Gamonal contra goliat
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Ni la imputación de la infanta Cristina, ni la visita de Rajoy a la Casa Blanca, ni la elección del Balón de Oro. Entre el 10 y el 17 de enero, el epicentro de la actualidad española estuvo en Gamonal, un barrio obrero de Burgos cuyos vecinos volvieron a enseñar los dientes a los mandamases de la ciudad.
Gamonal decidió movilizarse para frenar las aspiraciones de un Consistorio que pretendía invertir más de 8 millones de euros en una obra que arrojaba más sombras que luces. Por si fuera poco, sus habitantes contaron con la complicidad y apoyo de cientos de burgaleses igualmente indignados por la construcción de un bulevar en la calle Vitoria, una de las principales arterias de la capital que comunica el polígono industrial Pentasa con el centro. ¿Sus razones? El proyecto contemplaba la supresión de más de 300 plazas de aparcamiento en superficie y de un carril circulatorio por sentido, así como la creación de un parking subterráneo privado a 20.000 euros la plaza. Y no en propiedad, sino mediante un arrendamiento de 40 años. Una decisión chocante en un barrio donde el paro azota con severidad.
El estallido del conflicto no fue gratuito. Desde el primer momento, los vecinos de Gamonal trataron de reunirse con el alcalde de Burgos, Javier Lacalle (PP), para mostrar su rechazo al proyecto; pero su negativa al diálogo desembocó en una semana de lucha, de manifestaciones multitudinarias, de asambleas para establecer grupos de trabajo, de interminables guardias nocturnas, de revueltas y de cargas policiales que se saldaron con 46 detenidos y numerosos heridos.
Finalmente, el regidor burgalés cejó en su empeño de forma definitiva la tarde del 17 de enero, pese a haber anunciado horas antes la continuación de las obras. La noticia fue difundida por un miembro de la Plataforma No al Bulevar tras la celebración de un concierto de rap en la denominada zona cero.
PERIODISMO TRADICIONAL VS PERIODISMO CIUDADANO
Las protestas pacíficas previas al 10 de enero pasaron desapercibidas para los medios nacionales. Sin embargo, todos se hicieron eco de las protestas ciudadanas en Gamonal a raíz de los disturbios.
A pesar de explicar, con mayor o menor acierto, el contexto y origen del conflicto, las principales empresas informativas destacaron el carácter violento de los vecinos. Incluso se habló de radicales de extrema izquierda que se dirigían a Burgos con el objetivo de practicar terrorismo callejero. "Hasta que no ha habido fuego, no se ha hablado del tema", lamenta Sheila, una joven burgalesa del barrio de San Pedro que ha participado activamente en las protestas ciudadanas.
Frente al periodismo tradicional, las redes sociales y los blogs han jugado un papel fundamental. Miles de internautas han escrito ríos de tinta expresando su opinión, compartiendo información o indicando la hora y lugar de las asambleas y manifestaciones. Por desgracia, parece ser que Twitter fue objeto de censura, ya que "mucha gente escribía comentarios y no salían, se subían fotos y ponía: imagen censurada", apunta Sheila, que decidió abrirse una cuenta en esta red social para contar en primera persona sus impresiones.
EL EFECTO GAMONAL Y LA SOLIDARIDAD CONTAGIOSA
La comunicación social permitió la organización, en tiempo récord, de convocatorias en solidaridad con Gamonal por toda España. Desde el miércoles 14 hasta el viernes 17, más de 30 ciudades se manifestaron en apoyo a los encausados y en defensa de las causas legítimas de la protesta.
Juan Manuel Alonso, portavoz de Gamonal, afirma que "sin la solidaridad desde otros lugares del Estado y de algunos medios, esto no hubiese sido posible". Por ello, asegura que su barrio brindará su apoyo a cualquier iniciativa que plante cara a la injusticia, ya que "lo que nos preocupa son las personas, porque valen más que los partidos, las organizaciones, los ladrillos o los bulevares".
LA LUCHA CONTINÚA
Se ganó una batalla, pero no la guerra. "Seguimos luchando por una ciudad libre de especulación, donde las personas puedan tener condiciones de vida dignas", afirman desde la web de la Asamblea de Gamonal 2014, que continúa trabajando para que se cumplan el resto de sus reivindicaciones.
Paralizadas las obras de forma permanente, la principal prioridad de la plataforma es asegurar la libertad sin cargos de los detenidos. Por eso, Alonso y varios vecinos han solicitado de manera formal al Ayuntamiento y a las entidades bancarias que sufrieron destrozos que no se personen como acusación particular en los procesos judiciales.
Los otros dos grandes objetivos de la Asamblea de Gamonal son la retirada de los antidisturbios de Burgos y la dimisión irrevocable de Javier Lacalle. Según Sheila, "es difícil que se cumplan todas las reivindicaciones, pero no descarto la dimisión del alcalde, porque está muy presionado, sobre todo desde su partido". Por su parte, el portavoz de Gamonal considera fundamental crear "un sistema organizativo que nos permita pelear en el día a día, porque ellos después, en un mes o un año, nos ponen más atrás de donde estábamos ayer".
Pase lo que pase, Gamonal ha supuesto un ejemplo de cómo poner en práctica la democracia frente a una clase política cada vez menos intocable. Puede que se acuse a sus vecinos de violentos, pero como dijo el rapero burgalés Kopoet tras su actuación en la zona cero, "nosotros no somos los violentos. La verdadera violencia es el recorte de nuestros derechos o los desahucios que mandan familias enteras a la calle".