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El No irlandés en positivo para las elecciones

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La crisis económica irlandesa puede retrasar el nuevo referendo hasta otoño de 2009, justo cuando entre en funciones la nueva Comisión Europea. Muy oportuno para politizar el debate sobre su composición a la luz del virtual Tratado de Lisboa.

El Presidente de Chequia, Václav Klaus, asegura desde hace 4 meses que el “Tratado de Lisboa rechazado de forma democrática por Irlanda no puede entrar en vigor”. Otros, como el presidente español, Rodríguez Zapatero, afirman que “Europa no puede detenerse tras el No irlandés”. Dos posturas opuestas que traslucen las estrategias de los dos tipos de países en que se divide la UE acerca de este tema.

los países de talla pequeña que ven cómo su relevancia en el mundo está abocada a desaparecer y tratan de negociar duro contrapartidas a su cesión de soberanía a una organización supranacional como la UE

Por un lado, los países de talla pequeña que ven cómo su relevancia en el mundo está abocada a desaparecer y tratan de negociar duro contrapartidas a su cesión de soberanía a una organización supranacional como la UE. De ahí que sus argumentos principales sean de naturaleza materialista y no tanto de principios: el miedo a perder comisario europeo, ayudas agrícolas y ventajas fiscales en Irlanda o Chequia. Es, de hecho, lo que manifiesta el eurobarómetro especial publicado tras el No irlandés, que vincula el 76% de estas respuestas negativas a la voluntad de negociar excepciones para Irlanda a la norma. Por otro, los países de talla mayor, dispuestos a diluir algo de soberanía nacional en la UE, con tal de adaptarse a la economía de escalas de la globalización. Diplomacias como la alemana o la española han manifestado sin tapujos no temer una Europa a varias velocidades. Un hecho excepcional y simbólico ahonda en esta pista más que nunca: el Reino Unido ha iniciado su proceso de ratificación y su Corte Suprema ha desestimado a finales de junio el recurso ciudadano que pendía sobre la no celebración de un referendo.

Un No irlandés con ventajas para la democracia

Foto, Jubilo haku / FLilckrLa democracia europea puede verse reforzada de forma indirecta gracias al No irlandés al Tratado de Lisboa. No es que que el 0,011% de los electores europeos decidan el destino de 500 millones de conciudadanos sea democrático, sino que hay que analizar la consecuencia principal del No de Irlanda: un retraso de la entrada en vigor del tratado. Esta se situaría entre seis y nueve meses después de la fecha inicial (enero de 2009), colocándola en el corazón de la campaña electoral europea de junio de 2009.

Esto es una buena noticia porque ayudaría a politizar estas elecciones e impulsar el debate y la participación electorales. Cabe recordar el raquítico 45% de participación de las elecciones en 2004. Es también una buena noticia porque este tratado triplica las competencias legislativas del Europarlamento y la campaña electoral forzaría a los candidatos a diferenciarse, de modo que los ciudadanos no sientan que da igual a quién votar. En tercer lugar, es bueno porque el tratado prevé la figura de un Presidente de la UE para, al menos, un mandato de dos años y medio, y la proximidad de las elecciones instaría a los líderes europeos a proponer una persona para el cargo que perteneciera a la mayoría política surgida de las urnas. Lo mismo que para la elección del Presidente de la Comisión europea. Estamos ante la oportunidad histórica de pasar de una democracia de consenso a otra de confrontación política mucho más competitiva y atractiva para el ciudadano.

Chequia no es un obstáculo

si la entrada en vigor del Tatado se retrasa hasta enero de 2010, Chequia será la responsable de llevar las riendas y tendrá que dar muestras de buena voluntad.

Pronto, solo Irlanda, República Checa y Suecia quedarán por ratificar el Tratado. Si Chequia obstaculizara su entrada en vigor, sí sería una puntilla que lo remataría. Sin embargo, el calendario de presidencias semestrales europeas juega a favor del Tratado. A partir de enero de 2009, Chequia ocupa la presidencia. La tradición quiere que el país que la ocupa no se dedique a buscar la defensa desaforada de sus intereses nacionales, sino a promover un consenso constructivo para avanzar con la construcción europea. Así, si la entrada en vigor del Tatado se retrasa hasta enero de 2010, Chequia será la responsable de llevar las riendas y tendrá que dar muestras de buena voluntad. Tal es la conclusión de Sebastian Kurpas, del laboratorio de ideas Center for European Policy Studies, sito en Bruselas, y del checo Věra Řikáčková, de Europeum, otro laboratorio de ideas con sede en Praga.

Las dos velocidades son posibles

Ante el miedo de verse relegados a un segundo plano, los países de la UE que no entrarían en el grupo de cabeza de una UE a dos velocidades, como Suecia, Chequia o Dinamarca, siempre reticentes a ceder soberanía, esgrimen el argumento de que tal UE sería ingobernable. ¿Cómo organizar las sesiones del Parlamento europeo de forma que sus decisiones tengan vigencia en un grupo de países y no en otro? La respuesta es sencilla. Los liberales suecos y los Verdes se quejan con razón del despilfarro que supone tener dos sedes parlamentarias (Bruselas y Estrasburgo). ¿Porqué no, pues, dedicar el hemiciclo de Estrasburgo para el parlamento del grupo de cabeza de la UE a dos velocidades?