¿Felipe González primer presidente de la UE?
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Según informa Le Monde, el presidente francés Nicolas Sarkozy ha dejado de ponerle ojitos tiernos a un Tony Blair en horas bajas en cuanto a popularidad, para fijarse en nuestro Felipe González como candidato a la futura presidencia de Europa, un cargo previsto por el esperado Tratado de Lisboa.
¿Un político conservador como Sarkozy esconde un lado felipista?
Si miramos un poco a nuestro alrededor la elección no parece en absoluto descabellada.
La figura del presidente (o presidenta) de la UE es un cargo cuya elección requiere una conjunción de equilibrios realmente compleja. Debe ser una persona bien vista por los 27 Estados miembros, alguien a quien el resto de presidentes y jefes de Estado acepten de manera unánime y le otorguen su confianza; al fin y al cabo, cuanto menos en el terreno simbólico, va a encontrarse un escalón por encima de ellos.
Y digo en el terreno simbólico, ya que como ocurre con el caso del famoso Mr Pesc, Javier Solana, es la personalidad de quien ocupa el cargo, la encargada de otorgar pleno sentido y facultades al puesto. Colocar a alguien con una trayectoria como la de González es toda una declaración de intenciones al respecto.
En un momento de euroescepticismo debido a causas tan dispares como la no ratificación del Tratado Constitucional, la espera por el de Lisboa o la crisis económica recuperar una figura como Felipe González puede significar un poco de aire fresco europeísta.
Después de todo, estamos hablando del presidente precursor de una idea que ahora es uno de los pilares de la UE y uno de los elementos que más deberá desarrollarse en un futuro: la ciudadanía europea.