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Guía: V de Vegano en Berlín (8 imágenes)

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Argemino Barro

¿Te niegas a comer carne en nombre del bienestar animal? ¿Te molesta la cuestión de la calidad? Siempre puedes encontrar comida adecuada en cualquier ciudad del mundo. Sin embargo, si no comes nada que tenga que ver con los animales, es decir ni carne, ni huevos ni productos lácteos, lo mejor es ir a un lugar bien abastecido que respete tus gustos. En la capital alemana, la fotógrafa francesa Laura Tangre discubre posibilidades casi infinitas, desde la primera cantina universitaria vegana, comida rápida vegetariana o menús veganos preparados en las casas okupas.

¿Por dónde salen los veganos de Berlín?

¿Quiénes son estos especímenes que han tomado la decisión de no comer más carne, pescado, huevos ni productos lácteos? Foto: ©Laura Tangre

'Bandito Rosso'

Los primeros veganos que conocí estaban sentados en un bufet de Mitte (el centro). Según la pacífica esquina llamada Bandito Rosso, ser vegano es muy fácil. Los clientes se sirven directamente en la cocina. El vöku o plato principal está siendo preparado, y es completamente vegano (sólo vegetales, soja, tofu y numerosos cereales). Por 3 euros tienes un menú sin rastro de animales. A través de la ciudad hay una veintena de menús parecidos, la mayoría servidos en el 'Hausbesetzung’ (casa okupa). Foto: ©Laura Tangre

Bandito Rosso, Lottumstr. 10a, 10119, Berlín. Prenzlauer Berg

Respeto y calidad marcan el camino vegano

Menú de esta tarde: una sopa de vegetales hecha con lechuga, aluvias, cebollas, puerros, calabazas, y tomillo (tan sabroso como el potaje de mi abuela); seguido de pasta y pimientos, con manzanas y canela para rematar. Así no acabarás con hambre. Muchos berlineses no esperaron al best-seller del escritor norteamericano Jonathan Safram (Eating Animals, 2009) para dejar de ir a la carnicería o a sitios de comida rápida. Su combate es tanto una demostración de respeto a los animales como una forma de comer mejor. A ellos también les gustaba el sushi, un buen filete o el pollo asado, pero decidieron limitar su dieta para mantener sus convicciones. Foto: ©Laura Tangre

La primera tasca vegana de Berlín

Menú de esta tarde: una sopa de vegetales hecha con lechuga, aluvias, cebollas, puerros, calabazas, y tomillo (tan sabroso como el potaje de mi abuela); seguido de pasta y pimientos, con manzanas y canela para acabar. Así no acabarás con hambre. Muchos berlineses no esperaron al best-seller del escritor norteamericano Jonathan Safram ('Eating Animals', 2009) para dejar de ir a la carnicería o a sitios de comida rápida. Su combate es tanto por el respeto a los animales como una forma de comer mejor. A ellos también les gustaba el sushi, un buen filete o el pollo asado, pero decidieron limitar su dieta para mantener sus convicciones. Foto: ©Laura Tangre

Freie universitat, calle Lichtefelder Ost, en el distrito de Lankwitz, Marienfelde

Carne falsa

No tengáis la idea de que esta comida es insípida. Nuestros amigos alemanes saben cómo cocinar filetes, salchichas y hamburguesas usando tofu o carne falsa (sin ser de origen animal, pero con el mismo sabor, aspecto y valor proteínico). Foto: ©Laura Tangre

Restaurante vegetariano Yellow Sunshine, Wienerstrasse 19, metro stop Gorlitzer Bahnof, in the district of Kreuzberg

Veganos alemanes, glotones alemanes

Alrededor de estas cantinas, el vöku y la comida rápida vegetariana, los alemanes reinventaron una forma más sana y creativa de comer. Y más natural: sin conservantes no sabores artificiales. Particular mención merece el horno de Friedrichshain, que vende unas magdalenas veganas, en mi opinión, deliciosas, tan cremosas y azucaradas que podrían satisfacer las ansias de glucosa de varias tardes de domingo. Foto: ©Laura Tangre

Krossenerstrasse 12, 10245 Berlin. Parada de metro: Samariterstrasse

Salchichas orgánicas

Visitando los diferentes mercados orgánicos de Berlín, establecí contacto con un alto número de defensores del wurst (salchicha nacional). Yorg, en la foto, vende salchichas hechas de su propia piara de cerdos crecidos en su granja tradicional del sur de Berlín. En Brandenburgo, el estado que rodea Berlín, la porción cuesta 2,50 euros, incluyendo el ketchup y los complementos de queso. Yorg se considera a sí mismo un carnívoro sin intención de volverse vegetariano. Así que sí: podemos seguir comiendo carne de vez en cuando siempre que estemos dispuestos a pagar por calidad más que por hacer sufrir a un animal. Es cuestión de "consumo responsable." Foto: ©Laura Tangre

Mercado orgánico de Lausitzer platz, metro Gorlitzer Bahnof en el distrito de Kreuzberg

Todo menos

Esta gente son lo más opuesto a un "incordio", clásico calificativo aplicado a los vegetarianos que critican a quienes comen carne. Los veganos consideran que que cada nuevo adepto es un paso más hacia la sostenibilidad y el respeto al mundo animal. Se niegan a ser un vínculo entre las macro-granjas y los problemas eco-sanitarios que afectan al globo terráqueo. Según Greenpeace, poco menos del 80% de la selva amazónica deforestada se debe a la ganadería. Foto: ©Laura Tangre

Mercado vegetariano de Chamissoplatz; parada de metro Platz der Luftbrucke

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Translated from Virée dans la communauté végétalienne de Berlin (8 photos)