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Europa trabaja los domingos para los japoneses

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Europa confidencial

barbesTrabajar en domingos, algo que para muchos españoles puede resultar de lo más banal, sigue siendo un tabú en Francia. Lo paradójico es que el gobierno conservador de Sarkozy, que apoya el concepto de Europa como club cristiano, sea el que haya impulsado la ley que permitirá trabajar a los franceses durante el día en que el dios de los cristianos decidió descansar.

Pasear en domingos por el barrio de Barbès en París, por el Soho londinense o el Raval Barcelonés, es garantizarse una jornada de diversión sin descanso durante todo el día. Callos con garbanzos en la Rue de Myrrha, ropa en Dean Street, o cortarse el pelo en el carrer de Sant Pau…, la vida sigue como cualquier día, ignorante de tradiciones religiosas o precisamente porque la mezcla de religiones permite los relevos entre el viernes, el sábado y el domingo, días sagrados respectivamente de los musulmanes, los judíos y los cristianos.

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Domingueros contra dominguistas

En Europa hay dos clases de países. Aquellos en los que es bastante usual abrir comercios y oficinas y trabajar en domingos, y aquellos en los que no. En el primer grupo se encuentra España, país en el que los comercios pueden abrir en todo el territorio hasta 24 domingos al año, es decir, la mitad de los domingos. También están el Reino Unido, campeón europeo del trabajo dominical, Holanda o Austria. Son países en los que al menos el 25% de los asalariados trabaja o ha trabajado a menudo en domingo. El grupo opuesto lo lidera Alemania, junto con Noruega o Irlanda. Son países en los que menos del 10% de los asalariados dice trabajar o haber trabajado en domingo. En 1996, la Corte Europea de Justicia ya determinó que no existen por ahora razones suficientes para considerar al domingo un día mejor que cualquier otro de la semana que dedicar al descanso.

Francia, país cuyo sector turístico es muy potente, se encontraba hasta esta semana en la equidistancia: el 15% de sus asalariados echaban la peonada en domingos. Sin embargo, según una encuesta de Vivavoice publicada por el diario , el 55% de los franceses se mostraba contrario a extender el trabajo dominical.

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Trabajar más es una cortina de humo

Ahora la derecha ha aprobado una ley que crea zonas turísticas sensibles en París, Marsella y Lille, para permitir que se trabaje en mayor medida los domingos y abran los comercios, sobre todo los dedicados a acoger a turistas. Además amplía las posibilidades de trabajar en domingos en el resto del territorio. Nicolas Sarkozy y su primer ministro Fillon, ante una población que valora muy especialmente la vida en familia, argumentaban que esta medida promoverá también la creación de puestos de trabajo.

Que la derecha pseudoliberal europea argumente que cada uno debe ser libre para poder trabajar cuando desee, pase, por rigor ideológico; pero pretender que ampliar a los domingos las posibilidades de trabajar crea empleo, es una falacia. Para empezar, dos de los países en donde más se trabaja en domingos –Reino Unido y España- es donde el paro más azota durante la crisis actual. En segundo lugar, Alemania, país que rechaza categóricamente el trabajo dominical, es el que menos desempleo está creando durante la crisis. Por último, es un error que los países europeos horaden sus sistemas sociales para parchear una economía que pretenden basar en sectores estacionales como el turismo, en vez de en sectores productivos fundamentados en el desarrollo de nuevas tecnologías.

Europa necesita una potente reconversión industrial y no cortinas de humo como la de la libertad de poder trabajar en domingos para que los japoneses compren en Louis Vuitton o en Custo. De lo contrario, cuando salgamos de la crisis, no habremos desmontado los mecanismos especulativos sobre los que construimos nuestra apariencia de progreso. (Fotos: )