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El fútbol en China: Anelka y la política del deporte teledirigido

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Dani Vallès

Lifestyle

Con la llegada de un jugador europeo de renombre, China parece haber abierto los ojos al mundo del fútbol. Sin embargo, entre la corrupción y el desastre deportivo, el deporte rey no encuentra su corona en el país del sol naciente.

“Empiezo una nueva aventura, una nueva vida, otro ritmo y otro universo”. Con estas palabras, publicadas en su cuenta de Twitter a las 15:52 horas del día 13 de enero de 2012, Nicolas Anelka emprendía su vuelo hacia China. Un mes antes, el delantero francés fichaba por el Shanghai Shenhua, el club de la ciudad más poblada del país.

China, ¿su último cabezazo?

Si hubiera fichado por el equipo londinense del Tottenham, que le había hecho una buena oferta, nadie le habría hecho ni caso. Pero China ya es otra cosa. Está claro que, a sus 33 años, Anelka no va al fútbol chino a reverdecer sus laureles, va simplemente a ganar dinero. Y mucho. Según las últimas noticias, el ex pensionista del Chelsea cobrará 234.000 euros a la semana o, lo que es lo mismo, 12 millones de euros al año. Eso le convertiría en el jugador francés mejor pagado del mundo. Así que la respuesta a la pregunta de por qué Anelka se marcha a China está bien clara. La que cuesta más de responder es cómo es posible que un club de fútbol chino pueda gastar tal cantidad de dinero en fichar a un delantero en su ocaso.

Deporte u otra manera de hacer política

Leer también "Y después del Málaga, el PSG: Catar, fútbol y petrodólares" en cafebabel.com

Por una parte, hay una razón geopolítica. Al igual que Catar, China está muy interesada en asentar su influencia y mostrar las virtudes de su causa a través del deporte más popular del mundo. También, como Catar, los chinos atraen a las viejas glorias del fútbol europeo, embajadores en pantalón corto de un nuevo tipo de “soft power”. Y es aquí donde intervienen los Kaka, Ronaldinho, Drogba (partícipes en potencia) y Anelka. Son los maniquíes del escaparate de su política extranjera.

¿Se trata, pues, de una operación de seducción a través del deporte? Si observamos de cerca la política china en el “sport power”, veremos que no. El país ya demostró que no iba en broma en los Juegos Olímpicos de Pekín en 2008,donde se llevó 51medallas de oro,15 más que Estados Unidos. Por otra parte, las Olimpiadas se celebran cada 4 años y hace falta que la República Popular se curta en un deporte que reúne a 25 millones de telespectadores.

De la leche adulterada a los campos de rehabilitación

El problema es que el nivel del fútbol chino está por los suelos, hasta tal punto que los comentaristas ya no esconden sus comentarios sarcásticos sobre la cuestión. En 2008, durante el escándalo de la leche adulterada y una vez la empresa Sanlu había sido declarada responsable, algunos tuvieron la ocurrencia de escribir: “Sanlu, leche oficial del equipo de fútbol chino”. Sin embargo, las cifras superan a la sátira. Según la clasificación de la FIFA de 2011, la selección China se encuentra en la posición 71, por detrás de El Salvador, Burkina Faso y Bielorrusia, no ha disputado ninguna competición internacional desde el Mundial de Seúl en 2002 y, para más inri, tuvieron que ver por televisión como Corea del Norte participaba en el Mundial de 2010.

En resumidas cuentas, su fútbol es de regional preferente. Hasta los mismos adolescentes pasan del deporte rey. Según las estadísticas oficiales reveladas por The Economist, entre 1990 y 2000, más de 600.000 jóvenes jugaban al fútbol habitualmente. Entre 2000 y 2005, la cifra descendió hasta los 180.000 y continuó cayendo hasta los 100.000 de la actualidad. Además, mientras que entre un 5 y un 9% de la población europea toca el balón, solamente un 0,5% de los 1,300 millones de chinos están federados. De hecho, el último éxito relacionado con el fútbol fue la película Shaolin Soccer en 2002.

Publicado en The Economist: Buda les dijo que una de sus voces podía ser complacida. Alguien pregunta: ¿puedes hacer que baje el precio de los apartamentos para que la gente pueda alquilar? Ante la indecisión de Buda, la persona pide otra voz: ¿Puedes hacer que el eguipo de fútbol de China se clasifique para la Copa del Mundo? Después de un largo suspiro, Buda dice: "Hablemos de los apartamentos mejor"

Además, el fútbol chino también está podrido por dentro. Mientras Catar aporta sus jeques (y sus cheques) blancos e impolutos, los chinos cuentan sus escándalos. Desde que, en 1992, el fútbol se profesionalizó, la Chinese Super League ha sufrido año tras año prácticas mafiosas como las apuestas ilegales o el amaño de partidos. Un claro ejemplo de ello fue el caso de los “silbatos negros”, en que 22 mandos de la Federación China de Fútbolfueron encarcelados, entre ellos su presidente. Aunque eso no acaba aquí; mientras Yong y sus acólitos continúan en la sombra, el mundo del fútbol sigue lleno de cuatreros. En el año 2010, 200 personas acusadas de corrupción fueron enviadas a un “campo de rehabilitación” durante cinco días.

El lichi podrido

Desde el año 2011, y dos años después de la operación de limpieza iniciada por el presidente Hu Jintao, el nuevo mandamás de la Federación, Wei Di, ha prometido limpiar el fútbol chino hasta el fondo. Su primera iniciativa, permitir que los clubes puntúen a los árbitros, así solo los mejores tendrán plaza. Si el nuevo hombre fuerte de la federación ha conseguido reducir el entorno ilícito que rodeaba este deporte, los grandes grupos inmobiliarios han asaltado la primera división china convirtiendo a sus equipos en verdaderos paneles publicitarios andantes. Actualmente, 13 de los 16 equipos de la liga china están controlados por promotores inmobiliarios, quienes a su vez tienen una relación más o menos estrecha con el Partido Comunista, que todo lo controla desde su acérrimo totalitarismo.

El nuevo club de Anelka lo dirige Zhu Jun, fundador y director de The9, operador principal de videojuegos en línea en el mercado chino, como el famoso World of Warcraft. A partir de ahora, Jun va a jugar de verdad. Esperamos que consiga hacer soñar a los miles de impacientes aficionados chinos. Por el momento, el sol aún no ha acabado de salir para el deporte rey.

Fotos: cortesía de IMDB para Shaolin Soccer  Anekla, (cc) toksuede/flickr - Equipo chino de fútbol, (cc) Patrick Keogh/flickr  - Jungla china, (cc) John Biesnecker/flickr -Niño, (cc) Jan Christian Teller/flickr

Story by

Matthieu Amaré

Je viens du sud de la France. J'aime les traditions. Mon père a été traumatisé par Séville 82 contre les Allemands au foot. J'ai du mal avec les Anglais au rugby. J'adore le jambon-beurre. Je n'ai jamais fait Erasmus. Autant vous dire que c'était mal barré. Et pourtant, je suis rédacteur en chef du meilleur magazine sur l'Europe du monde.

Translated from Football en Chine : quand le ballon se laisse mener à la baguette