El lujo de la cultura en España: “Han colocado el teatro al nivel de un refresco”
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Del 8% al 21%: esa fue la subida del IVA a la que tiene que hacer frente el mundo de la cultura en España desde el 1 de septiembre del pasado año. Mientras que el resto de Europa trata de mantener impuestos bajos para las artes escénicas, los grandes teatros de Barcelona y Madrid combaten por evitar que la cultura se convierta en un bien de lujo.
Sostiene Juan Margallo, reconocido actor y dramaturgo español, que la cultura en su país lleva en crisis “desde que nació el concepto del arte”. Margallo, icono del teatro independiente y superviviente del panorama cultural del período de la dictadura, asegura que en España la prioridad no ha podido ser el arte: “Si a la gente le falta el pan, lo primero que desaparece es la cultura porque históricamente se ha descuidado al público popular, cerrándole las puertas al arte”. 2012, sin duda, ha sido un período para reflexionar sobre esta idea.
Las primeras protestas del pasado año en el mundo de la cultura llegaron en febrero: el Liceu de Barcelona había anunciado un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) temporal que afectaría al 92% de su plantilla. Seis meses después, un indignado Teatro Real, en Madrid, abriría la temporada de ópera del año protestando: habían visto reducida su plantilla en un 25%.
Sin embargo, esta medida, si bien afecta notablemente a la calidad de las representaciones teatrales, no es la más preocupante del panorama cultural del país. Cuando el 1 de septiembre se hizo efectiva la subida del IVA en los productos culturales —el impuesto se elevó a un 21% frente al 8% que se había mantenido hasta el momento—, la calle tembló. El rechazo de los colectivos literarios y de artes escénicas (música, danza y teatro) fue rotundo: el IVA no sólo subiría al 21% el precio de entradas, sino que generaría serias dificultades a los artistas a la hora de costear los espectáculos.
Miguel Ángel Lozano, director de la red de Teatros Alternativos de España —red que, desde hace veinte años, mantiene unidas decenas de salas de teatro por todo el territorio nacional— asegura que el aumento del IVA haría “inviables” muchas actividades: “Gran parte del dinero que recibamos para organizarlas —dinero que cada vez es menor por la falta de subvenciones— tendrá que ir a impuestos. Además, generará un efecto inmediato en el público: la percepción de que la cultura es cara. Conceptualmente colocan el teatro a la altura de cualquier servicio, al nivel de un refresco”.
Según el estudio publicado en noviembre por la Unión de Asociaciones Empresariales de la Industria Cultural Española, solo en los dos primeros meses de aplicación del incremento del impuesto (según datos de septiembre y octubre de 2012), las artes escénicas han perdido más de un millón de espectadores (1.043.973): el patio de butacas se habría vaciado en un 35%.
Los 13 puntos de aumento del IVA han convertido a España en un caso atípico dentro de Europa. La carta abierta que 12 de las más importantes industrias internacionales de la cultura dirigieron al presidente del Gobierno español, promovida por la Federación de Asociaciones de Productores Audiovisuales Españoles y remitida desde Bruselas, dejaba constancia de la posición del sector económico de la cultura europea en relación a la medida. La carta pedía tomar en consideración el estudio elaborado por Price Waterhouse —en relación al ámbito cinematográfico— que “demostró que un IVA del 10% generaría más ingresos que el actual cambio de tipo” y animaba a observar diferentes modelos europeos en los que la subida del IVA había tenido que reconsiderarse (como Portugal en enero de 2012 y Letonia en 2009).
Para Juan Antonio Hormigón, secretario general de la Asociación de Directores de Escena —organización profesional que reúne a un amplio grupo de directores teatrales—, España tardará en dejar de ser “una anomalía en Europa” por el concepto que los ciudadanos y los políticos nacionales tienen de la cultura: “Nuestra situación es que o bien hay un cambio radical en la conceptuación de la cultura —y dentro de ella del teatro—, o bien estamos llamados a una desaparición lenta. Es absurdo que estemos hablando de un país de 42 millones de habitantes (sic) cuyo presupuesto en cultura es la quinta parte del de Suecia, que tiene un número de habitantes mucho menor”, señaló haciendo referencia a los datos de un reciente estudio publicado por la revista ADE Teatro.
“Vacas flacas” para 2013 augura un siempre amable Juan Margallo. No lo vaticina solo él, sino también los Presupuestos Generales del Estado, que reducen un 19,6% el presupuesto destinado a las artes escénicas respecto al año 2012. Eso sí, “los actores somos optimistas, somos ingenuos, somos sensacionales”. Un sensacional Juan Margallo afirma sentirse defraudado —“Los malos siempre ganan”—, pero invencible: “En la edad media, los actores —los cómicos de la legua— no podían ni siquiera entrar en la ciudad de Madrid, pero no por ello dejaron su profesión. El teatro siempre sobrevivirá, como sea”.
Fotos: portada, (cc) philippematon/Flickr; texto, © María Valerón. Vídeo: inaeternum pax/YouTube.