Gordon Brown apoya a Barroso y apuesta por la parálisis europea
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Se desvanece la probabilidad de que el líder de los socialistas europeos, Poul Nyrup Rasmussen, lance una candidatura alternativa, según el entorno del presidente del Partido de los Socialistas Europeos.
El primer ministro británico y líder del Partido Laborista del Reino Unido, miembro del PES, ha anunciado de forma oficial el lunes 16 de marzo su apoyo al Presidente de la Comisión europea para un segundo mandato al frente del colegio de comisarios que dirige la Unión.Crónica de una desafección anunciada
Por paradójico que resulte, no debe sorprender esta apuesta de Gordon Brown, pues fue el único líder socialista europeo que no acudió al baño de militantes y líderes que consagró el manifiesto socialista para las elecciones europeas en Madrid a finales de 2008. A pesar de las voces que reclaman candidatos alternativos como el liberal Guy Verhofstadt o, en las últimas semanas, la vicepresidenta socialista de la Comisión, la sueca Margot Walstrom, Brown prefiere quedarse con lo malo conocido que optar por lo bueno por conocer.
Un balance cuestionable
Durante el presente mandato del liberal-conservador portugués Durão Barroso al frente de la Comisión se han sucedido no pocos fracasos europeos. Desde 2004, la Unión ha visto cómo fracasaba la puesta en marcha de la Constitución europea pensada para la toma de decisiones y la democratización de una Europa que ha pasado de 15 a 27 miembros. Por ahora, ni siquiera ha prosperado el sucedáneo de mínimos llamado Tratado de Lisboa. Barroso no ha sabido comunicar e insuflar ilusión por un tratado que lleva la marca simbólica de su país. Bajo su mandato centrado en la liberalización de las economías, no sólo no se ha sabido preparar el futuro de la construcción europea, sino que además se ha tropezado con la mayor crisis económica que haya conocido la presente generación de ciudadanos y políticos europeos: una crisis del modelo ultra liberal de autorregulación de los mercados.
El candidato que no es
Durão Barroso es el candidato ideal de los grandes países de la UE mucho más por lo que no es que por lo que es. No es un líder carismático que pueda ensombrecer los personalismos de dirigentes como Sarkozy, Brown, Berlusconi y demás primados necesitados con urgencia de portadas en los diarios nacionales que les permitan remontar el vuelo de sus carreras políticas. Por eso, no sólo es el candidato confeso de Brown, Sarkozy, Merkel y la mayoría conservador; es asimismo, por contradictorio que resulte, el candidato del español Rodríguez Zapatero. En plena crisis, los líderes europeos han decidido jugar a chica. Barroso tampoco es el hombre fuerte de la Comisión con un proyecto definido de construcción europea que llevar a cabo, como sí fue Delors entre 1985 y 1995. Barroso se reúne con los líderes europeos cuando estos le reclaman para sus negociaciones a puerta cerrada, mientras Delors se reunía con ellos cuando él lo deseaba. Es decir, Barroso no tiene una agenda propia que imponer a los dirigentes nacionales en esta época de vuelta al soberanismo nacional.Se desinfla Rasmussen
Esta noticia desinfla la posibilidad de que el único candidato alternativo creíble hasta hoy a optar a la presidencia de la Comisión, P. N. Rasmussen, anuncie su voluntad de lanzarse al ruedo tras liderar la carrera de su partido hacia las elecciones durante dos años, ya que parte de los líderes socialistas no le apoyarán. A esto hay que que el PES no cuenta con serias expectativas de aprovechar la coyuntura de la crisis para aumentar sus escaños y que su rival político en Dinamarca, el liberal Anders Fogh Rasmussen, podría dar el salto a la dirección de la OTAN, lo que permitiría al socialista regresar a la política nacional, más cómoda y controlable.Un parlamento que cambia todo para seguir igual
Los sobresaltos de la crisis y las tensiones entre partidos nacionales provocará probables corrimientos de tierra entre partidos europeos. Sin embargo, al final, todo apunta a que la relación de fuerzas no cambiará de manera sustancial. Aunque la mayoría de conservadores y liberales tiene todas las de perder a causa de la crisis -y porque gobiernan en 20 países de 27 con lo que eso supone de desgaste- podríamos pensar que irán a la baja, más si cabe por cuanto los Tories británicos han confirmado que se van del PPE para crear un nuevo partido. Sin embargo, la progresión de los socialistas es nula, y en países como Francia, Italia, Reino unido y Alemania es probable que se lleven un batacazo. En Francia están divididos, en Alemania no han sabido capitalizar su intervención en el gobierno de Merkel, en Italia Berlusconi ocupa todo el espectro político y en el Reino Unido Brown no convence ya a nadie. Al mismo tiempo, los liberales, que perderán en Italia, Francia y los países del Este, recibirán con los brazos abiertos a los irlandeses del Fiánna Fail, hasta ahora presentes en el partido Unión por la Europa de las Naciones, que tiene los días contados ante la posibilidad de crear junto con los Tories británicos y el nuevo Libertas de Declan Ganley un nuevo partido. Los votos de protesta contra la crisis se los llevarán los partidos que conforman Izquierda Unitaria Europea que, sin apenas una campaña coherente a nivel europeo, se mantendrá en las mismas, igua que los Verdes, que apenas progresarán al haberse dejado birlar su visión ecologista por socialistas y liberales. (Fotos:)