Europa en la encrucijada
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Europa atraviesa una de sus etapas más duras en la construcción del proyecto europeo, un avance sumatorio desde la CECA en 1950 que en 2017 comienza a sufrir pérdidas como la de Reino Unido. ¿A partir de ahora qué? ¿Oportunidad o inicio del fin?¿Qué queda de los Tratados de Roma por los que celebramos este año el 60 aniversario?
Asistimos a las jornadas 'Europa en la encrucijada: Brexit, populismos y nacionalismos' organizada por la Universidad de Sevilla para acercarnos a posibles respuestas emitidas por expertos en la materia.
IGUALDAD DE GÉNERO, UNA QUIMERA
Ruth Rubio Marín, profesora titular de Derecho Constitucional de la Universidad de Sevilla y profesora global de la New York Law School abordó durante su intervención las políticas de igualdad en la Unión Europea y expuso el estado actual en el que se encuentran.
Con un tono crítico comenzó su ponencia apuntando algunos datos que ponen de manifiesto la desigualdad que aún existe entre hombres y mujeres como, por ejemplo, el hecho de que un tercio de las mujeres en la Unión Europea han sufrido violencia física y sexual y de ellas, a 1 de cada 5 fue su propia pareja la que la maltrató y humilló.
Rubio Martín repitió en varias ocasiones a lo largo de su intervención que “más de la mitad de la población sigue bajo opresión”. Pero la disparidad y el machismo no solo está presente en la violencia, aunque esa sea quizá la parte más visible y abominable de un gran iceberg que empieza con el desempoderamiento de la mujer, destacó que la presencia femenina en altos puestos de representación en los Consejos de Administración de las empresas que cotizan en bolsa en la UE brilla por su ausencia en la mayoría.
En cuanto a la actuación de la Unión para lograr el objetivo de la igualdad, Rubio Marín analizó los resultados de los últimos tiempos y señaló que las consecuencias de la crisis se han hecho notar en este sector, lo que ha provocado que existan una menor preocupación por la igualdad que en décadas anteriores porque durante los últimos años todo se ha subordinado a la economía.
La ponente señaló que esta crisis plantea la oportunidad de virar hacia un modelo de desarrollo más social que revierta la tendencia de las políticas de austeridad y ayude a llegar a una Europa paritaria. Con una precisión milimétrica en cuanto al tiempo de exposición (media hora por cada uno de los ponentes que intervinieron en el acto) Ruth Rubio quiso concluir su discurso como lo había empezado refiriéndose a la opresión de la mujer: “la nueva Europa social no puede permitirse el lujo de que en ella siga oprimida más de la mitad de la población”, afirmó de manera tajante Rubio.
Tras la intervención de Ruth Rubio llegó el turno de los asistentes, que pudieron preguntar, dialogar y expresar sus inquietudes en torno a la actual situación de la Unión Europea con todos los ponentes del evento. Entre las principales preocupaciones, cómo no, el Brexit. Los ponentes coincidieron en esencia con sus respuestas señalando que se abre un complejo proceso de negociaciones con Reino Unido que habrá que encarar con prudencia y sumo cuidado, priorizando a los ciudadanos europeos.
¿Una reacción institucional insuficiente?
El periodista Xavier Vidal se mostró particularmente duro, tanto en su intervención como durante el coloquio, con respecto a la posición que la UE debe mantener en las negociaciones de la salida de Reino Unido y aseveró que la Unión debe mostrar dureza en la negociación del Brexit y responder de forma contundente al órdago británico.
Otra de las preocupaciones que los asistentes trasladaron a los expertos fue la situación de la defensa europea ahora que el nuevo presidente norteamericano, Donald Trump, amenaza la sostenibilidad de la OTAN. En este caso los aludidos plantearon que esta supone una buena oportunidad para poner en marcha una verdadera política de defensa común en la Unión Europea, aunque apuntaron que la prioridad quizá no deba ser invertir mucho más dinero en europeo en defensa, sino invertirlo de manera más eficiente.
ZAPATERO ENMARCA EN UN MUNDO GLOBALIZADO LA CRISIS INTRAEUROPEA
El encargado de concluir estas jornadas fue el expresidente del gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, quien suscitó una importante atención mediática con su llegada y se encargó de abordar el reto que supone para la UE el futuro después del Brexit, así como las consecuencias de la globalización.
