Esas ganas de rearme que vienen del este
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Clara Fajardo TriguerosLos gobiernos de Europa centro oriental reclaman en voz alta el brazo armado de Estados Unidos, aunque signifique cavar su propia tumba. Entre verdaderas y presuntas sombras del pasado e incertidumbres del futuro, se desvelan “secretos” y deseos de militarización
Caminando por las calles de Praga, me topé con las military shops, comercios que proponen armas e indumentaria militar, carteles de la policía que retratan a agentes con una pose a lo James Bond sobre los que está escrito 'Acción Praga', o incluso folletos de campos de tiro donde regalan fotos de recuerdo mientras se dispara “con pistolas de verdad”. Estas actividades que pueden parecer anécdoticas, son en realidad la muestra de un sentimiento en auge que no debería infravalorarse: el nacionalismo y el militarismo.
El desinterés en la política de los jóvenes termina por convertirse en una permeabilidad pasiva a las forma de hacer política exterior de la centro derecha. Cierto es que a los jóvenes checos le son extrañas las propuestas en contra de la OTAN o el G8: en las pequeñas manifestaciones contra el escudo de misiles americano en Praga, la mayoría de participantes eran sobre todo jóvenes alemanes, italianos y americanos.
Quien tiene pan no tiene dientes y quien tiene dientes no tiene el pan, dice un refrán. Así se explica que por un lado, haya quien critique la presencia militar estadounidense, percibida como imperialista, y por otro lado quien tema haber sido “parte involucrada” en la esfera de los intereses americanos: es el caso de Polonia y de la República Checa, pero también de Rumanía, antes seducidos por Bush con el plan de escudo de misiles contra los “Estados canallas” y después “profundamente desilusionados” por la decisión de Barack Obama de parar el proyecto.
¿Nobel por la paz? No, un "cobarde"
De acuerdo, sí, no obstante el presidente del país más influyente del mundo parece hablar por fin la lengua de la diplomacia y moverse por el desarme, hay países que asomaban ya los pies, y que piden volver a los “viejos métodos” de G.W. Bush. La primera es precisamente Praga, donde en abril Obama hablaba de desarme nuclear, el argumento que por encima de otros muchos le ha valido para obtener el Nobel de la paz. "Cobarde", lo ha llamado Jan Vidím, el presidente de la comisión parlamentaria por la defensa, mientras que el jefe del gobierno polaco Donald Tusk se ha confesado "preocupado por el debilitado interés americano hacia sus aliados. "Los países que miran a Rusia llegan a preguntarse si Estados Unidos está abandonando a Europa centro oriental como respuesta a la mejora en las relaciones con Moscú", acusó resentido el ex primer ministro checo Mirek Topolánek.
Ya, porque lo que realmente preocupa a los líderes europeos centro orientales es la distensión de Washington con Moscú, entre otras cosas, los misiles gustaban tanto porque al Kremlin no les atraía para nada. "Dar el Nobel a quienes no luchan en contra de una Rusia devalúa el propio premio", se lee en el blog de uno de los periodistas del diario polaco Gazeta. No es por tanto difícil entender que en Europa central la popularidad de Obama sea relativamente baja.
Y no te olvides de los amigos
Autosometiéndose a una superpotencia para liberarse de otra, los líderes de Polonia y de la República checa parecen reaccionar aún como si de una guerra fría se tratase: "Los americanos ya no están interesados en esta región. Es una mala noticia para la República Checa", anunció en la radio Topolánek. En esta carta abierta, definida como "ingenua" por The Economist, Cáclav Hável ('héroe nacional' en la lucha contra el régimen comunista, que tan acorde se mostraba con Bush) escribió a Obama para que "insistiera en el sistema de misiles", ignorando las "tensas intimidaciones rusas", y sin abandonar a sus aliados "profundamente pro americanos". "Nos piden que nos arriesguemos a una tercera guerra mundial", es el comentario de EE UU.
Polonia, por su lado, pidió el traslado de las cabezas nucleares americanas a través de Alemania a su territorio, y visto que el afán por el rearme no decae, Obama mandó a su vicepresidente Joe Biden para prometer lo que fuese con tal de contentar: un nuevo escudo de misiles versión light.
Caballos de Troya
"El proyecto de Bush no iba directo solo contra una inexistente amenaza iraní, sino contra Rusia", dice Alexander Pikayev del Carnegie Moscow Center, "pero debía ayudar a dividir la UE. Los checos y los polacos debían hacer su papel de caballos de Troya".
En efecto, tanto Polonia como República Checa, por una parte dieron un golpe a la integración europea, ratificando a salto de mata y muy a su pesar el Tratado de Lisboa no sin optar por estar exentos de la Carta fundamental de los derechos de la Unión, y por otra, demostrando un frenético deseo por prometer acuerdos arriesgados bilaterales con Estados Unidos para el rearme. Riéndose de la Europa unida, que tiene tanto que perder.
Translated from Quella voglia di riarmo che viene dall’est