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“Europa no necesita un ejecutivo económico“

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La competencia entre los sistemas económicos de los miembros de la UE es buena, según palabras de la economista Katinka Barysch en una entrevista con café babel.

La economista alemana Katinka Barysch, jefa del departamento de economía del Centre for European Reform emplazado en Londres, es una analista audaz de la integración económica europea.

¿Qué opina usted sobre las consecuencias políticas y económicas de la Constitución Europea?

Desde el punto de vista económico no habrá grandes cambios debidos a la Constitución, ya que adopta muchas cláusulas de convenios ya existentes. Por este motivo, la Constitución no hará que Europa sea más liberal o más social. Por eso tanto la derecha como la izquierda se muestran descontentas con el nuevo cuerpo legislativo. Por un lado, los socialistas franceses han identificado la Constitución con un instrumento neoliberal y casi lo rechazan. En Gran Bretaña, el texto se considera como una conspiración de los socialdemócratas alemanes y franceses contra Inglaterra.

Economistas como Stefan Collignon o Henrik Enderlein reclaman ante semejante miseria económica un gobierno federal para la economía. ¿Se une usted a estas reclamaciones?

No, desde luego no necesitamos un gobierno federal para la economía. Los países nórdicos como Suecia o Dinamarca han demostrado que a nivel nacional la eficacia económica y el bienestar social son compatibles. La UE es un gran laboratorio en el que se experimenta con distintas políticas económicas. Los resultados positivos se prestan a ser trasladados a otros países. Por ello no veo ninguna necesidad de reforzar la armonía en el ámbito de la política económica.

¿Existirá en algún momento un único modelo de política económica europea? En caso afirmativo, ¿cómo será?

No creo que haya una convergencia completa en Europa, puesto que hay diferencias muy marcadas en la escala de prioridades. Alemania, por ejemplo, tiene como mayor prioridad nacional el bienestar social, pero Gran Bretaña no. Si Alemania importara elementos positivos del liberalismo económico británcio, sería sólo de una manera muy leve. Sólo se puede hablar de un modelo económico y social de Europa si se ve Europa desde una perspectiva muy distante, como por ejemplo desde la óptica de los Estados Unidos.

¿Tiene algún sentido invertir tanto en la competencia de diversos sistemas dentro de Europa en vez de mejorar la capacidad europea para competir frente a otros mercados?

No existe ninguna contradicción entre competencia interna y externa. Las mismas medidas que conducen a una competencia dentro de Europa refuerzan también la posición en la competencia global. Los costes de adaptación debidos a una competencia más intensa crecen cuando menos flexible es el sistema. Este es el problema específico de economías muy reguladas como la alemana o la francesa. Inglaterra, que ya tenía un mercado de trabajo muy flexible antes de la ampliación de la UE, apenas ha sufrido grandes cambios o presiones desde el uno de mayo del 2004.

Los sindicatos hablan del fin de un modelo social europeo, vista la desigualdad creciente. ¿Va a fracasar la financiación de sistemas sociales eficaces por falta de ingresos tributarios?

Estamos aún en la cima del bienestar social. Los sistemas se han ampliado tanto en algunos sentidos, que falta motivación para trabajadores potenciales. No comparto el miedo a que no haya una Europa social en un futuro. Porque coincidimos en que queremos determinados parámetros sociales que además nos podemos permitir. Pero los sistemas sociales deben reformarse, porque han crecido en cierto modo demasiado y les han quitado la propia responsabilidad a los ciudadanos. Eso es un gran error.

Translated from „Europa braucht keine Wirtschaftsregierung“