G20 "histórico" en Londres: la cumbre del billón de dólares
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Pedro PicónEl 2 de abril, los líderes del G20 se pusieron de acuerdo para juntar la sorprendente suma de un billón de dólares para acabar con la crisis financiera mundial. Mientras el presidente Obama enfila hacia Estrasburgo para la cumbre de la OTAN, explicamos el proceso y las conclusiones de esta cita que... ¿cambiará el mundo?
Solo dos veces antes las 20 principales economías industrializadas y en desarrollo del mundo - la UE con el dorsal número 20- se reunieron para discutir sobre la economía mundial, en 2006 y en 2008. Esta vez, ha habido una diferencia destacable. La presencia del nuevo presidente de EE UU, Barack Obama, ha aumentado exponencialmente el entusiasmo de los londinenses y los medios de comunicación. Las esposas del G20 añadieron glamur a la ocasión: la primera dama francesa, Carla Bruni, se mantuvo prudentemente en un segundo plano, cediendo esta vez el protagonismo a Michelle Obama, que acaparó la atención en los alrededores de la cumbre. La aparición del veterano activista y actor Bob Geldof añadió un punto de farándula a la ocasión, donde se practicaron algunos de los juegos más típicos de las cumbres. En los días de discusiones que antecedieron al clímax negociador, se atemperaron las expectativas y se filtraron algunas conclusiones provisionales.
Ninguna cumbre que se precie estaría completa sin largas discusiones acerca de los puntos más escabrosos y escaramuzas entre los participantes. La amenaza del presidente francés, Nicolas Sarkozy, de abandonar la reunión es ya un clásico de las estrategias de negociación francesas (su predecesor, Jacques Chirac, hizo lo mismo durante una cumbre de la UE en 2006). Una conferencia de prensa sorpresa de Sarkozy y Merkel para compensar la temprana aparición ante los medios de Brown y Obama sirvió para reavivar la vieja discusión de los anglosajones contra la alianza franco-alemana. Tras los muros de la cumbre, la ciudad de Londres se enfrentó a 35.000 manifestantes, algo que no puede faltar en cualquier reunión mundial de alto nivel que se precie.
Sin precedentes
Los líderes mundiales acordaron crear un fondo común de un billón de dólares contra la crisis mundial. Además, se vertieron inesperadas críticas y se presentó una lista de medidas más amplia y detallada. 250 mil millones de dólares doparán el comercio global, se reforzará la regulación en un compromiso por 'limpiar' el sistema bancario mundial y se tomarán acciones contra los paraísos fiscales más herméticos, con sanciones previstas en caso necesario. Los recursos del Fondo Monetario Internacional (FMI) serán, además, triplicados. El primer ministro británico, Gordon Brown, ha declarado que ha sido "el día en el que el mundo se puso de acuerdo para luchar contra la recesión mundial", marcando el "surgimiento de un nuevo orden mundial". Obama calificó la ocasión de "histórica" y "sin precedentes", considerándola como "un punto de inflexión en nuestro empeño de una recuperación de la economía global". Sarkozy y Merkel también se expresaron en esta dirección.
Al mismo tiempo, un cansado pero optimista Dominique Strauss-Kahn, director del FMI, declaró que esta institución "ha vuelto al juego", ya que sus fondos dedicados a socorrer a países en dificultades han sido triplicados, convirtiéndola en un socio importante del G20. Nadie sabe con certeza si el plan del G20 funcionará. Los líderes dejaron claro que no existe una solución milagrosa y anunciaron una nueva cumbre para el próximo otoño. Pero también es cierto que el éxito de la cumbre dependerá en gran medida de lo que hagan los líderes del G20 de vuelta en casa. El próximo episodio, en Washington en noviembre.
Translated from 'Historic' G20 in London: a one trillion summit like no other