El sueldo mínimo es malo para la economía
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Eztizen Sánchez MontesOpinión: La perspectiva de un neoliberal estadounidense sobre el sueldo mínimo. Las leyes sobre el sueldo mínimo, aunque tengan buenas intenciones, no han mejorado la calidad de vida de la clase baja. Peor aún, los efectos adversos de este intervencionismo mercantil son muy visibles, aunque nos aferremos a argumentos emotivos con los que justificarlos.
La máquina de autoservicio me regaña: "Objeto desconocido en el embolsado". Parpadea una luz y suena un fuerte pitido mientras sigo las instrucciones en pantalla. No intento robar nada, es la máquina la que no coopera. Los empleados y compradores no parecen sorprendidos, por lo que veo que esta es la norma. Este tipo de máquinas son la consecuencia de una mala política económica. Permitidme explicarme.
Es difícil ver la pobreza y dureza en la que viven algunas personas para llegar a fin de mes. Empatizamos con nuestros hermanos, pero nuestras carteras no suelen hacerlo. Por esto algunos claman "¡Subid el sueldo mínimo!". Los políticos ven esto como los tiburones huelen la sangre en el agua, y se ponen manos a la obra. Pero cuando el populismo se superpone a la razón, siguen siendo los más vulnerables los que más sufren.
En un principio parece buena idea. Si subes el sueldo mínimo los más pobres ganan más dinero de la noche a la mañana. Las ávaras empresas sufren en sus ganancias y el mundo mejora. Sin embargo, no es tan simple. Este razonamiento ignora la realidad de por qué tenemos trabajo: el sueldo es un precio, y estos se calculan basados en el mercado de la oferta y la demanda según la productividad del empleado.
Al implementar un sueldo mínimo el gobierno impone un nivel mínimo de productividad. Significa que si no haces un trabajo por el que sea productivo pagarte 8€ la hora, no deberías hacer nada. Cuando te dan un trabajo es porque quieren ganar dinero, y si el empleado sale más caro de lo que vale, el empleador tomará medidas.
Lo que el contratante puede hacer es pasar el coste a los consumidores. Puede que algunas empresas ganen mucho dinero, pero los márgenes siempre son mínimos, por lo que no pueden absorber los costes de una subida de sueldo. Esto significa que el aumento de sueldos hace que los compradores gasten más. De nuevo, son los pobres los que más pierden.
Pero va a peor. Quitando los primeros escalones de la profesión, estos pobres nunca tendrán la oportunidad de aprender trabajando. Aquellos quienes no completaron la educación obligatoria aprenden mucho incluso limpiando los cristales de tu coche o llenando el depósito. Esa persona está aprendiendo a madrugar y ser puntual. Además, trabajando en la gasolinera, puede aprender lo suficiente para ser mecánico. Lo que no ayuda en nada es obligarles a quedarse en casa. ¿Cómo afectará eso a su autoestima?
Los contratantes siempre encontrarán formas de contratar a menos personas. Máquinas caras, como la que estuve usando, parecen inversiones más atractivas. Aunque a los clientes no les guste, las prefieren a los precios más caros. Menos camareros y menos cocineros equivalen a un servicio más lento, pero como votamos con la cartera y premiamos a los restaurantes que nos ofrecen mejor relación calidad-precio, los contratantes ven que la única opción es tener menos empleados. Muchísimos asistentes de gasolinera, botones, acomodadores, trabajadores de comida rápida y (como ejemplifica la máquina que tengo enfrente) cajeros han perdido su trabajo por culpa de las leyes sobre el sueldo mínimo.
Los trabajos que no tengan la productividad mínima exigido por estos sueldos aún existen en el mercado negro, forzados a la clandestinidad porque ahora son ilegales. El sueldo mínimo, como todas las medidas de fijación de precios, conllevan la escasez y el mercado negro. "Pero no es justo", podrías decir. "¿Cómo puede alguien mantener a su familia cobrando menos de 8€ la hora? Así no se puede llevar una vida digna". Esto es verdad, pero la realidad es que obligar a que menos gente cobre menos euros la hora no cambiará estas dificultades, solo las empeorará. Además, ¿por qué asumir que todos los trabajos son para los cabezas de familia? ¿Qué pasa con los jóvenes no cualificados que viven en casa y solo quieren ganar un dinero extra para su familia? ¿Deberíamos pretender que quieren mantener a su familia? ¿Todos quienes trabajan deberían poder pagarse su alquiler?
Un vídeo a favor del sueldo mínimo
Fijándonos en una época más dura, los pro-sueldo mínimo hablan de mineros, marineros y talleres de explotación laboral. Estas explotaciones, aunque son reales, eran preferibles a las alternativas, que solían ser una vida agricultural de subsistencia. El aumento de la productividad y de inversiones capitales sacaron a las masas de la pobreza, los sueldos aumentaron progresivamente y los talleres clandestinos desaparecieron antes de la existencia del sueldo mínimo. ¿Así que qué trajo esta medida? Los políticos pueden sentirse orgullosos de ilegalizar la explotación, suena genial, pero solo están obstaculizando el progreso económico y, con ello, estorban.
Por último, pero quizá lo más importante, es la libertad. ¿Por qué no puede un hombre decidir por sí mismo si un trabajo es digno? ¿Quién soy yo o cualquier otra personas para interponerme entre dos personas que escogen intercambiar dinero por trabajo en total libertad? Desconfiad de los defensores bienintencionados, de los políticos populistas y de los objetos desconocidos en el embolsado.
Translated from Why the minimum wage hurts the economy