En España la crisis no es un juego de niños
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España es el segundo país de la Unión Europea con una tasa de pobreza relativa más alta, solo por detrás de Rumanía. De los casi 20 millones de niños europeos en riesgo de pobreza, más de un 13% son españoles. Hablamos con dos de las ONG que día a día luchan para dar voz a aquellos a quienes menos se escucha.
Casi el 30% de los niños de España está en riesgo de pobreza y exclusión social. Lo dice ahora el estudio de Unicef La infancia en España 2014, aunque ya en 2007, cuando no existía la "excusa oficial" de la crisis, la tasa ya superaba el 26%. "Es cierto, la crisis no es la única culpable de la pobreza infantil", explica a Cafébabel Alberto Casado, coordinador de campañas de Ayuda en Acción. "Como también ocurre en otros ámbitos socioeconómicos, la crisis ha servido para desnudar las debilidades del sistema actual en el que la vara de medir principal han sido -y todavía son- el consumo y el crecimiento. Cuando estos dos motores se han parado todos, en mayor o menor medida, lo hemos sentido."
A finales de marzo varias ONG dieron la voz de alarma: España ocupaba ya la segunda posición entre los miembro de la Unión Europea (UE) con mayor índice de pobreza infantil, tan solo por detrás de Rumanía. "La pobreza infantil no tiene pasaporte. Actualmente casi 27 millones de niños y niñas están en riesgo de pobreza o exclusión social en Europa. La crisis económica y financiera ha afectado severamente a niños y niñas en todos los países europeos, incluso en los tradicionalmente igualitarios países nórdicos", explica Ester Asin Martínez, directora y representante ante la Unión Europea de Save the Children.
El gobierno español reaccionaba por fin a mediados de julio ante esta noticia destinando un fondo extraordinario de 17 millones de euros para combatir la pobreza infantil en el país, pero la polémica no se ha hecho esperar debido al desigual reparto entre las diferentes comunidades autónomas. Por ejemplo, Andalucía recibirá unos 1,9 euros por cada menor en riesgo de exclusión frente a los 55 en el caso de La Rioja o 148 en Melilla. Y es que, según denuncian las consejerías en políticas sociales, el reparto perjudica especialmente a las comunidades con mayor población.
Tras las quejas de varias regiones como Cataluña o Asturias, el ministerio de Sanidad ha aceptado finalmente revisar los criterios utilizados para la distribución. Para Save the Children se trata de una señal de buena voluntad política aunque insuficiente, y advierten de la existencia de 1.807.700 hogares con todos sus miembros activos en paro. "Esto obliga a realizar ajustes drásticos en los presupuestos familiares que tienen serias consecuencias en la vida cotidiana de los niños y las niñas. Son estas situaciones las que han disparado las cifras de los indicadores sobre riesgo de pobreza y exclusión social, el empobrecimiento de una parte de la población que ha pasado de una situación "normalizada" a añadirse a la cifra de personas en riesgo de pobreza o exclusión social. Por otra parte quienes se encontraban previamente en esta situación han experimentado un deterioro de sus condiciones de vida en los últimos años", advierten en su informe sobre Pobreza Infantil y Exclusión Social en Europa.
Alberto Casado explica que en el caso de la infancia nunca ha existido un sistema fuerte de protección social lo que ha obligado siempre a apoyarse en las redes familiares a las que se les ha dejado el peso principal del bienestar de la infancia y la familia. Según los últimos informes, España dedica un 1,4% del PIB a las políticas de infancia y familia, una cifra claramente inferior a la media de la UE que se sitúa en el 2,2%. "Además, desde 2007 la inversión en estas políticas se ha reducido en un 15%. Igualmente no ha habido un análisis del impacto que otras políticas tienen directamente en la infancia, como las políticas de empleo, de conciliación o educativas". Casado pone un par de ejemplos para escenificar la situación. Por una parte la realidad de la históricamente alta tasa de desempleo en España, incluso antes de la crisis, y que perjudica especialmente a los hogares con niños. Por otra, el caso de las políticas educativas: "las sucesivas reformas no han consolidado una política educativa sólida de consenso que haya sido capaz de frenar el fracaso escolar que es una fuente constante de riesgo de exclusión".