Rodríguez Zapatero comenzó su exposición con un tono bastante pesimista con respecto a la salida de Reino Unido. “Es una decisión nefasta para Gran Bretaña. Es la peor decisión vivida desde la Segunda Guerra Mundial en Europa y es una noticia triste para la UE”, aseguró en este sentido el expresidente del Gobierno. No obstante, Zapatero expresó que observa el Brexit con cierto escepticismo, ya que es “extremadamente difícil articularlo” debido a la cantidad de lazos sociales que existen entre la UE y Reino Unido, tanto a nivel económico, como social y judicial.
Zapatero destacó que la Unión Europea nunca dejará que se pueda elegir a la carta entre las cuatro libertades que implica el mercado común (capitales, personas, bienes y servicios). Con respecto a las consecuencias del divorcio entre la UE y Reino Unido, el expresidente respondió de forma lacónica y concisa: “quien rompe, se rompe”, aseguró aludiendo como metáfora a un choque de trenes en el que siempre es el más pequeño el que peor parado sale.
A pesar del pesimismo en su primera parte de la intervención Rodríguez Zapatero tiene claro que la civilización no volverá a cometer los errores del pasado y que los vaivenes a los que hoy se enfrente la Unión Europea supondrán un bache duro pero, en ningún caso, traerán el final de un ciclo o de un sistema.
Sin embargo, es este bache, con crisis financiera voraz incluida, el que ha hecho resurgir y salir de los márgenes del espectro político a partidos como el de Le Pen o Wilders, que en una escena con votantes desencantados han logrado convertirse en los protagonistas más recientes de la política europea, haciendo que toda la UE se revuelva de inquietud cada vez que se celebran comicios en algún Estado miembro.
En torno a esta idea, Zapatero también quiso realizar un análisis somero sobre qué suponen las alternativas políticas surgidas fruto del malestar y afirmó que “son lo más conservador de la historia”. El expresidente apuesta por mostrar un rechazo radical a los discursos de políticos como Le Pen y combatirlos mediante reformas europeas.
INDIA Y CHINA, TOCA REEQUILIBRARSE
Con respecto a los retos planteados por el proceso de globalización en el que nos encontramos inmersos, el expresidente del gobierno sostuvo que nos encontramos en un momento de reequilibrio en el que países como India o China están emergiendo con una fuerza imparable: en el año 2000 Estados Unidos y Canadá concentraban el 32% del PIB mundial, a día de hoy es China la que acapara el 29’4% del Producto Interior Bruto a escala mundial.
Asimismo, teniendo en cuenta que los gigantes asiáticos mencionados compiten sin tener demasiado vigilo por las condiciones laborales, Zapatero planteó que el gran debate de fondo está en cómo competir con esas potencias y abogó por luchar por una Europa más unida y que logre una relación más estrecha con las potencias asiáticas pero, también, con Latinoamérica y con África.
Para concluir con su argumentación Rodríguez Zapatero empleó un tono más alentador que en su inicio y subrayó que tenemos ante nosotros la Europa del talento y que debemos tener confianza en el futuro que nos espera. En esta línea continuó haciendo un balance positivo a propósito de los 60 años de los Tratados de Roma. “Hemos sido un continente salvaje”, aseveró haciendo alusión a las atrocidades cometidas durante la Segunda Guerra Mundial, a lo que añadió: “fuimos el peor testimonio de la historia, pero también hemos conseguido ser el mejor con el proyecto europeo”.
A pesar de la compleja situación que atraviesa la Unión Europea el expresidente del Gobierno también vislumbra una parte positiva en clave nacional en este clima de proteccionismo que vive Europa. Y es que, según Zapatero, acontecimientos como el Brexit, suponen una oportunidad para España para mejorar su identidad a nivel internacional.
"En un momento en el que países como Reino Unido apuestan por cerrarse sobre sí mismo y dar la espalda a sus socios europeos con el Brexit, España está demostrando que, al contrario de lo que muchos piensan, es un país abierto, dialogante y tolerante".