Fakear: «Tengo derecho a equivocarme»
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Belén Burgos HernándezFakear es, indiscutiblemente, el artista de la escena electrónica francesa que vive una mayor campaña publicitaria. Con 24 años, ya ha publicado 4 EP, ha llenado las mejores salas de Francia y ha confirmado que el beatmaking era viable en la cultura pop. En la actualidad, el de Caen prepara un álbum para su reaparición. Entrevistamos al artista y hacemos un recorrido por su trayectoria musical.
Cafébabel: Te convertimos muy rápidamente en el nuevo estandarte de la música electrónica en Francia. ¿Te molestó?
Fakear: No, no es molesto, es sorprendente. Es más bien inesperado, porque hay otros muchos tipos que vuelven a hacer giras después de mucho tiempo. En realidad, creo que es una cuestión de edad. Se recuerda demasiado mi edad en los artículos que me dedican y creo que a los medios de comunicación les gusta mucho resaltar la frase "el jovencito de 20 años". Pues bien, ahora tengo 24 ¡eh! Pero de repente es cool, la gente es más tolerante. Puedo equivocarme. Mejor jugar esa carta.
Cafébabel: ¿No has jugado también la de la singularidad?
Fakear: No del todo. Tíos que hacen beats con voces cortadas hay miles y estaban aquí mucho antes que yo. Yo crecí con la música pop y el MPC [mesa de mezclas] lo descubrí más tarde. De repente, utilicé esos trucos pop para agradar al público en general.
Cafébabel: ¿Cuál es tu primer recuerdo de la música electrónica?
Fakear: Fue en Caen, gracias a un tío que se llama Fulgeance, dueño de un sello discográfico que fracasó, Musique Large. Fue el primer tipo que me sorprendió, el primero al que veía tocar una caja de ritmos en el escenario. Eso para mí fue como un gran bofetón. 20Syl, del colectivo de DJs C2C, también ha aportado mucho a la escena beatmaking francesa. Después, artistas extranjeros como RJD2, Bonobo... No hizo falta mucho más para que se dijese que la música electrónica podía llegar mucho más lejos que el clubbing.
Cafébabel: ¿Te aburre el clubbing?
Fakear: En realidad no, pero no tengo la cultura del club. No me han influido Justice, los Daft Punk o la French Touch en general. Es muy raro que vaya a una discoteca. Prefiero ir a ver un concierto de rock antes que ir a ver a un DJ que pincha hasta las 4 de la mañana. Tengo otra cosa mejor que hacer: dormir.
Cafébabel: En general, ¿la gente comprende lo que haces?
Fakear: Creo que sí. Las personas a las que les cuesta entenderlo son los otros productores. Gente que conoce bien el medio e intenta encasillarte. Les cuesta trabajo entender el hecho de que quiera hacer una cosa pop que reune a la gente. Seguramente porque la música electrónica ha estado enfocada durante mucho tiempo para gustarle a una minoría underground. Yo hago eso.
Cafébabel: ¿El qué?
Fakear: ¡Bah!, música. Es intuitivo. Hago música con mis tripas, porque lo necesito. Después, el público interpreta el resultado como quiere. En general, es un resumen de mi rutina diaria. Lo que más me inspira son cosas cotidianas: comerme una pizza, pasar una noche de copas... La canción no tiene por qué hablar de eso, pero surgirá de ese tipo de impulso.
Fakear - «Skyline»
Cafébabel: Cambias mucho de dirección artística, de modo de hacer. ¿De qué quieres escapar?
Fakear: De mí mismo, de la vagancia. No estoy satisfecho de lo que hago muy rápido y he tenido períodos en los que renegaba de mis discos, como Sauvage. Mientras estaba haciendo el último, Asakusa, la cosa ha ido mejor, me he perdonado. Es hipercíclico, son replanteamientos permanentes, problemáticas existenciales.
Cafébabel: Un día dijiste "si empiezo a entender lo que hace mi pierna, me mataré". ¿Qué quiere decir esto?
Fakear: Es el principio de una receta. A partir del momento en el que entiendo por qué hice tal cosa, dejo de hacerla. Si sigo haciéndola, no sería sincero. De hecho, tener una buena idea es demasiado reconfortante. Te arriesgas a bloquearte. No te atreves a ir más allá, haces las mismas cosas y las tiras al cubo de la basura.
Cafébabel: ¿Has tirado muchas composiciones a la basura?
