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El mundo del vino: ¿en crisis o en plena reconversión?

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Mar Camón

Sevilla

Cifras recientes confirman la tendencia de los últimos años. El número de bebedores habituales de vino en España es cada vez más bajo, pese a la importancia del sector en este país, productor histórico de vino. Mucho que ver tienen los cambios de hábitos de consumo, visibles en las nuevas generaciones. 

En España, el sector vitivinícola tiene una gran importancia, tanto en valor económico como por la población que ocupa. Según la Organización Internacional de la Viña y el Vino (OIV), España sigue siendo el país con mayor extensión de viñedo de la UE y del mundo, seguido por Francia e Italia. Su situación geográfica, la variedad de los suelos y las diferencias climáticas hacen de la península un lugar privilegiado para la producción de vinos, con características muy distintas.

No hay duda de la calidad de los vinos españoles. Sin embargo, hace poco comprobé en un aeropuerto Internacional como en las tiendas de venta de vino, los estantes estaban llenos de vinos de Francia e Italia, y en cambio, apenas había medio estante dedicado a los vinos españoles. 

Quizás el problema lo tenemos en casa, donde el consumo está bajando especialmente. Según las estimaciones de la OIV, el consumo del vino cayó en 2012 un 6% respecto al año anterior, y si nos remontamos a un poco antes, observamos que entre 2005 y 2009 la caída ha sido del 19,3%. Podemos achacar la caída del consumo a la crisis, y en parte tiene cierta culpa, evidentemente. Pero existen otros factores.

Para empezar, parece que se ha hecho del consumo del vino algo muy técnico, para lo que se necesita un gran conocimiento, por lo que si no llevas un sumiller dentro de ti no puedes llegar a conocer los secretos del vino. Hablando con Ferran Centelles vemos que eso es falso. Ferran fue sumiller de elBulli (el de Ferran Adrià), considerado el mejor restaurante del mundo, e insiste en transmitir un mensaje de tranquilidad al público medio: “que no se preocupe demasiado” y explica que a él mismo le costó 2 años “coger los matices y entender lo que le decían que tenía que sentir al catar.” Ferran lamenta que “entre todos hemos complicado mucho el mundo del vino”.

Otro detalle que no podemos obviar es el cambio de hábitos que Internet, y posteriormente los smartphones y las apps están imponiendo en nuestra sociedad. Nos hemos vuelto impacientes. Cuando buscamos una botella de vino necesitamos una respuesta rápida y cada vez más consultamos en Internet o en blogs: buscamos contenido practico y relevante, algún detalle que nos permita elegir más allá de la D.O, de la que el consumidor no experto sabe poco o nada. Por ejemplo, conocer

los aromas, las regiones geográficas, los tipos de uva, o propuestas de maridaje.

Esto también está comportando un cambio importante de las tendencias en la venta de vino. Y para muestra un botón. Rebuscando por Internet conocí una plataforma que me pareció muy atractiva y de la que Ferran es cofundador. Se trata de Wineissocial.com, un club de vinos online en España sin pretensiones y que busca que cualquier consumidor pueda ir adquiriendo conocimientos en este sector al mismo tiempo que disfruta de una buena botella de vino.

Su funcionamiento es muy simple: respondes a unas preguntas a partir de las cuales identifican tu “perfil de cata”. Es decir, por ejemplo lo que me salió en mi caso, que me gustan los vinos blancos y espumosos. A partir de ahí, Wineissocial elabora cada mes las “experiencias de cata”, que incluyen 2 botellas junto a fichas didácticas, perfumes para descubrir los aromas, entre otras cosas, según la experiencia. Estas experiencias las elaboran el propio Ferran y dos sumillers de categoría, como Cristina Alcalá (periodista y catadora profesional) y Raül Igual (Mejor sumiller de España 2010 y candidato a mejor sumiller de Europa 2013). Y paralelamente, los usuarios pueden compartir sus opiniones en la web y conseguir botellas diferentes a precios especiales.

Este es sólo un ejemplo, existen otras empresas que han empezado a darse cuenta de los cambios de hábitos del consumidor y de sus necesidades, y buscan nuevas formas de acercarle al mundo del vino. Sólo hay que buscarlo.

Los resultados son buenos. Hasta el momento, según Ferran en 20 meses han conseguido casi 2.000 suscriptores, ya que Internet les ha permitido llegar al público de una forma más fácil y sincera y obtener buen feedback, generar relaciones estrechas con el cliente. Estos nuevos canales para la venta de vino, además, pueden ser muy beneficioso para aquellas bodegas pequeñas que nunca han podido hacer una gran inversión en marketing y publicidad. En cambio, ahora, a través de estas plataformas, tienen acceso a un público mucho más extendido. Un buen ejemplo lo encontramos en Mallorca, dónde una pequeña bodega, Vinyes i Vins Ca sa Padrina, consiguieron agotar existencias después de ser seleccionados para las experiencias de esta plataforma.

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