Guerra permanente en la tierra de Dios
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José Vicente BernabeuLa operación "Margen Protector" de Israel en el territorio de Gaza continúa y con el conflicto cada día aumenta el número de muertos y a devastación. Esto es la guerra pero ¿qué aire se respirava en los "territorios ocupados" en tiempo de "paz"? Aquí, algunas imágenes tomadas entre los últimos días de 2013 y los primeros de enero de 2014.
Desde hace algunas semanas los medios de comunicación de todo el mundo han apabullado a los lectores con imágenes y vídeos de la guerra en Palestina. La lógica perversa de las publicaciones en redes sociales y del mercado editorial a la búsqueda del click, traen a las casas de Occidente las crudas instantáneas de la sangre vertida en la tierra de Dios, en el delicado límite entre la información y el espectáculo. En este caso la comunidad internacional parece despertar (en palabras) de un profundo sueño, pero en Palestina la realidad es otra. El estado de guerra es permanente. Hemos recuperado las imágenes tomadas en los consabidos "territorios ocupados" después de la Guerra de los Seis Días de 1967, como Hebrón, Nilin, el campo de refugiados de Askar (Nablus) y Ramala, todos en Cisjordania. Las imágenes fueron tomadas a caballo entre los últimos días de 2013 y los primeros días de 2014. Siete meses después, la operación militar en curso podría haber reconvertido el paisaje y los rostros humanos de estas instantáneas. Pero son imágenes sin tiempo, la fecha de captura podría ser la de cualquier día desde 1948 hasta hoy. En Palestina, Heráclito es verdaderamente el padre de todas las cosas.
Estado de guerra en tiempo de "paz"
Hebrón, Cisjordania. 2 de enero de 2014. Para los ciudadanos palestinos esto es ya una costumbre asentada. Con aparente sernidad, que a menudo esconde el miedo, impotencia y resignación, los habitantes de Hebrón viven su día a día constantemente rodeados por la presencia de los militares israelíes: cuando acompañanan a los niños al colegio, cuando quieren volver a casa después del trabajo o cuando van a comprar algo de fruta al mercado.
Caminando por la ciudad nos encontramos decenas y decenas de puestos de control donde los soldados israelíes vigilan y comprueban los documentos de cada transeúnte impidiendo el paso de los ciudadanos palestinos a algunas zones, y centenares de cámaras de videovigilancia controlan el paso desde los tejados de las viviendas. Como si eso no bastara, los soldados llevan a cabo acciones de control todavía más invasivas, como en este caso, en el que cerraron el paso a unos críos que jugaban con una bicicleta.
Alguien ha lanzado una naranja contra los soldados, quienes reaccionan con persecuciones y activando los 'sound bomb' (reproducciones acústicas de las bombas), gas lacrimógeno y proyectiles de hierro revestidos de una sutil capa de goma.
Un grupo de soldados, entrando en una vivienda del centro tras expulsar a los propietarios, se asientan en lo alto del techo del edificio, un punto desde el que pueden controlar la larga calle por la que discurre el mercado de la ciudad. Desde ahí pueden lanzar el gas lacrimógeno y algunos proyectiles que hieren a algunas chicas, culpables de celebrar su propia libertad al agitar banderas palestinas.
"Cosas normales", me dice un habitante de Hebrón refiriéndose a lo que ha sucedido esa tarde. Pero auella tarde, algunas patrullas de soldados han resultado en ataques reales a casas ubicadas bajo el dominio administrativo de Palestina. Tras haber concluido la Guerra de los Seis Días en 1967, el rabino Moshe Levinger ocupó, junto con un grupo de fieles, el principal hotel de la ciudad y se negó a abandonarlo. Desde aquel momento, con el apoyo del ejército, la población hebrea ha continuado penetrando poco a poco en la ciudad, llegando a ocupar buena parte del centro histórico.
Una bandera palestina ondea sobre uno de los etjados de la parte de la ciudad ocupada por los colonos hebreos, denominada Hebrón 2. Esta es la única bandera del Estado palestino presente en esta área y se expone con orgullo, haciendo caso omiso de la prohibición impuesta por el ejército, desde la terraza de la sede del ISM (International Solidarity Movement). La organización sin ánimo de lucro y no violenta apoya la caua palestina y fue fundada en 2001 por el activista palestino Ghassan Andoni, la activista israelí Neta Golan, la palestino-estadounidense Huwaida Arraf, George N. Rishamawi y el estadounidense Adam Shapiross.
La Guerra de los inocentes
No es fácil calcular el número de niños palestinos que han perdido la vida desde el inicio de la operación militar, centenares según los partes de guerra que continúan actualizándose día a día. Las imágenes de las jovencísimas víctimas y de las devastaciones de la guerra van a menudo del brazo porque impresionan a la opinión pública y alimentan la lógica a veces despiadada, de los medios de comunicación, quienes a través de esas fotos y vídeos manchados de sangre atraen a los lectores, mientras la comunidad internacional se despierta momentáneamente de su sueño tranquilo. Hay, sin embargo, un dato incontestable: en una tierra con una de las tasas de natalidad más altas del mundo, los niños crecen en un ambiente hostil y de tensiones permanentes. Muchos, durante su breve existencia, cuentan ya con un extraordinario "curriculum bélico" a sus espaldas. Basta con pensar en las operaciones militares de carácter bienal: Operación "Arcoíris" (2004), operación "Lluvia de verano" (2006), operación "Invierno caliente" (2008), operación "Plomo fundido" (2009). Ninguno tendrá una infancia normal. Y a algunos se les negará el futuro para siempre.
