. ¿Porqué sigue sufriendo tanto África?
François-Xavier Verschave: Diferenciemos entre ex-colonias francesas y ex-colonias inglesas. Las independencias de los países francófonos han sido confiscadas para crear en su lugar neo-colonias en sentido estricto, con gobiernos de piel negra que mantienen en lo básico los nexos de explotación del tipo colonial. Son sistemas que siguen en pie en muchos casos. El motivo de la pobreza es muy simple: existen gobiernos ilegítimos que representan intereses externos –algunos de estos presidentes son asalariados de Elf [antigua compañía petrolera francesa, fusionada con TotalFina], por ejemplo. Sirven a Elf, a Francia, pero no a sus países. Acuden a hospitales franceses, sus hijos estudian en Francia: no tienen porqué preocuparse por la sanidad y la educación de su país. Del lado británico los mecanismos son diferentes, consencuencia de una práctica colonial distinta: la «indirect rule». Cuando se retiraron, los ingleses no pusieron a la cabeza de las ya ex-colonias a gobiernos directamente pilotados desde Londres. ¿Cuál es ahora el papel de Europa en todo esto? Pues que no le interesa su relación con África. Tiende a delegar el aspecto político –el más importante- a las antiguas potencias coloniales, es decir a Francia, a Bélgica, al Reino Unido, a Portugal algo también; a sus experiencias, que no son sino experiencias de explotación colonial.
A principios de los 90’, Jacques Chirac defendió que «África no había madurado para la democracia». Hoy, uno de los aspectos centrales de los acuerdos de Cotonú es la promoción de la democracia y los derechos humanos. ¿Ha cambiado la postura francesa?
El premio Nobel Wole Soyinka contestó en su día a Chirac preguntándole: «¿Cree usted que África haya estado alguna vez madura para la dictadura?». Olvidamos siempre que África tiene detrás de sí miles de años de tradiciones políticas que eran de todo menos sistemas totalitarios. No tenían las democracias que nosotros conocemos, pero todo fue barrido por siglos de opresión externa. África debe reconquistar los fundamentos y mecanismos de la legitimidad política. Como parece evidente, no son los antiguos colonizadores quienes tengan que dar lecciones. Desde hace 15 años, todos los pueblos de África reclaman la posibilidad de elegir a sus dirigentes y de echar a quienes no quieran. Europa se halla dominada por algunas grandes potencias que «se interesan» por África, en especial Francia, quien ha puesto en pie sistemas generalizados de fraude: hasta Mobutu, hacia el final de sus días, se mostró dispuesto a someterse al veredicto de las urnas si Francia organizaba las elecciones.
Entonces es que Francia aún no se hace a la idea de una democracia africana, ¿no es eso contrario a los acuerdos de Cotonú?
Francia organiza y apoya decenas de dictaduras en el continente, incluidas las más amargas caricaturas como la de Togo, Gabón, o la de Mugabe. Cuando el pueblo de Madagascar se sublevó contra el fraude electoral, Francia apoyó al dictador Ratsiraka hasta el límite. Pero no desesperemos: en 1990 no había prácticamente ninguna democracia en África; hoy, una cuarta parte de los 54 Estados africanos son democracias. Las cosas avanzan. Lo que sí podemos decir es que en todos los casos Francia ha tirado palos a las ruedas de esta evolución y que, por lo general, los otros países de la UE se han inclinado ante el «savoir faire» francés.
¿De qué modo la iniciativa autónoma de la Unión Africana podría contribuir a la emancipación y la resolución de problemas del continente?
Todos los grandes líderes de la independencia Africana eran panafricanistas. Sabían que para sacara al continente de la alienación, era necesario que el continente estuviera unido. También sabían que las fronteras que heredaron eran en muchos casos inasumibles. Para toda esa gente no había duda: la independencia, la emancipación, sería panafricana o no sería. Este movimiento ha sido saboteado, una vez más por Francia de un modo notable, y sólo hoy empieza a renacer. La Unión Africana puede contribuir a poner en marcha ciertos mecanismos de legitimidad política y de solidaridad africana. La creación de un Consejo de Seguridad, de una Corte africana de Derechos Humanos, etc… puede hacer emerger mecanismos de reglamentación política. Esto es fundamental.
¿Qué política europea desea para África?
Hemos puesto muchas esperanzas en la política africana europea. Pensamos que en la Europa de los 25, la parte de países sin tradición colonialista –y que pueden entonces plantear una relación con África a través de una mirada más desinteresada que la de la continuación de los intereses coloniales- impondría su visión. Nos inquieta, sin embargo, la impresión de que sean las antiguas potencias coloniales las que estén enseñando sus métodos a otros países, y no a la inversa.
Translated from « L’Afrique a-t-elle jamais été mûre pour la dictature ? »