Europeo, ¿qué sabes de cine polaco?
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cafébabel ESPreguntadle a cualquier italiano qué realizadores polacos conoce. ¿Cuál será la respuesta? Simple: Kieslowski, Polanski, Zanussi, Wajda y, quizás, Skolimowski. Estos famosos tienen la ventaja de garantizar el éxito la promoción de una nueva película o, al menos, una gran asistencia a sus proyecciones aunque solo sea por curiosidad. ¿Qué queréis? Un nombre conocido es eso.
Mis "vacaciones romanas", hace ya varios meses, me han permitido observar la cantidad de personas que asiste a las proyecciones de películas y a los encuentros con los realizadores, polacos, claro. ¿Conclusión? Este universo está reservado a algunos interesados en el cine y a la búsqueda de novedades en los festivales. Siempre podemos esperar un público más numeroso cuando se trata de alguien conocido. Eso es lo que ocurrió en la proyección de la película de Lech Majewski,The Mill and the Croiss (Mlyn i Krzyz), en el marco del MedFilm Festival, a lo largo del que también se emitió Beats of Freedom (Zew Wolnosci), un documental de Leszek Gnoinski y Wojciech Slota.
Para ver algo polaco en Roma, hay que hurgar un poco y estar al tanto de programas, proyecciones especiales y festivales. Se decepcionarán aquellos que esperen ver la producción de la nueva generación de realizadores de los que nadie ha oído hablar. En el cine, sin embargo, no encontraréis ninguna película polaca. El último acento polaco fue el de Un Dios salvaje (Rzez), de Roman Polanski. El único lugar en el que podréis ver una nueva obra es el Instituto Cultural Polaco, que organiza proyecciones de películas y encuentros con los autores. A lo largo de este año, también será posible descubrir cortos gracias al Festival international de películas cortas Arcipelago.
La nueva generación tiene derecho a expresarse
La voz de los artistas jóvenes es importante, original y apreciada en los festivales extranjeros, sobre todo en lo que concierte a los cortos Talk to him (Porozmaniaj z nim), de Agata Pretki,Switez, la ciudad perdida (Switez) de Kamil Polak, Firebird (Ognisty ptak) de Andrzej Gosieniecki o la nominación de este año a Sundance,Opowiesci z chlodni de Grzegorz Jaszczuk. Y en ficción, Suicide Room (Sala Samobojcow), de Jan Komasy, Erratum, de Mark Lechki, Mall Girls (Galerianki) y Baby Blues de Katarzyna Roslaniec, All that I love (Wszystko, co kocha), de Jacek Borcuch y Out of love (Z milosci) de Anna Jadowska. Desgraciadamente, su trabajo pasa a veces desapercibido y solo se espera un público reducido. La razón es, seguramente, la falta de una buena distribución de nuestras películas en el extranjero y su ausencia en los festivales. Si miráis los programas de los festivales europeos y mundiales, es muy probable que no encontréis ni una novedad de la producción nacional. Nuestro talón de Aquiles es la falta de una industria de promoción y de profesiones directamente relacionadas con la promoción en el extranjero. Las películas europeas tienen coproductores, agentes y distribuidores extranjeros que solo se ocupan de la promoción más allá de sus fronteras.
En Polonia, las instituciones más importantes que se encargan de esto son el Instituto polaco de cine y la Asociación de cineastas polacos. Dejando aparte estos organismos, hay algunas sociedades privadas de producción, de distribuidores y estudios de cine cuya labor es enseñar nuestra filmografía al mundo. Últimamente, se crean páginas en internet con el único objetivo de la promoción internacional. Estos proyectos giran, esencialmente, alrededor de cortos y documentales. Siguiendo una iniciativa del Instituto polaco de cine, se han creado los portales de la Fundación Cracoviana de cine o el Instituto Adam Mickiewicz. Gracias a ellos es posible oír todo lo que tiene que decir la nueva generación y cuántos proyectos son producidos cada año. También encontramos informaciones sobre las cantidades que se llevan los artistas polacos y sus nominaciones en festivales extranjeros.
La promoción empieza por uno mismo
Pero, en realidad, cada joven realizador debe encargarse de su promoción. Es lo que ocurrió cuando Jan Komasy en el Festival de Cannes se encontró con un agente internacional que aceptó promover su película Suicide Room (Sala Samobojcow). Malgorzata Szumowska ha admitido que muchas de sus películas se han podido realizar gracias a coproducciones internacionales. Según la realizadora, es la única manera de hacerse un nombre y abrirse a nuevos conocimientos, así como al mayor número de festivales posible porque los mejores contactos se hacen precisamente en la fuente a la que se espera llegar. Es casi más importante en el terreno de cine de autor, donde el presupuesto para la promoción es insuficiente.
El deber de los periodistas y de los críticas de cine es escribir regularmente sobre lo que pasa en el cine polaco, pero también buscar oportunidades para que estos artículos aparezcan en los periódicos extranjeros y páginas de internet. Los cineastas están de acuerdo en que el éxito depende, en gran medida, de nuestra capacidad de autopromoción y de nuestra paciencia. Todo comienza siempre por los pequeños pasos. A veces los amateurs olvidan que antes de recoger los laureles, el trabajo debe estar al día. Nada cae del cielo. Podemos seguir quejándonos de lo que no hay en Polonia o concentrarnos en la búsqueda de soluciones eficaces.
Fotos.: portada y texto © cortesía de Filmweb ;Vídeos: TheJudicool/youtube.com, AscotEliteRomandie/youtube.com
Translated from Co wiesz o polskim kinie, Europo?