Gran Scala y gran cara dura
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La pretensión de construir el complejo de juego y ocio más grande de Europa en Los Monegros, España, contradice el mensaje de sensibilización de la Exposición Internacional de Zaragoza 2008, centrado en el agua y el desarrollo sostenible.
El pasado 12 de diciembre, seis meses antes de la inauguración de la Expo Zaragoza 2008, se presentaba en esta misma ciudad española el proyecto Gran Scala. El Presidente de Aragón firmaba un protocolo de colaboración con el consorcio International Leisure Development (ILD), constituido en el Reino Unido para promover la construcción del complejo de juego y ocio más grande de Europa en Los Monegros, comarca aragonesa caracterizada por su paisaje desértico y por sufrir un considerable éxodo rural.
Esta comarca, como otras prioritarias para la UE, financia una estrategia de desarrollo local gracias a los fondos estructurales. “Entre 2007 y 2013 habrá veinte proyectos Leader en Aragón”, informa la Red Aragonesa de Desarrollo Rural en su web. Este modelo de desarrollo regional amparado por la Unión Europea parece poco compatible con la construcción de un complejo de juego y ocio.
Paisaje desértico de los monegros (foto, Estrella Esteve/Flickr)
Antes de decidirse por Los Monegros, ILD barajó la localidad francesa de Valence y la ciudad de Dubai como posibles emplazamientos de un complejo que se compara con Las Vegas y Macao, pero desestimaron ambas posibilidades por “el insuficiente interés que mostraron los inversores”, según manifestaron los promotores.
Cifras que movilizan a todos
Gran Scala prevé la construcción de 32 casinos, 70 hoteles, 232 restaurantes, 500 comercios, un hipódromo, un campo de golf y varios parques de atracciones y museos antes de 2015 y promete crear 65.000 empleos. La inversión ascendería a 17.000 millones de euros, duplicando la registrada con motivo de los Juegos Olímpicos de Barcelona en 1992. Los impuestos sobre el juego dejarían 677 millones en la región y 1.000 millones en la hacienda estatal.
El Gobierno de Aragón y las Alcaldías de los municipios de la comarca de Los Monegros han aplaudido la iniciativa. Sin embargo, la falta de información sobre asuntos tan decisivos como la ubicación concreta de este complejo turístico de más de dos mil hectáreas o el abastecimiento público de agua y energía han encendido el debate ciudadano sobre la sostenibilidad del mismo. También han despertado las sospechas de corrupción por el excesivo apoyo que ha mostrado la administración autonómica. En los dos últimos meses han surgido varias plataformas ciudadanas -Stop Gran Scala, Los Monegros No se Venden y Docentes contra Gran Scala- que demandan más información y una evaluación de las consecuencias socioeconómicas, medioambientales y también culturales. Se ha criticado en especial que el Gobierno de Aragón haya adaptado la legislación en materia de Urbanismo a las necesidades de Gran Scala.
Una apuesta poco segura
No se conoce el plan del Gobierno autonómico para abastecer de agua y energía a un complejo que pretende atraer y ofrecer servicios a 25 millones de turistas cada año. Ciertos sectores críticos desconfían de la capacidad del consorcio ILD para conseguir los resultados que se propone, pues “con un capital de tan sólo 50.000 libras, depende en exceso del interés de inversores privados”, indica José Luis Martínez, portavoz de la Plataforma Stop Gran Scala.
La mezcla de ocio familiar con ocio adulto tampoco convence. ¿Un híbrido entre Las Vegas y Orlando en un mismo complejo de ocio? La plataforma Stop Gran Scala ha mostrado su preocupación “por las malas compañías relacionadas con el crimen organizado que la industria del juego puede atraer a la comarca”, señala José Luís Martínez.
Sostenibilidad medioambiental del proyecto en entredicho
Desde hace casi veinte años se baraja la candidatura de Los Monegros como Parque Nacional. En torno a la sierra de Alcubierre y los ríos Ebro, Gallego y Cinca hay muchas lagunas saladas y balsas que forman el complejo endorreico más importante de Europa. Uno de los colectivos que
más lo ha demandado es Ecologistas en Acción, firme opositor al proyecto Gran Scala. Chesús Ferrer, portavoz de esta ONG en Aragón, denuncia que “este proyecto es incompatible con las normativas europeas en materia de medio ambiente y la política de lucha contra el cambio climático. Se incentivará el uso del transporte privado y la construcción de centrales térmicas para satisfacer las necesidades energéticas de esta nueva ciudad, lo que supondrá un aumento considerable en las emisiones de CO2. Si Gran Scala se materializa según los objetivos que conocemos, estimamos que las emisiones de CO2 de esta nueva ciudad representarán el 6% de toda España.”
Las empresas implicadas en el proyecto Gran Scala
International Leisure Development (ILD), el consorcio promotor, se constituyó el 17 de julio de 2007 en Londres. Entre sus accionistas cuenta con una docena de sociedades radicadas en Nicosia, Beirut, Luxemburgo, Barcelona, St. Denis, Nottingham o Bruselas. Al frente del conglomerado está Aristocrat Technologies, una firma australiana líder mundial en el sector de equipamiento de juego. Algunas de las firmas europeas presenten en este consorcio son Casinos Groupe Tranchant (casinos), Art Build (arquitectura y construcción), ULYS (abogacía), UFA (seguros), Hot Games (máquinas de juego), Havila (inversión), Europtima (inmobiliaria), ND Architects (arquitectura y consultoría), Prodimi (inversión) y Riera & Carrenas Asociados (consultoría), la única española. ILD ha asegurado en medios españoles que tiene acuerdos con tres empresas especializadas en parques temáticos –Spyland, Acquantia y SpacePort- y que hay negociaciones muy avanzadas con la compañía que lidera la industria del juego en Europa: la austríaca Novomatic, propietaria del casino de la localidad alemana de Baden Baden.