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Eslovaquia, el tigre de Europa del Este

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2004 ha sido una año importante para Eslovaquia. Tras seis años de reformas, por fin ha accedido a la UE y a la OTAN, pero su impuesto único del 19% ha despertado los recelos de bastantes de sus nuevos vecinos.

Desde la elección en 1998 del autoritario gobierno post-comunista de Vladimir Meciar Eslovaquia ha asistido a vertiginosos cambios para su futuro. Tanto es así, que según el Banco Mundial, el pasado año ha sido la economía del mundo que más rápido se ha transformado. No hay duda de que la introducción del impuesto único en enero de ese mismo año ha contribuido a generar ese fenómeno, pero ¿es esto algo positivo?

La inversión extranjera

Antes de que la reforma fiscal entrase en vigor, el IVA sobre los alimentos era tan sólo del 5%, así que su repentina subida al 19% ha perjudicado mucho a las familias de rentas más bajas. Eslovaquia tiene una clase media muy reducida por lo que el brusco ascenso en los precios de la comida ha afectado a un gran segmento de la población. Aun así, la economía en general se ha beneficiado de este sencillo y efectivo impuesto único que también se aplica a la renta de las personas físicas y a la de las sociedades.

La principal razón del boom económico que está viviendo Eslovaquia la hayamos en el aumento de la inversión extranjera, y esto está muy ligado a las ventajosas condiciones del impuesto de sociedades. Por ejemplo, el año pasado Eslovaquia entró en competencia directa con Hungría, la República Checa y Polonia para hacerse con la primera fábrica de automóviles europea del grupo KIA, y a pesar de que el coste de la mano de obra era similar al del los demás países en competencia, los impuestos no lo eran, por lo que Eslovaquia fue la elegida para emplazar la planta que generará 2800 empleos en la zona y requerirá una inversión de 1000 millones de euros. Tras esta decisión, la República Checa, hasta entonces bastante reacia a la idea de aplicar un impuesto único, se ha estado replanteando su estrategia. No ha sido sólo KIA la que ha optado por Eslovaquia; grandes plantas de producción como las de Peugeot-Citroën y la de Volkswagen ya han dado el salto o tienen planeado darlo a corto plazo, lo que significa que en 2008, Eslovaquia será el mayor productor de automóviles per cápita del mundo.

¿Y el resto de Europa?

A pesar de que los beneficios de un impuesto único están claros, tan sólo han sido países de Europa del Este los que lo han adoptado. Los países de la “Vieja Europa” han reconocido que en lo que respecta a la inversión extranjera, el impuesto único, usando palabras del Ministro de Economía eslovaco Ivan Miklos “es una solución que funciona”.

Dentro de las fronteras de la UE, la competencia por hacerse con la inversión extranjera es fuerte, y la “Nueva Europa” está ganando, al menos por ahora. Algunos países, como Francia y Alemania no quieren que esta situación se prolongue y ya el año pasado el Ministro de Economía alemán, Hans Eichel, propuso la aplicación de un impuesto mínimo a las sociedades en toda Europa para evitar la competencia desleal por parte de los nuevos miembros de la UE.

Es interesante ver cómo los países ex comunistas han abrazado lo que en esencia es una bendición para las empresas, mientras que los ya asentados países capitalistas de Europa occidental se apegan a los impuestos progresivos propuestos por Marx. Mientras que los viejos miembros de la Unión se aferran a la defensa de sus modelos sociales y demonizan el impuesto único, está claro que éste último ha imprimido un nuevo aire a la esfera económica europea. Como ha señalado Shigeo Katsu, vicepresidente del Banco mundial, “los nuevos miembros son como una inyección de vida para la UE, una nueva ola de energía e ideas frescas que llegarán a la Comisión y a la Unión”.

Guste o no, la idea de un impuesto único se asentará, y ciertamente ha puesto bajo presión a los líderes europeos para que efectúen un largo y profundo análisis de la situación económica en la UE, bastante estancada a día de hoy.

Translated from Slovakia, an East European tiger