Françoise Chotard: “los cócteles son importantes en nuestra profesión de lobistas”
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París. Su región. Doce millones de habitantes repartidos con densidad muy desigual y riqueza distribuida con enormes disparidades. Más rural de lo que las guías de turismo cuentan. Un perfil cuyos intereses quiere defender con uñas y dientes en Europa
“No tengo ningún inconveniente en calificar nuestra actividad como de lobbying”. Françoise Chotard se despacha sin tabúes acerca de su trabajo como directora de la oficina Île-de-France Europe en Bruselas. En esta verdadera capital política de Europa, se concentran más de 240 delegaciones regionales dedicadas a defender los intereses de su región representada y los proyectos de sus empresas y ciudadanos. “Hacer que prevalezcan los intereses de nuestras colectividades representadas es nuestro rol, y ya en los estatutos de nuestra asociación figura el término lobby para definir nuestro trabajo de interfaz entre los ciudadanos de la región en la que se encuentra París y las instituciones europeas”, completa esta francesa.
A quien trabaja en las tramoyas bruselenses de la Unión Europea le faltan dedos en las manos para contar las ocasiones que se le brindan al mes de coronar una dura jornada de trabajo con una recepción en alguna de estas delegaciones regionales en las que nunca faltan los mejores caldos locales y los alimentos más selectos de cada rincón europeo. Las malas lenguas dicen que estas oficinas solo sirven para eso y para servir de coartada a los presidentes regionales en su necesidad de escaparse unos días de su rutina política y recibir los agasajos de sus cónsules en Bruselas.
¿Es veraz esta frívola visión de vuestro trabajo?
Mire, en nuestra profesión los cócteles son también muy importantes. Me ha sucedido a menudo solventar durante un ágape una negociación que llevaba enquistada meses sin avanzar. Pero hacemos muchas cosas más, como vigilia informativa acerca de lo que se aprueba en el Parlamento, la Comisión y el Consejo, asistencia para el montaje de proyectos culturales o empresariales, y representación. Para ello hay que disponer de una red de contactos, y esta red requiere de eventos sociales.
Según su experiencia, ¿cuáles son las regiones más activas en Bruselas?
Las que tienen competencias legislativas, como los Lander alemanes o las autonomías españolas. Tiene otra legitimidad distinta de la nuestra [las regiones en Francia no poseen poder legislativo] y es cierto que el peso y el poder de sus oficinas es mayor. Regiones como Baviera o Baden-Würtenberg emplean a 50 personas mientras nosotros somos siete empleados.
¿En ellas se invita más veces que en su oficina?
No creo, esta idea es una falacia. Nuestro trabajo consiste en asesorar técnicamente, en ser expertos acerca de los procesos de toma de decisiones en Europa y en informar a nuestras ciudades. Hoy, por ejemplo, ya hay que pensar en una estrategia para aportar proyectos que se puedan financiar con los futuros presupuestos europeos que se negociarán a partir de 2010. Nosotros aconsejamos sobre prioridades, proponemos argumentos y sugerimos pistas.
¿Qué intervenciones prevé Europa en París y su región en el futuro? ¿Son tan importantes como las que se realizan en regiones como Escocia o Andalucía?
Isla-de-Francia tiene una particularidad: Una renta media muy elevada. Al estar destinado el presupuesto comunitario en gran medida a la cohesión, está claro que nuestra región se beneficia de una forma diferente que las que tienen serios problemas económicos.
Dicho esto, en 2000, conseguimos que la Unión reconociera una especificidad nuestra: y es que en Isla-De-Francia hay grandes disparidades de renta y de uso del territorio. De modo que los Fondos FEDER para el desarrollo estructural han invertido 156 millones de euros durante el periodo 2007-2013. En el mismo tramo, el Fondo Social Europeo ha dejado 546 millones de euros. A esto hay que añadir que el 80% del territorio de nuestra región es agrícola, rural o forestal, de modo que la Política Agrícola Común está muy presente entre nosotros. Los fondos europeos para la investigación coronan la inversión de la Unión en París y su región, debido al gran número de universidades y laboratorios existentes aquí.
¿Ve posible que Isla-De-Francia forme una eurorregión con otras regiones europeas?
No, porque estamos muy en el interior de Francia y nos obligaría a hacer una eurorregión demasiado grande para llegar a otras fronteras. En cambio, trabajamos mucho con las regiones-capitales de Europa. No es que hayamos creado una eurorregión de regiones-capitales, sino que hemos constituido en Bruselas una red informal que se traduce en posiciones comunes sobre muchos temas. En especial con Londres, Bruselas, y Berlín. Es importante, pues cuando una postura la defienden regiones como estas, su fuerza a veces es determinante para que se apruebe.