H2O por tierra, mar y aire
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Agua en polvo, ríos artificiales, icebergs en el Támesis o agencias espaciales implicadas en la búsqueda de lluvia artificial son algunos de los métodos para enfrentarse a la escasez de agua potable.
El agua dulce representa el 3% del total del agua de la Tierra, encontrándose un 2% en forma de hielo en los polos y el restante 1% repartido de forma no equitativa por todo el planeta. Factores como las sequías, la desertificación, la contaminación de los ríos o la sobreexplotación agrícola agudizan este problema en países como España, Libia o Israel, pero también en otros como el Reino unido. Veamos qué soluciones se barajan.
Ríos artificiales
Una de las soluciones más espectaculares en la cuenca mediterránea destinadas a paliar la escasez de agua la encontramos en Libia, donde se está ejecutando el proyecto Great Man Made River Project. Consiste en transportar mediante más de 4.000 kms de gigantescas tuberías unos 6 millones de metros cúbicos de agua al día desde los acuíferos de agua potable encontrados a 100 metros bajo la árida superficie del desierto libio tras unas prospecciones que buscaban gas y petróleo. En definitiva, el proyecto pretende acercar el océano de agua dulce encontrado en el desierto (unos10.000 kilómetros cúbicos de agua económicamente viable para su extracción) hasta las zonas costeras densamente pobladas del país. El coste total del proyecto se estima en 18.000 millones de euros.
Icebergs en el Támesis
No menos espectacular es la solución propuesta por la empresa británica Thames Water acuciada por la grave sequía que sufre el sureste del país. Habiendo descartado el transporte de agua en camiones cisterna por su alto coste y por ser insuficiente para suministrar el preciado líquido a los 13 millones de afectados por la sequía, baraja la posibilidad de remolcar enormes icebergs desde algún lugar por determinar en el Ártico hasta el estuario del Támesis. Esta idea ya fue sopesada antes por otros países como Arabia Saudí sin demasiado éxito.
Desalar el mar
Las soluciones que nos llegan desde España no son tan espectaculares pero no por ello son menos vanguardistas. Es el país europeo más perjudicado por la escasez de agua y ha intentado varios métodos, desde el trasvase de agua de los ríos con excedentes a los deficitarios, hasta la construcción de plantas desalinizadoras para potabilizar el agua del mar. La propuesta más innovadora consiste en las desaladoras por presión natural que parecen terminar de una vez por todas con la principal traba de la producción de agua mediante desalación: su alto coste. El proceso es sencillo, se sube agua del mar hasta balsas situadas en montañas a unos 600 metros de altura, luego se deja caer el agua por una tubería esos mismos 600 metros, la presión hace el resto: el 45% del agua se convierte en agua dulce y el resto vuelve al mar a la misma presión a la que salió de él. Se consigue de esta manera producir electricidad y agua dulce casi gratis.
Agua en Polvo
Podemos encontrar soluciones de lo más variopintas dependiendo de las necesidades. Ya se comercializa agua en polvo. El origen de este producto lo encontramos en la necesidad de cubrir el suministro básico de agua de las tropas norteamericanas en las condiciones más extremas. Su funcionamiento es sencillo, basta con verter unas gotas de agua en el compuesto de moléculas de oxígeno e hidrógeno sometidas a presión hasta haber sido separadas y las moléculas vuelven a unirse para el consumo apto de los humanos.
Otro método que ya se está comercializando consiste en generar agua potable a partir del aire. Se estima que hay unos 14.000 millones de metros cúbicos de agua suspendidos en el aire, y existen máquinas domésticas que pueden producir unos 38 litros de agua al día extrayéndolos del aire.
Rayos de sol y lluvia artificial
Otras iniciativas encaminadas a dar soluciones menos residenciales que las anteriores pasan por la obtención de agua a partir de los rayos del sol. Es decir, en crear lluvia artificial a partir de la absorción del calor generado por los rayos del sol. Científicos de la universidad libre de Bruselas en colaboración con la NASA y la universidad Ben Gurion de Israel han diseñado un sistema de planchas oscuras que absorbería el calor de los rayos solares empleándolo en generar nubes artificiales mediante la elevación de vapor sobre los desiertos. Una vez en el cielo, el vapor se condensaría cayendo en forma de lluvia.
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