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El referéndum en Hungría demuestra una doble política de inmigración

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Orbán parece tener una doble política inmigratoria. Por un lado, se niega a cumplir la cuota de reparto de refugiados de la UE, lo que obligaría a Budapest a aceptar a alrededor de 1.300 refugiados. Por otro lado, su gobierno está otorgando residencias permanentes a 4.000 ciudadanos no comunitarios dispuestos a invertir en la economía. [OPINIÓN]

Los referéndums son herramientas de democracia directa para darle a la gente la opción de elegir sobre temas específicos considerados importantes. Pero a veces también puede funcionar como una distracción, para hablar de temas que pueden ser más importantes para el gobierno que para los ciudadanos.

Esto es lo que podría haber ocurrido el domingo 2 de octubre en Hungría cuando se llevó a cabo un referéndum sobre la cuota de reparto de refugiados de la UE. La mayoría de los votantes optó en contra el sistema de reubicación de la UE. Sin embargo, la participación fue inferior al 51%, lo que invalida el resultado final.

Csaba Toth, director del Instituto Republikon, un centro de estudios en Budapest, dijo que el Gobierno está muy interesado en mantener el tema de la inmigración en la agenda por razones políticas:

"Muchas institutos de investigación encontraron... que cuando la inmigración está en la agenda, la popularidad de Fidesz [partido de gobierno de Orbán] aumenta. Cuando hay otros temas instalados, como la educación, la salud y la economía, su popularidad cae. Por lo tanto, el tema que se está hablando es muy importante.

"En ese sentido, el referéndum ya ha logrado mucho", agregó.

El intento de utilizar la inmigración como una herramienta para impulsar la agenda política del partido de gobierno no puede estar limitado al referéndum sobre las cuotas de la UE.

El gobierno de Hungría estableció en 2013 un programa de residencia para atraer inversores extranjeros adinerados de afuera de la Unión Europea. El programa ofrece una vía rápida para que los empresarios y sus familias obtengan rápidos permisos de residencia y el consiguiente acceso gratuito a la zona europea de Schengen, a cambio de su inversión.

Una vez que las autoridades verifican el CV y ​​el pasaporte del solicitante, junto con un formulario de solicitud, los permisos se emiten en un periodo de ocho a diez semanas. Hasta el momento, ya se han aceptado a alrededor de 4.000 solicitantes.

Los "empresarios que no son residentes o ciudadanos de la UE pero valoran la libertad de la movilidad" – así lo anuncia el programa- tardan menos de tres meses en obtener el libre acceso a Schengen desde Hungría. Pero esa misma oportunidad es negada a los 1.297 refugiados que le fueron asignados  a Budapest por el sistema de cuotas de la UE.

La conclusión natural podría parecer que, contrariamente a las apariencias, todos los inmigrantes son muy bienvenidos en Hungría. Pueden ser utilizados, ya sea para desviar la atención de la gente sobre los eventuales fallos internos del gobierno (Orbán definitivamente no será el primer político en la historia de Europa que utilice este método) o para aprovechar al máximo su riqueza.

Sigue sin haber una respuesta a la interrogante de si esto es xenofobia selectiva o un cálculo político.

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This article was written by cafébabel Brussels.

Translated from Hungary referendum shows a double standard for migrants