El largo camino hacia la Unión Europea
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irene martínezHan pasado 10 años desde los acuerdos de Dayton que pusieron fin a la guerra civil en Bosnia-Herzegovina. Hoy, la UE ha dado su visto bueno al comienzo de las conversaciones para su adhesión.
“Bosnia es como el monstruo de Frankestein: se ha recosido con violencia”. Así la caracterizó hace un par de meses Senka Kurtovic, la redactora-jefe del diario bosnio Oslobodjenje en una conversación con el diario alemán Die Welt. El amargo diagnóstico de Kurtovic descansa sobre la realidad política: desde el final de la guerra de Bosnia en 1995, el país balcánico se halla dividido entre la República de Serbia y la Federación Bosnio-croata. Ambas regiones tienen un gobierno común, mientras el resto de las instituciones están separadas.
Una policía multiétnica
Es obvio que la Unión Europea podría dar entrada algún día a ese monstruo. Despacio pero segura, se acerca Bosnia-Herzegovina a la Unión Europea, aun cuando la adhesión queda lejos. Si bien el comisario para la Ampliación, Olli Rehn, manifestó ya en septiembre que sin una debida reforma de la policía de Bosnia, la puerta hacia el paraíso de la Unión Europea permanecería cerrada. Claro que después de las conversaciones del primer ministro bosnio Adnan Terzic con las autoridades de Bruselas, la situación ha cambiado. Así, tras un primer rechazo parlamentario, la tan esperada reforma de la policía quedó ya decidida el 18 de octubre. Tal reforma unifica el hasta ahora dividido cuerpo policial de la República serbia y de la Federación croata en una única policía multiétnica. Con ello, el país cumple una de las más importantes condiciones para el inicio de las negociaciones de los acuerdos de estabilización y asociación, mediante la cual los países de los Balcanes occidentales se podrían encaminar poco a poco hacia la Unión Europea. Las negociaciones deberían empezar "a la menor oportunidad", una vez que los ministros de asuntos exteriores de la UE den su visto bueno el 21 de noviembre. Así se lo prometió el Vicepresidente de la Comisión Europea, Franco Frattini al Primer Ministro bosnio Terzic, cuando estuvo en Bruselas el 19 de octubre.
Posible adhesión en 2014
La idea de aceptar a Bosnia-Herzegovina en la Unión Europea no es nueva. La primera vez que se puso sobre la mesa su adhesión a la Unión fue en la cumbre europea de Feira en junio de 2000. La cumbre sobre los Balcanes en el puerto griego de Karras en 2003 dio a Bosnia-Herzegovina una clara señal para su pertenencia a la Unión Europea. Se han observado “avances favorables”, se dijo en esa cumbre. Hoy se reflexiona sobre una fecha concreta de entrada: Richard von Weizsäcker, miembro de de la Comisión Internacional para los Balcanes que se creó en 2004, mencionó en ese contexto el horizonte del año 2014. Por supuesto, hasta entonces Bosnia-Herzegovina debe despejar el camino de muchos obstáculos: el país debe solucionar aspectos constitucionales cuestionables y luchar contra la corrupción y el despilfarro.
En realidad, se han hecho avances en los 14 de los 16 ámbitos en los que la Comisión europea aconsejó reformas. Por supuesto, el comisario para la ampliación, Olli Rehn, sigue insistiendo en que existen todavía dos grandes problemas: la nueva ley sobre la radio pública y la implementación de la reforma policial. Existen también conflictos entre grupos de población influidos por nacionalistas croatas, serbios y mulsulmanes. Es la principal razón por la que el proceso de reforma sigue estancado. Por descontado, el comienzo de las negociaciones de asociación podría empujar a los nacionalistas hacia el precipicio.
Dos millones de euros al año
Tampoco está claro cómo supervisará la Unión Europea el proceso de reformas en el futuro. Weizsäker y la Comisión Internacional para los Balcanes exigen una solución por parte de los líderes mundiales a través de la Unión Europea. Bosnia-Herzegovina podría dejar de ser administrada como protectorado de la ONU. Paddy Ashdow, el entrante alto representante para Bosnia-Herzegovina, va incluso un paso más allá. Piensa que “es hora de comenzar de forma progresiva la transferencia de competencias políticas a las instituciones nacionales”. La UE tiene en ello un interés económico: pues la pacificación de la región le cuesta a la UE, según estimaciones del experto en seguridad francés, François Heisbourg, dos millones de Euros al año.
Translated from Der lange Weg in die EU