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Estrategias europeas para el futuro

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Las "miradas duraderas" a largo plazo son necesarias para descubrir un pensamiento europeo sobre el desarrollo sostenible en el entorno del euro, las cartas blancas y los problemas de subvención y para plantearse un “optimismo duradero” en la puesta en marcha de este pensamiento.

“Permanencia, sobre este asunto descansan mis pies”, éstas son palabras de Hans-Peter Dürr, premio Nobel, pronunciadas en una conferencia del IPPNW (Federación Internacional de Médicos para la Prevención de la Guerra Nuclear) en Berlín. Juega con la traducción alemana del concepto, cuya variante inglesa Sustainability, ability to sustain conlleva de forma más clara el contenido dinámico del término, la posibilidad de sobrevivir. En alemán también conocido como Zukunftfähigkeit (perspectiva de futuro), combina esta a primera vista desapercibida palabra en las más importantes discusiones, conflictos y esperanzas de nuestra sociedad, o mejor dicho de la comunidad internacional.

Fundamental para su significado actual han sido las cuatro definiciones citadas en la Comisión Brundtland de 1987: “el desarrollo sostenible consiste en satisfacer las necesidades del presente, sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer las suyas propias” Dos elementos claves de sostenibilidad han conseguido aceptación desde entonces: por una parte la conciencia de una interacción entre las dimensiones económica, social y medioambiental del desarrollo y por otra, el elemento del orden generacional.

“Más ser que tener: el desarrollo sostenible engloba un estilo de vida modesto pero de riqueza social que no supone un cargo para las futuras generaciones ni tampoco corre de los gastos en armas en los países en desarrollo” (Porf. Dr. Josef Sayer) ¿tiene este modo de vida una oportunidad en Europa?

El espíritu de Río, ¿puede triunfar de nuevo esta visión?

En 1992 se estableció el principio del desarrollo sostenible en el orden del día político de la comunidad internacional: la cumbre mundial de las Naciones Unidas elaboró en Río de Janeiro la “Agenda 21” y la “declaración de Río”. En el transcurso del proceso de Río, la UE y los otros países firmantes se comprometieron a desarrollar estrategias para un desarrollo sostenible en la cumbre mundial Río +10 en Johannesburgo (Cumbre Mundial para el Desarrollo Sostenible)

El esfuerzo de la UE por cumplir el compromiso contraído en el marco de la ONU se manifiesta en diversos documentos, más o menos vinculantes y más o menos llevados a la práctica. El artículo 2 del Tratado constitutivo de la Comunidad Europea convierte el desarrollo sostenible en una cuestión clave de la Comunidad Europea “La Comunidad tendrá por misión promover [...] un desarrollo armonioso, equilibrado y sostenible de las actividades económicas en el conjunto de la Comunidad”

Desde el Consejo Europeo de Göteborg existen las “estrategias de la Unión Europea para el desarrollo sostenible”.” El desarrollo positivo en Europa podría volver ciegos a los europeos ante el número de potenciales amenazas” La Comisión quería evitar este peligro con sus estrategias. “No todos tienen los medios para compartir esta nueva oportunidad económica y corren el peligro de quedarse atrás. También existe una creciente preocupación, ya que mantenemos una presión fuerte sobre la productividad de nuestro planeta”, así establecen los informes de la Comisión. Las preocupaciones aquí mencionadas de las actuales tendencias son ampliamente conocidas, e inmediatamente aparecen en nuestra mente fotos y titulares sobre pestes avícolas, vacas locas o inundaciones. Menos conocido es quizás el hecho de que uno de cada seis europeos vive en la pobreza.

Esto se debe acatar con una estrategia en tres partes que incluya tanto propuestas generales y medidas específicas (como por ejemplo una mejora de los sistemas de tráfico y el abastecimiento en recursos naturales o el aumento del uso de energías renovables) así como una estrategia para la puesta en marcha de inspecciones.

Crecimiento o sostenibilidad, ésa es la cuestión

El nuevo desarrollo (enero de 2003) supone la “mesa redonda para el desarrollo sostenible”, un gremio de expertos formado por 13 personas de la Comisión presentará un informe sobre la posibilidad de hacer futuros contratos ecológicos en el mercado económico en Europa hasta otoño de 2003. Este tipo de análisis y propuestas comerciales no se ofrecen en los actuales consejos. Pero las propuestas para el desarrollo sostenible debe estar fijadas tanto en el preámbulo como en el artículo 37 de la carta fundacional.

