En la salud y en la enfermedad: El 'matrimonio' de la UE en crisis
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Carol Gomez[OPINIÓN] Está en todos lados y llegó para quedarse. Estos días el tema de la continua crisis de refugiados domina los titulares, las redes y las conversaciones. Decidimos echar un vistazo a cómo la ola de inmigrantes puede ser una amenaza para los valores europeos... Aunque no en la manera en que estás pensando.
Mientras algunos utilizan la crisis de refugiados como una oportunidad para representar su naturaleza humana, como han hecho países económicamente exitosos como Alemania o Suecia al darle la bienvenida a los refugiados, otros están entrando en pánico. En estos otros países etiquetan a su contraparte como "extremadamente generosos", "liberales izquierdistas" o "románticos incurables" (mientras que a ellos los llaman "neonazis", o simplemente racistas). Argumentan que los refugiados están viniendo para beneficiarse de los opulentos sistemas de prestaciones de los Estados europeos occidentales, o para expandir la sharia.
Además, se hace una distinción entre los refugiados "reales", aquellos que huyen de una Siria en guerra y que tienen una reputación más positiva, y aquellos refugiados que vienen de "países seguros" en los Balcanes, a quienes se les conoce como inmigrantes por motivos económicos. Aparentemente, según algunos, estos últimos pueden diferenciarse a kilómetros de distancia por sus apariencia de "hambrientos de dinero", en camino a robarle a los contribuyentes alemanes hasta el último centavo para que patrocinen su estancia en el paraíso.
¿A qué le tenemos tanto miedo?
Vamos a abrir la caja de Pandora y a tratar de contestar esta pregunta: ¿Es al Islam? ¿Demasiados extranjeros en nuestros países? ¿La caída de nuestra identidad nacional? ¿Menos dinero? ¿Una pérdida de la soberanía estatal? La lista sigue. Debajo de todos estos, hay todavía otro miedo: ¿Acaso nosotros, los europeos, no estamos tan unidos como creíamos estar?
No es un secreto que la continua crisis de refugiados se ha presentado como una situación bastante incómoda para los miembros de la Unión Europea. A falta de una estrategia formal, política, o de algo que represente un verdadero trabajo en equipo, uno podría sugerir que estamos caminando hacia atrás en lo que respecta a nuestras promesas europeas, y sólo nos estamos preocupando por soluciones nacionales en lugar de políticas de cruce de fronteras.
Hasta ahora, la mayoría de los refugiados iban a Suecia y Alemania y, comprensiblemente, estos estados estaban agobiados con el imnenso flujo de inmigrantes. Lo mismo sucede en las llamadas "zonas de tránsito" entre estos estados y las fronteras con la UE. Muchos en Alemania se sorprenden al ser de nuevo ellos quienes tengan que apoyar al resto de Europa, asumiendo que la mayoría de los refugiados escogen ariesgar sus vidas para llegar a Alemania debido a su imágen de central económica.
Sin embargo, según Andreas Lipsch, presidente del grupo de derechos humanos alemán Pro Asyl, habitualmente se olvida que muchos refugiados sirios queiren llegar hasta Alemania porque ha existido una comunidad Siria bastante grande en el país desde antes de que comenzara la Guerra Civil. Es la misma razón por la que inmigrantes de la República Democrática del Congo tratarán de llegar a Francia: Cuando tienes familia en un país extranjero, tratar de alcanzarlos es siempre mejor que intentar sobrevivir por tu cuenta.
¿Los valores europeos están en crisis?
Lo que es importante recordar es que culpar a otros no ayuda. Mientras Alemania debate qué constituye un refugiado "real" y quién merece o no asilo, está al mismo tiempo entrando en pánico sobre cómo esto puede afectar de manera negativa al país. Según ellos, no sólo están perdiendo dinero, tiempo y energía, sino que también están contribuendo a a que se pierdan más vidas.
Además, es contraproducente insistir en políticas que claramente no están funcionando, como el Acuerdo de Dublín. De seguir los preceptos de este acuerdo, se forzaría efectivamente a los refugiados a permanecer en sus países de llegada, como Grecia o Italia. No hace falta decir que la carga que supondría alimentar, proporcionar asistencia médica y hospedaje a todos los refugiados que llegan resultaría bastante difícil de llevar, considerando la terrible situación financiera de estos países.
La crisis de refugiados se está convirtiendo en una amenaza para los valores europeos, exactamente porque está llevando consigo profundas reflexiones. Se suponía que el proyecto europeo iba a erradicar el potencial de una guerra, aumentar la comunicación y cooperación en asuntos políticos, económicos y sociales, y dirigir nuestra diversidad hacia una postura de unidad. Lo que hemos presenciado en los últimos meses sugiere que, o bien no estamos llistos para realizar una unión de verdad, o que la solidaridad se reduce cuando hay crisis para cruzar fronteras.
Estos valores no pueden tratarse como joyas de lujo que sólo se usan en ocasiones especiales. Si Europa quiere seguir creciendo y anhela alcanzar un nivel de unión más fuerte, entonces no puede permitir que estas dificultades den paso sólo a opiniones nacionales. Justo como en el matrimonio, los valores europeos deben mantenerse en alto para bien o par mal, en la riqueza y en la pobreza, en la salud y en la enfermedad.
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Este artículo es parte de nuestro proyecto East Side Stories. Combatiendo los clichés más comunes a nivel de Europa del Sur y del Este, su objetivo es mantener la idea de Europa viva y concientizar, crear diálogos, intercambiar ideas e informar más allá de los medios convencionales.
Translated from In sickness and in health: The EU "marriage" in crisis