Hebron, Cisjordania. 2 de enero 2014. La ciudad está dividida en dos partes, aunque continua estando formalmente administrada por Palestina. De una parte, residen 140.000 árabes y de la otra, 400 colonos israelíes protegidos por 5.000 soldados. Aquí la presencia militar de la estrella de David es todavía más fuerte y los reglamentos son muy rígidos: ninguno puede trabajar o comprarse un vehículo sin el permiso israelí. Aquí, algunos niños palestinos juegan a la pelota en medio de los soldados.
Nilin, Cisjordania. 3 de enero de 2014. Durante los enfrentamientos que tienen lugar en los alrededores de la Barrera de Separación Israelí (Muro del Apartheid para los palestinos), los niños más pequeños permanecen plantados, observando como sus propios padres y hermanos lanzan piedras contra el muro con tirachinas. Aquí, un chico espera con preocupación el retorno de sus familiares junto a una bandera palestina izada por él mismo.
Campo de refugiados de Askar, Nablus, Cisjordania, 1 de enero de 2014. En este campo a las afueras de la ciudad de Nablus, que se extiende a lo largo de cerca de 1 kilómetro cuadrado, viven 6.000 presonas en condiciones inhumanas, a menudo sin agua potable a disposición durante todo el día. Sus habitantes fueron expulsados de sus propias tierras por parte de Israel y durante la Intifada han visto cómo los israelíes destruían su casa, incluso varias veces. Aquí, un niño juega con una bicileta por la calle.
Nilin, Cisjordania. 3 de enero de 2014. Como todos los viernes, al acabar la oración del mediodía, los habitantes de los pueblos del otro lado del Muro de la Separación dan lugar a multitud de protestas. Esta barrera fue erigida en 2002 por Israel y desde entonces algunos ciudadanos ni siquiera pueden salir de Cisjordania. En ocasiones se llevan a cabo lanzamientos de piedras hacia lo que se ha venido en llamar "Muro del Apartheid", a los que los soldados israelíes responden con gas lacrimógeno y proyectiles, verdaderos o no (pero, en cualquier caso, potencialmente letales). Esta es una de las innumerables pintadas del muro.
Altos del Golan, Israel, 29 de diciembre de 2013. Esta región se encuentra en la parte nororiental de Israel, que consiguió incorporarla a sus territorios durante la Guerra de los Seis Días de 1967 tras quitársela a Siria. Aquí, los retales del conflicto son todavía visibles, como puede apreciarse en estas imágenes de carteles que advierten de la posible presencia de minas sobre el terreno. Desde entonces las tensiones nunca han disminuído pues las región entera está en disputa entre Israel y Siria.
En las manifestaciones contra el muro participan también muchos chicos, extremadamente conscientes de la situación en la que viven y para los que la mole de hormigón aramdo es la representación material de su segregación y de la imposibilidad de disfrutar de un futuro como hombres libres. Tras ellos y su libertad se yergue no solo un muro, sino el segundo ejército del mundo en cuanto a potencia bélica, que responde a los manifestantes.
su artillería no destruirá nuestras raíces
Ramala, Cisjordania. 28 de diciembre de 2013. La capital del West Bank, a pocos kilómetros de Jerusalén, representa el deseo de los palestinos de vivir con los tiempos, algo que también abarca las modernidades; una esperanza truncada por la ocupación israelí. Sobre el muro se aprecian numerosos grafitis de protesta, algunos reivindican el orgullo de la identidad palestina.
Hebrón, Cisjordania. 2 de enero de 2014. Después de la tarde infernal que han vivido los ciudadanos de Hebrón, el centro se vacía completamente y los habitantes se alejan através de las numerosas callejuelas de la ciudad. Aquí, vemos a una niña palestina asustada por el sonido de las sound bomb y por el efecto de la emisión de gas lacrimógeno en el mercado, en el corazón de Hebrón.
Ramala, Cisjordania. 29 de diciembre de 2013. Por las calles del centro se empieza a oír un enorme ruido. Gritos, cantos, consignas y cláxones. Acaba de empezar una manifestación espontánea, promovida por Al Fatah, en señal de protesta contra los cerca de treinta arrestos acontecidos a lo largo del día por parte del ejército israelí. La protesta concluye delante de la tumba de Yasser Arafat.
Durante las numerosas marchas de protesta promovidas por Al Fatah o Hamas, sus militantes desfilan por las calles portando armas y antorchas encendidas, vistiendo sus uniformes respectivos. Aquí vemos a uno de ellos coreando consignas por la liberación de varios militantes.
Campo de refugiados de Askar, Nablus, Cisjordania. 1 de enero de 2014. En los últimos años este campo de refugiados ha vivido un notable incremento de iniciativas para los jóvenes, como la apertura de un centro en el que pueden instruirse y tratar sobre actividades como los bailes tradicionales y el teatro. Sobre los muros que circundan los patios del centro encontramos numerosos grafitis, como este que representa a una paloma, símbolo universal de la paz, que alza el vuelo para sobrepasar una alambrada que la mantenía prisionera.
Translated from La guerra permanente nella terra di Dio