El Comité Económico y Social (CES) criticó en su congreso de febrero de 2003 la lentísima puesta en marcha de la estrategia de la UE para el desarrollo sostenible. Por esto surgió la pregunta sobre si los objetivos del crecimiento económico (por ejemplo la estrategia de Lisboa) habían sido acordes con el principio de la sustentabilidad y el cuidado de los recursos. Si esta oposición discutiera o eliminara en un futuro del marco de la UE o si esta progresiva estrategia solo tuviera un papel en la presentación internacional de Johannesburgo, aun así, se esperaría su puesta en marcha.

Es difícil hacer una valoración de los diferentes programas y acciones que se ocupan de las perspectivas de futuro. El desarrollo sostenible no aun es un objetivo principal de la UE. Todavía parece que el informe sobre la cooperación económica omite:

• Si todavía la UE no quiere ser una comunidad económica sino una comunidad de valores

• Si en las numerosas charlas los principales objetivos y perspectivas comunes son realidad

• Si se establece cierto acuerdo sobre cómo deben desarrollarse las sociedades en las próximas generaciones, y si, por lo tanto, habrá una estrategia de la sustentabilidad.

Pensamiento global, actuación europea

Naturalmente no es suficiente que el “pensamiento sostenible” solo se concentre en la esfera europea y que se haga un modelo solo allí. También aquí han de concretarse el tantas veces mencionado lema de la Agenda 21 “pensamiento global, actuación local” y la formulación, “pensamiento europeo, actuación nacional, regional y comunal”. Pero justo en la esfera nacional, la política no actúa raras veces en forma de “reparaciones rápidas”. Soluciones a largo plazo y en un principio consistentes no son a veces compatibles con las prioridades de los votantes y permanecen a veces fuera de los intereses (creados) de los políticos. Sin embargo no hacen retroceder a los que se orientan por las modas y se adornan y también a los programas de sus partidos con conceptos duraderos y por tanto dejan a un lado el concepto de su credibilidad.

Y estos parecen ser los componentes europeos más importantes:

• ¿Existe realmente en la esfera de la UE mejores oportunidades para aquellos que desarrollan conceptos que por un lado se definen como idealistas?

• ¿está justificado que la UE no cree algunas estrategias y de esa forma se puedan afrontar quizás mayores demandas, aunque el público recibiría escasa cosas?

• ¿es incluso deseable que los gobiernos nacionales puedan eludir la respuesta a regulaciones importantes más tarde en el contexto de la UE cuando se pueden encontrar y llevar a cabo soluciones eficaces?

Los que se basan en los comités de expertos y por tanto políticas de la UE opacas pueden tener una ventaja: al final con la necesidad de cambio, se necesitan unas extensas políticas de información que actúa aquí como muchos aspectos políticos de la UE.

Con la puesta en marcha de una estrategia como la que aquí hemos mencionado, las relaciones con los ciudadanos deben jugar un papel central. A través de las campañas informativas los ciudadanos deben ser conscientes de las ventajas que implica aunque sea difícil de medir. Hay que motivar a los ciudadanos y empresarios para que desarrollen un modo de vida sostenible y con argumentos convincentes que deben hacer olvidar sus miedos y dudas (por ejemplo, el origen de un nuevo éxito prometido en los mercados de trabajo para la energía renovable) Esta motivación se crea a través de una visión común europea que afirme que merece la pena un cambio y una renuncia a los hábitos de consumo para conseguir un fin común. El éxito de proyectos pequeños a largo plazo, por ejemplo los grupos locales de Agenda 21, deberían divulgarse a través de los medio por toda Europa. Esto podría llevar a un refuerzo de ideas (y deseos) ya existentes para el éxito y a numerosos proyectos alternativas de pequeñas dimensiones.

Una coalición para la permanencia

En el actual contexto político internacional, las cuestiones sobre seguridad tienen un gran valor, así como el aquí descrito pensamiento. Si alguno de los que demostraron y llevaron a cabo acciones de conciliación en Irak, se entusiasmara por el pensamiento de un desarrollo sostenible (y convirtiera la sostenibilidad en su modo de vida), si se reconociera que una sociedad sostenible supone la base de la paz, podría conseguirse la correspondiente contribución para prevenir una futura guerra.

Unos pocos, como grandes grupos activos aislados y las ONGs, demuestran que el origen de algunos movimientos no debe seguir siendo una ilusión. El fin idealista no se debe abandonar, porque, como dijo Dürr, “los pensamientos pesimistas matan la esperanza de un futuro mejor”

Translated from Europas Strategien zur Zukunftsfähigkeit