Fabienne Bruguière: “La agricultura puede ser un medio hostil para las mujeres”
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Pedro PicónLa viticultora de cuarenta y tantos años de la región del Languedoc, al sur de Francia, nos cuenta como el amor la llevó a dedicarse a la agricultura y el papel cada vez más importante de las mujeres en el cultivo del vino.
Mas significa casa. Thélème es la abadía que Gargantúa llenó de todo tipo de placeres. Resumiendo, el Mas Thélème es la casa de los placeres infinitos. Pero también es el nombre de las viñas de Fabienne y Alain Bruguière. Juntos forman uno de los 36 productores vinícolas de la región del Languedoc, al sur de Francia, donde se trabaja duro no solo para mejorar la calidad del vino de Languedoc, sino también su imagen en todo el mundo. Esta pareja cultiva por sí misma sus 20 hectáreas de viñedos, que producen alrededor de 7.000 botellas de vino anualmente, fruto de su trabajo. De principio a fin.
Han trabajado juntos desde su primera cosecha en 2003. Desde entonces, la pareja no ha tenido un solo fin de semana de descanso. “Alain empezó a dedicarse al vino en 1989. Desde el principio, me dio una formación ardua, incluso si yo ya tenía nociones sobre agricultura. Siempre me gustó el vino pero nunca pensé que me convertiría en viticultora”.
El Mercado del vino europeo ocupa el 45% del total mundial. Las reformas de la Unión Europea en junio entrarán en vigor el uno de agosto. Sin embargo, Bruguière no piensa que estos cambios vayan a afectar a su pequeña empresa. Sus dos primeras cosechas se comercializaron en 2005, por lo que “no tenemos suficiente información como para sacar conclusiones. Estaremos atentos”.
¿Cuál es su recompensa? “Cosas como una mejora de la calidad del vino que producimos. El sentimiento de no estar solos en la búsqueda de ese gusto específico del terreno de Languedoc, donde la fragancia del vino tiene toques de lavanda y de romero”. Una parte de los productores de la región se ayuda mutuamente, a encontrar el mejor vino, mezcla de pragmatismo y de una buena relación de vecinos.
Vino del Languedoc con raíces belgas
Para Fabienne, la aventura del vino es parte de su destino y es “una bonita historia”. Como explica, su “abuelo, que era belga, emigró antes de la Segunda Guerra Mundial al Languedoc, en 1940, donde trabajó para sacar adelante a su familia”. Tanto su abuelo como su bisabuelo se dedicaban al cultivo de la uva. La razón de su regreso era fútil, y como ocurre con frecuencia en estos casos, casual. “Mi padre encontró un álbum de fotos de su abuelo, y quiso volver a la región de su infancia. Esto no solo terminó como una excursión sentimental, sino también con la compra de una casa en el Languedoc. Desde entonces, vinimos cada verano, hasta que terminé por mudarme definitivamente al pueblo de Lauret, en 1999”.
Para Fabienne Bruguière esta elección supone un gran cambio con respecto a su anterior forma de vida. De un trabajo agresivo en una agencia de publicidad y márquetin, ha pasado a una relación cara a cara con la dureza, mediterránea, de la naturaleza. Como sea, su experiencia anterior sigue siendo útil: ha hecho todos los logotipos de los vinos bajo la denominación Mas Thélème. Los logotipos simples son eficaces y aúnan experiencia y pasión. Para Fabienne la pasión representa “uno de los principales factores que permiten crear un vino de acuerdo con uno mismo y su entorno. Esto da la fuerza para luchar contra el comercio y priorizar la calidad frente a la cantidad de la producción”.
Los orígenes viticultores de Mas Thélème se remontan a 600 años a.C. “Los griegos cultivaban sus viñas para sus propias necesidades. Más tarde, los romanos abordaron el vino desde el mercantilismo, vendiéndolo, pero utilizándolo también para su consumo. Según el aumento de la demanda, la calidad del vino bajó. También por esta razón, la calidad del vino de Languedoc comenzó a bajar”, explica Fabienne Bruguière.
En cualquier caso, fueron los griegos los que descubrieron el valor del clima y del terreno del Languedoc, explica Fabienne. “Tras las civilización griega y los romanos vino la época de los bárbaros. Los visigodos y los francos no consideraban el vino como un bien de primera necesidad. La época de los árabes fue más favorable al vino (y a la destilación) y conoció un desarrollo general de las culturas en la región, que duró hasta el siglo XV aproximadamente”.
Vino y mujeres
¿Cuál es el sueño de Fabienne? Habla de su proyecto viti-feminista: “Sueño con comprar terrenos no cultivados para que sean trabajados exclusivamente por mujeres. Me gustaría ver los frutos que dará la tierra cultivada de esta manera tan particular. Sueño con que las mujeres estén listas para enfrentarse a la tierra del Languedoc”, afirma, segura, Fabienne.
“A menudo tengo la impresión de que el mundo agrícola, en algunas partes de las regiones del sur, es hostil a las mujeres. Me he sentido a menudo frustrada cuando todas las propuestas que hacía durante las reuniones eran ignoradas, mientras que si era un hombre el que tenía la misma idea estas eran tenidas en cuenta. Es la sensación de que no te tomen en serio. Me he dado cuenta por ejemplo, de que en las catas de vino, consigo más clientes cuando estoy con mi marido. Por suerte, también me he dado cuenta de que más y más mujeres se están interesando por el mundo del vino. Hay ya bastantes mujeres en Pic Saint Loup: estamos juntas, nos ayudamos unas a otras, somos ingenionas y tenemos una gran determinación”.
Translated from Fabienne Bruguière: Pani na winnicy