Francia se aburre y Europa no reacciona
Published on
Cargado de ironía, el discurso de este ciudadano francés cuestiona que eventos como la huelga general en Francia del 29 de enero no se base sencillamente en el aburrimiento de los franceses en vez de en reclamaciones laborales legítimas. Sin embargo, hay una segunda lectura.
Tres meses antes de la revolución de mayo de 1968, en marzo de 1968, ´Pierre Viansson-Ponté publicó en el diario un artículo en el que hablaba sobre el estado de sopor de Francia. Poco después, se diría que por espíritu de contradicción, estallaban las huelgas y las revueltas estudiantiles.
Vídeo en el que un francés explica lo mucho que se aburre Francia coincidiendo con una huelga general. Manifestaciones y huelgas sectoriales contra la precariedad se han dado también en Alemania, Grecia y el mismísimo Reino Unido, en donde la organización profesional de periodistas hizo un paro en solidaridad con sus colegas franceses de profesión. Le Monde
La reciente huelga general en Francia se basaba en el supuesto nivel intolerable de precariedad laboral en el país. Su resultado merece pitos y palmas. No ha paralizado el país, pero sí ha sacado a las calles francesas a más de dos millones de manifestantes. Al mismo tiempo, incluso colectivos profesionales británicos, como el de los periodistas, se solidarizaban desde el país de la flexibilidad laboral por excelencia. Grecia y Alemania también acompañaron la jornada de protestas. Lo paradójico en este movimiento ciudadano transeuropeo inédito es que en España no se han producido ni huelgas ni manifestaciones a pesar de ser el país de la UE con más alta tasa de precariedad laboral: 30% frente al 16% de la media comunitaria.
El Partido Socialista Europeo, que insiste en vender su concepto de la Nueva Europa Social, y la izquierda Unitaria europea, que tiene los vientos de la crisis a favor, no parecen lograr movilizar del todo a los trabajadores de cara a las inminentes elecciones europeas de junio. No logran encarnar la lucha contra las preocupaciones de los trabajadores mientras en la derecha parecen surgir personalidades con ganas de liderar el futuro de la Unión hasta llegar a presidir de nuevo la Comisión Europea, como apunta la reciente candidatura del primer ministro holandés, Balkenende, para presidir la Comisión.