Fakear: ¡Hostia, y tantas! Piezas, he compuesto muchas. Voy a sacar un álbum para la reaparición, ¡y ya es el tercero! Desde el pasado octubre, cuando comencé a pensar en el álbum, he "tirado" unas cincuenta composiciones. Ahora, creo haber reunido un buen trabajo. Una docena de piezas musicales que me gustan. Es cool.
Cafébabel: En este momento, eres el artista francés de la música electrónica con más éxito. ¿Entiendes el fenómeno?
Fakear: Es fascinante. Tengo la impresión de que puedo decir "pedo" en el escenario y todo el mundo se divierte. Pero no trato de comprender el fenómeno, de lo contrario me volvería gilipollas. Me volvería prepotente y arrogante. Y no tengo ganas. Intento alejarme de eso lo más posible y meterme en ello sólo cuando es necesario. Esa es la razón por la que me voy bastante a menudo de París. Me largo. Es como una especie de mudanza, me instalo en otro lugar.
Cafébabel: ¿Dónde?
Fakear: Lejos, fuera de Francia. Porque en París, este fenómeno del hype [publicidad excesiva que termina convirtiendo lo publicitado en algo mediático] está constantemente presente. Es un coñazo y, desde luego, ese no es un ambiente sano para crear. Por eso me marcho y después, cuando tengo que currar, hacer la promo, pues... cojo el TGV, el AVE.
Cafébabel: ¿El hecho de venir de Caen te ha ayudado a escapar de la presión?
Fakear: Absolutamente. Cuando haces alguna cosa que funciona en provincias, la gente te eleva rápidamente a la categoría de abanderado de la región. El resultado es que si te haces famoso en esta región, los parisinos son más indulgentes. Eres, en primer lugar, el artista normando que viene a abrirse camino en París. Creo que la integración es mucho más fácil que si vienes de París e intentas usar tus recursos aquí, en el centro de la crítica.
Cafébabel: Hablas mucho de indulgencia. ¿Te hace deprimirte la crítica?
Fakear: [Reflexiona] Ya no. Desde que llené el Trianon [sala de conciertos de París], ya no me hago esa pregunta. Aunque hable la gente. Es el mejor argumento, no necesito ir más allá. La gente compra las entradas y vienen a verme. Con eso, sé que voy en la dirección correcta. Eso prueba, sobre todo, que mi público me comprende y que tengo una identidad como artista. Es súper importante para mí que la gente entienda lo que hago. Eso me reconforta y me define como artista. Si mi público no me entiende y empiezo a componer sólo por el mero hecho de hacerlo, pararé.
Cafébabel: Antes de ser Fakear, ¿qué querías hacer?
Fakear: Quería ser ingeniero de sonido, currar en la parte técnica, en la sombra. O también otra cosa completamente diferente: currar en algo relacionado con la educación.
Cafébabel: Al principio, fuiste guitarrista de rock. ¿Cuándo cambiaste tu guitarra por un MPC?
Fakear: En el instituto tocaba en un grupo de ska-punk con Gabriel, más conocido por Superpoze. Además, era un poco friki, curraba ya con un MPC, le atraía mucho la tecnología. Por mi parte, yo curraba mucho con mi teclado, experimentaba cosas con mi sintetizador pero la cosa no iba bien. Me volví a fijar entonces en Gabriel, que me habló del MPC como de algo no caro, práctico, un objeto qu metes en tu mochila y se acabó. Hoy tengo todavía la misma mochila y la llevo conmigo a todas partes.
Fakear - «La Lune Rousse»
Cafébabel: Tus padres son profesores de música. Habrás tenido contacto con ella desde muy pequeño, ¿no?
Fakear: Tengo un conocimiento teórico, pero no de conservatorio. No eran partidarios de inculcarme la música como algo obligatorio, sino como un hobby. Mi padre dirige una escuela de música muy libre en la que no tienes notas a final de curso y ese tipo de cosas. Debido a eso, aprendí música en un ambiente muy relajado. Sin embargo, no soy muy bueno en la teoría. Hice dos años de musicología en la facultad y no se me dio muy bien.
Cafébabel: ¿Comprenden ellos lo que haces?
Fakear: No, realmente no. Artísticamente hablando, a veces les resulta difícil seguirme. Entienden las composiciones que tienen una estructura pop clásica, con estrofas y un estribillo, pero cuando hago una pieza progresista de 7 minutos con un ritmo house, ellos están fuera de onda. Pero siguen mi carrera de cerca y están muy orgullosos. Eso es lo importante.
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Escuchar: 'Asakusa', de Fakear (Nowadays Records/2015)
Translated from Fakear : « J'ai le droit de me planter »