Espejismos en Siria
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Fernando Navarro SordoVistazo fotográfico sobre Siria, un país muy ligado al pasado y al presente de Occidente.
Siria, antiguo protectorado francés entre 1920 y 1946, es un Estado de Historia convulsa y un protagonista recurrente en los periódicos del mundo. Etiquetado como Estado patrocinador del terrorismo por los EE UU, junto a Corea del Norte e Irán, este país y sus 20 millones de habitantes se concentran en salir día a día de la crisis económica que atraviesa su región.
Sobre los cristales de un autobús de Damasco nos topamos con los rostros de los Jefes de Estado que allí se conocen como el eje de los “resistentes”: los presidentes iraní y sirio con el jefe del partido libanés Hizbulá.
El Krak de los Caballeros domina sobre el Llano de Homs, una llanura estratégica que separa las cordilleras costeras del Monte Líbano y del Diebel Ansariyya. Una localidad moderna parece suspendida a los pies de sus muros.
En Siria, muchos vehículos se importan de ocasión desde Europa. Aquí vemos una camioneta de Correos francesa que ha encontrado una nueva vida en la ciudadela de Alepo.
En el valle del Oronte, unos beduinos ocupan el lecho de una presa en construcción. Podemos encontrar sus campamentos efímeros hasta en regiones urbanizadas desde hace miles de años, como es el caso de este.
Frente a este anciano se levantan las ruinas majestuosas de la antigua Apamea. Tras él, se percibe el pueblo actual fortificado tras la destrucción de la gran ciudad por culpa de un terremoto en el siglo XII.
La arteria principal de Apamea tenía dos kilómetros. La ciudad contaba con centenares de miles de habitantes al principio de la era cristiana y controlaba la región del Oronte en la época de las cruzadas.
Los beduinos usan motos como esta, decorada con mimo, tanto para el desierto como para la ciudad. Encontramos esta en una callejuela de Alepo.
El zócalo de la ciudadela de Alepo es una colina cubiertas de piedras talladas y rodeada de duelas atravesadas por puentes. Este caparazón titánico se encuentra ahora en plenos trabajos de renovación.
Un joven aprendiz de tintorero tiende pañuelos en el zoco de Alepo. La ciudad tiene reputación por la calidad de sus artesanos y sus zocos desbordan de actividad, colores y sabores.
El viento alza su vuelo sobre Alepo y los pañuelos tendidos se transforman en un torbellino rosa y azul.
Al noroeste de Alepo, encontramos los vestigios de las “ciudades muertas” bizantinas, abandonadas desde hace siglos. La basílica de San Simeón constituía un importante centro de peregrinación.
De norte a sur a través del centro de Siria, el inmenso río Éufrates da vida a enormes extensiones desérticas. Un joven sirio se pasea por su ribera, no muy lejos de Raqqa.
En el corazón del desierto, los dromedarios surgen y caminan con paso tranquilo por el lecho seco de un riachuelo. Son la única muestra de vida a kilómetros a la redonda.
La gran mezquita de los Omeyas en Damasco es un portento de vida. Tras el rezo del viernes, los fieles se quedan en su interior charlando en pequeños grupos sobre las noticias más recientes, así como de religión.
Translated from Mirages en Syrie