Good bye, vieja Alemania
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josé leronesEl gigante alemán se encuentra en crisis. Sin embargo, para que pueda recuperar las fuerzas, debe transformarse. Pues sólo así le puede sacar Europa provecho.
En Good Bye Lenin hay una escena, de las más raras de las que cuenta esta película no falta de sorpresas. Alex, el protagonista masculino de la película, y su novia Lara, una joven enfermera rusa, están sentados en mitad de un edificio derruido, una ruina, que acaba de escapar de las bolas de demolición. Se fuman un porro y observan las estrellas.
A pesar de lo desolado que se encuentra este edificio, algo nuevo nace ya en él. La gente de Berlín, que se reúne en torno a Alex y Lara, intentan sacar lo mejor de su situación y convierten las ruinas en un lugar para fiestas: se ven extravagantes y coloridas formas retozando entre las ruinas, una escena llena de vida. Loco, pero en cierta manera también extraño. Y mientras la cámara se va alejando poco a poco y va dejando solos a los dos jóvenes, uno se da cuenta de lo acertadamente que refleja esta escena el estado actual de Alemania. Allá a donde se mire se renuncia a los modelos sociales de la antigua República Federal y se trabaja en la construcción de una nueva identidad alemana.
Una marmita multicolor
El gigante de Centro-Europa hace ya mucho que no es aquél por el que los demás países le tenían. La Alemania del huerto familiar, de los grandes y relucientes Mercedes y ricos turistas ya pasó. Alemania es más diversa, multicultural y excitante de lo que están dispuestos a admitir sus países vecinos. El país se parece hoy en día a una alfombra llena de remiendos: el Sur es rico, el Este pobre. La capital, Berlín, cuya situación en el centro de Europa y bajos precios, atrae a la juventud y a los artistas de toda Europa, es hoy por hoy una de las capitales más fascinantes de Europa. Y a pesar de la resistencia de la oposición conservadora, el país va siendo consciente de que se ha convertido en una tierra de inmigrantes: Cada vez más inmigrantes de tercera generación entran en la vida pública, humoristas como el turco Kaya Yanar tienen ya su propio programa de televisión. Las cuotas de televidentes de éste y otros programas de humor son altos. Los alemanes ya pueden reírse, incluso de sí mismos.
Inmensos problemas
Pero con los inconvenientes de la vieja Alemania por desgracia también comienzan a desaparecer las ventajas. Lo único que ahora es grande, inmenso en Alemania son sus problemas. El niño modelo de Europa se ha convertido, sobre todo en el aspecto económico, en un niño problemático. El bienestar de los años 60 y 70 exige ahora su tributo: El gigante alemán se empachó y tuvo que echarse un rato. Se quedó dormido y ahora se ha perdido el desarrollo de la moderna economía mundial, le cuesta ponerse en pie, los esfuerzos de reforma son pesados y lentos. Las asociaciones con intereses , ya sean sindicatos o empresarios, quieren salvaguargar el estado de sus posesiones y paralizan el país desde hace años. ¿Está Alemania ante la ruina?.
En el aspecto económico nadie debería tenerle miedo a Alemania. ¿Y qué pasa con el famoso orgullo nacional alemán?. Que estos temores no son infundados no lo muestran sólo escándalos aislados como el caso de antisemitismo del diputado Hohmann, sino también fenómenos sociales estructurales como la alta participación de extremistas de la derecha en las nuevas regiones alemanas (1). Este fantasma aún recorre las ruinas de la conciencia histórica alemana. Aún a pesar de ello: ni franceses, ni italianos, ni holandeses o checos deben temer a Alemania. Y no sólo porque la selección alemana sea de segunda categoría.
¿A dónde fueron las visiones?
Alemania ha aprendido de su propia historia. Ninguna frase ha sido tan frecuentemente y encarecidamente repetida por la clase política del país como ésta. Y apenas ninguna otra afirmación refleja tan fielmente la realidad política. Alemania tiene mucho que agradecer a sus visionarios, ya sea Adenauer con la Westbindung (2), Willy Brandt con su política de acercamiento y entendimiento con el Este (de Alemania y Europa) o también Helmut Kohl, que consiguió mantener a Alemania en las antiguas alianzas. Todos ellos tuvieron que hacer frente a fuertes oposiciones sociales antes de alcanzar su objetivo. Esa fuerza visionaria se pierde por desgracia en la generación de la post-guerra de Schröder y Fischer. Este canciller es un jugador de poker y no un visionario, y también el famoso discurso de Humbolt de su ministro de exteriores, que le sirvió más bien para su distinción personal. Y así se han ido adormeciendo las visiones alemanas para Europa. Y éstas son más necesarias que nunca, pues como se puede ver, Alemania comparte con sus colegas europeos los retos, que los estados occidentales han superado en el siglo XXI: reforma del sistema social, inmigración y la creciente guerra entre las sociedades plurales y el fundamentalismo religioso por el otro lado.
Por eso volveremos a Alex y Lara. A fin de cuentas a ellos les pertenece el futuro. Su película Good Bye Lenin está sembrando un gran éxito en toda Europa. Más de un millón de franceses la han visto ya, en Gran Bretaña es la película alemana de mayor éxito de todos los tiempos. E incluso fue nominada para el galardón de cine europeo. En resumidas cuentas: Europa aún puede dejarse sorprender, a pesar de sus problemas y confusión, por esta nueva Alemania. Esta nueva generación, que algún día tomará el relevo de la generación de post-guerra de Schröder y Fischer, es más que ninguna otra generación anterior a ella una clara parte de Europa. Cuando los jóvenes alemanes se saludan, dicen Hi, para despedirse Ciao. Quizás pueden conseguir lo que Adenauer, Kohl y Schröder no consiguieron: unir la fortaleza económica y una conciencia nacional sana con las visiones europeas. Sin embargo para ello Alemania no sólo debe encontrar su antigua fortaleza con nuevos medios, sino que debe también despedirse de muchas cosas que tanto le agradaban en el pasado. En su lugar diremos en voz bajita: Good Bye, old Germany. Bienvenue l´Europe.
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1 N. Del T.: Bundesländer, el autor se refiere a los Länder, en este caso regiones de la antigua RDA, donde se ha producido un agudo brote de la extrema derecha desde la reunificación.
2 Tendencia política tomada por el canciller de la recién fundada RFA, Adenauer, basada fundamentalmente en el acercamiento hacia la potencia mundial, EEUU, la reconciliación con Francia y el comienzo de relaciones económicas con sus vecinos occidentales.
Translated from Good Bye, altes Deutschland