Emprendimiento, el otro 'toque francés'
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Pablo ÁngelLa historia comenzó mal entre los empresarios franceses y François Hollande. Algunos de los jefes que están detrás del movimiento llamado Les Pigeons manifestaron su malestar con el gobierno. Hoy día, el presidente encadena declaraciones de paz. Sin embargo, las start-ups dudan a la hora de poder contar con Francia para crecer.
Hollande visitó California. Esto provocó un antes y un después. Durante su estancia el pasado 12 de febrero en Silicon Valley, el presidente francés afirmó delante de decenas de empresarios franceses que Francia debía "reconocer el dinamismo de sus empresarios" y "favorecer el espíritu de iniciativa". Dos días después, la periodista de la muy reputada revista económica Forbes Alison Coleman, titulaba: "Entrepreneur: the French do have a word for it"; refiriéndose a "Emprender: sí, los franceses saben lo que es un empresario". A partir de ahora, es cierto que el savoir-faire francés en materia de empresario es reconocida hasta en el otro lado del Atlántico.
French tech
Los protagonistas de la economía estarán de acuerdo en que Francia está viviendo un momento crucial con respecto a las empresas. Y esto es así especialmente porque el gobierno eligió trabajar con los emprendedores, como si hubiera comprendido que no se podía hacer de otra manera si querían conseguir un clima más favorable para los creadores del mañana. "Pero ¿a qué precio?", se pregunta Grégoire Leclerq, presidente de la FEDAE (La Federación de los autoempresarios de Francia). "Los movimientos de los empresarios han durado en torno a un año y medio de lucha. Fue en septiembre de 2013 cuando el gobierno comenzó a enviar mensajes contundentes en favor del empresario. Hubo un cambio drástico. En el Parlamento, en debate plenario, por primera vez entendimos que había que dejar a la gente emprender y favorecer la creación", prosigue Grégoire Leclerq.
Símbolo de interés por el espíritu empresarial, en particular por la atención en el crowdfunding (el mecenazgo), las plataformas digitales que permiten al público financiar proyectos de las empresas emergentes. Anne St. Leger fundó una de estas plataformas, Finance Utile, y sabe perfectamente que esto llama la atención de los políticos. "Hay un deseo verdadero por parte de político, especialmente gracias a Fleur Pellerin (recientemente nombrada secretaria de Estado francesa de Comercio Exterior), que ha hecho de la economía digital un caballo ganador". Ahora es el momento de cooperar juntos, una vez terminada la polémica de Les Pigeons (la aglomeración de dirigentes que en 2013 arremetía contra el aumento de tasación sobre las plusvalías de cesión de las empresas), algo que se materializó en el abrazo entre François Hollande y el líder del movimiento, Robert Diaz.
LAS 'STARTUPS' EN EBULLICIÓN
Con todo, los nuevos empresarios no esperan una "prueba de amor" de François Hollande para iniciar el cambio. Esta nueva era se concentra mayoritariamente en los lugares potenciales para start-ups de la capital francesa. Zonas apodadas con el nombre de "incubadoras" por la medida en que favorecen el desarrollo de un proyecto de creación de una empresa. Son verdaderos lugares comerciales.
El barrio de Sentier (distrito 2) es uno de los centros neurálgicos de París. En este caso, la asociación Silicon Sentier es responsable de muchos proyectos de innovación. Después de La Cantine (primer espacio coworking de Francia, abierto en 2008), le sigue NUMA, que incluye a todos los nuevos empresarios burbujeantes de ideas. Este edificio de 6 pisos refleja un espacio coworking donde los visitantes interactúan, donde existe un lugar de consejo en el cual los mentores guían a los jóvenes creadores. Además de contar con una cafetería y una sala de conferencias, NUMA decidió asignar una función a cada planta: coworking en la primera, un "laboratorio" de ideas y de creación en la segunda, un acelerador de empresas emergentes en la tercera, etc.
Seguidor de estos lugares desde hace mucho tiempo, Kevin Morel-Fontaine es un joven emprendedor de 27 años. "NUMA es un pequeño hogar y los mentores que asesoran se han convertido en una de las condiciones para crear una start-up y estar bien rodeado", afirma Kevin. Más allá de lo estimulante y motivador, está la diversidad de los perfiles presentes que hacen la fuerza de NUMA. "Cada vez hay más hombres de negocios, por ejemplo, los que salieron de consultoras para crear sus propias empresas. Ellos saben que pueden aportar sus servicios en el sector digital", dice Kevin.
Mi empresa está muerta, ¡viva mi empresa!
Los jóvenes empresarios franceses sueñan con trabajar en Criteo, una startup francesa especializada en la reorientación publicitaria (dirigir banners a páginas web) que cotiza en NASDAQ (el mercado de acciones electrónico más grande de los EEUU) desde el 2013. Stephane Boukris, empresario de éxito y fundador de GoingToDigital es más bien pesimista. Piensa que Francia carece de ejemplos de este tipo: "Nos hacen falta modelos ganadores. Deberíamos tener 5 ó 6 empresas gigantes y mundiales", dice Stephane. Para él, el clima no es lo suficientemente favorable y es muy complicado fundar una empresa emergente y recaudar fondos.
"Nosotros aún no hemos encontrado la manera de llevar una start-up a un estado corporativo", puntualiza Kevin. La tasa de éxito de una startup es todavía muy pequeña, su potencial de crecimiento está destinado a renovarse o a quedarse en una idea. Esto también es lo que piensa la fundadora de Finance Utile, que trabaja con numerosas incubadoras: "Las start-ups suelen estar bien acompañadas al principio, pero cuando entran en una fase comercial, donde tienen que vender un productor, se desorientan y fallan". En ese momento, la incubadora muestra sus limitaciones: los brotes jóvenes se esfuerzan por prosperar hasta la plena floración. Pero aún si el futuro de Criteo es incierto, la mayor parte de los creadores de empresas emergentes franceses encuentran, de momento, una satisfacción simplemente en el desarrollo de una idea. Renovarse o morir. Tal es la cantidad de start-ups, de tantas ideas, que cuentan con una sobredosis de proyectos. Pues, como dice Kevin: "El espíritu empresarial es una droga, y esto lo dicen todos los empresarios".
Este artículo forma parte de un número especial dedicado a los jÓvenes empresarios europeos. editado por la redacción.
Translated from Entreprenariat : l'autre French Touch