Farage, Le Pen, Petry y Salvini: su otra vida
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Belén Burgos HernándezCon una sonrisa pícara, Nigel Farage anunciaba en rueda de prensa su retirada de la vida política. Ante el asombro de todos, el líder del UKIP ha aducido una única y buena razón: quiere retomar su vida anterior. ¿Cómo serían las jubilaciones de él y sus homólogos europeos? Imaginemos su futuro, sin duda, a cuerpo de rey.
Nigel Farage: City On Fire
Nigel deja su sándwich de pepino y se pone sus zapatos con los colores de la bandera de Reino Unido. Ni él mismo se lo cree, ¡por fin su vida de antes! Después de unos meses caprichosos dedicados a incordiar y a reírse, ha aportado finalmente "su granito de arena" a Gran Bretaña, consiguiendo el último objetivo de su vida: sacar a su país de la Unión Europea. "La libra puede caer a su nivel más bajo desde hace 31 años, la tasa de delincuencia puede superar el 500% y, gracias a Dios, yo puedo ver por fin un episodio entero de Cash in the Attic", pensaría.
Vestido como un jugador de críquet, fuma un cigarrillo y, con gesto teatral, dice: "Sabía que los médicos estaban equivocados sobre el tabaco". Se ríe, consciente de que el alquitrán que atiborra sus pulmones sólo responde a pura ficción. Está impaciente por dedicar más tiempo a esos largos y lluviosos viajes en barco a lo largo de la costa de Kent, su deporte favorito cerca de la jungla en la que viven los refugiados en Dover.
"Quizá vaya a visitar Francia", piensa, aun sabiendo perfectamente que los "franchutes" no se atreverán nunca a imponer restricciones de visados para los buenos viejos ingleses. No después de Waterloo.
Ya está, está preparado para saciar su pasión por la historia militar, aquella a la que recurría cuando convenía utilizar la propaganda nazi para sus carteles de campaña. A partir de ahora, puede por fin coquetear con otros regímenes fascistas, empezando por el que ha salido de los escombros de la sociedad británica.
"Joder el país, eso da sed", le suelta Nigel a su mujer alemana, ocupada en rellenar su solicitud de visado. "Vamos a tomar una copa al pub de la esquina, ¿quieres venir?". Sonríe una última vez antes de arrancar su Volvo. Mientras huye tranquilamente en el A299 en dirección a Thanet, mira sin inmutarse por el retrovisor. Londres arde tras él y el resplandor de las bolas de fuego ilumina el cielo de Kent. "Recuperamos, por fin, el control de nuestro país", espeta. Nunca nada ha sido tan bonito.
Frauke Petry: el fuego del amor
Es 2017 y Frauke Petry respira profundamente mientras sus dedos rozan el teclado del enorme órgano de la iglesia de Tautenheim. Tras el éxito repentino de su partido durante las elecciones generales, acaba de dimitir como presidenta de Alternativa por Alemania (AfD) para poder dedicarse por fin a las "verdaderas exigencias" de una mujer moderna: ser una buena madre y una buena esposa.
Marcus Pretzell -nuevo líder de AfD pero también nuevo noviete de Petry- le da golpecitos con su calibre 22. "Deberías continuar tocando, tesoro". Desde la entrada en vigor de la ley sobre armas de fuego, la tranquilidad ha vuelto definitivamente a los hogares alemanes. Así pues, esta "belleza demoníaca", que tanto le gusta a su querido Marcus, puede por fin conseguir el objetivo de su existencia. Así como esas vacaciones de 10 gracias a las que sus 4 hijos y los de Marcus chapotean felices. ¿Qué? ¿La nueva familia que han formado no se corresponde con la imagen de familia tradicional que el partido pregona? Esperad, antes podríamos decir "podemos usar armas de fuego contra los refugiados en caso de urgencia" y después afirmar que se ha interpretado mal.
No importa, esta tarde la pareja perfecta querrá hacer unos largos en la piscina llena de billetes, acumulados gracias a la reforma del impuesto de sucesiones (con marcos alemanes, ¡por supuesto! El euro es historia). Desgraciadamente, a sus 14 años, el hijo de Frauke tiene que comparecer ante el tribunal regional por haber traficado con cosas impropias en el patio del colegio: desde la llegada al poder del AfD, la mayoría de edad penal se ha rebajado a los 12 años. No te preocupes, Frauke Petry podrá refugiarse en la lectura. ¿Una recomendación? How to make your country burn, de Nigel Farage.
Marine Le Pen: la vida junto al mar
Marine Le Pen presentará una denuncia contra un periódico sensacionalista francés que, en su última edición, muestra una foto de ella en traje de baño. "Un ataque contra la vida privada", algo que la presidenta del Frente Nacional defiende a capa y espada. ¿Difícil por tanto imaginar a qué se parecería la vida de Marine Le Pen si abandonara la política? Desde luego que no.
En febrero de este año, sacó un blog titulado "Cuadernos de esperanza" en el que se puede admirar a una Marine Le Pen ordeñando vacas, maquillándose o con los brazos en cruz sobre la arena de una playa bretona. Indicios que anticipan una jubilación a cuerpo de reina en la casa familiar de La-Trinité-sur Mer, en Bretaña. Junto al fuego o en la terraza, la jubilada de la extrema derecha francesa sopla el saxofón que guardó intacto en el armario hace ya demasiado tiempo. Cuando llueve, echa una partida al Monopoly bretón con Louis y los niños. Cuando no llueve, va a Carnac a pasear entre esos menires impresionantes que un día "unos buenos hombres pusieron allí". Lejos de la política, Marine es una mujer libre mientras canta. A fin de cuentas, "no hay nada más agradable que pasar una velada cantando hasta las 4 de la mañana". Tranquila y despreocupada, Marine Le Pen camina descalza hacia un destino característico de las comedias francesas populares: un escenario ñoño pero reconfortante al mismo tiempo.
Matteo Salvini: Mister Quizz
¿Y qué podría hacer Matteo Salvini si decidiese retomar su vida anterior? En primer lugar, podría pensar seriamente en acabar esa maldita licenciatura en Historia. Hace dieciséis años que el líder de la Liga del Norte carga con sus estudios, de los que le quedan cinco asignaturas por empollar. Vamos a creernos que la política sea una fuente de distracción pero, querido Matteo, tendrá que volver a sentarse en los bancos de la universidad para terminar la carrera.
Entre clase y clase, sería el momento de hacer las paces con sus ideologías políticas. Francamente, ¿es serio pasar de comunista "puro y duro" en sus años de juventud a jefe de filas de uno de los principales partidos de la extrema derecha italiana? Sí, según el interesado, que justifica ese giro de 180 grados por el hecho de ser "un comunista old-school". En fin, todo el mundo estaría contento de saber que por fin ha puesto punto final a sus cuestiones existenciales.
Tercera opción: volver a la edad de oro de los juegos televisivos. Salvini causaba mejor impresión cuando era joven. Algo que se confirma con su primera aparición televisiva con 12 años seguida de su participación en el famoso programa Il pranzo è servito a los 20. El truco: ganó las dos veces. Todo con un aplomo y un corte de pelo increíbles. Matteo Salvini, ¿nuevo maestro de los concursos? Perché no.
Matteo Salvini en Slumdog Millionaire.
Translated from Farage, Le Pen, Petry et Salvini : la vie derrière soi