El éxito deportivo de Serbia: “talento natural, genes, pasión”
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Cuando formaban parte de la Antigua Yugoslavia lo ganaban todo en baloncesto, waterpolo y voleibol; ahora también son imparables en tenis. Desde 2001 su país ha vivido hasta cuatro cambios de denominación y en 2006 se convirtió, simplemente, en Serbia. Sin embargo, el ajetreado movimiento político no le ha quitado a este país balcánico ni un ápice de energía.
Viajamos a Belgrado para averiguar el secreto y seguir las huellas de su imparable éxito deportivo.
Desde las gradas reservadas a la prensa tenemos un bueno plano general del estadio del Estrella Roja, principal equipo de fútbol de Serbia, que este sábado disputa la defensa del segundo puesto en la liga serbia. Desde nuestro asiento intuimos el nerviosismo de Robert Prosinecki, su entrenador, que se pasea por delante del banquillo dando órdenes a sus jugadores y quien 24 horas antes nos desvelaba en la cafetería del campo el principal problema al que se enfrenta este deporte en Serbia: “los jugadores se van rápido del club, no hay continuidad” y lo hacen, según él, por “razones económicas y de prestigio”. Si a eso le sumamos que “los clubes de Serbia no son fuertes económicamente”, entendemos la resignación del fútbol serbio ante la cada vez mayor fuerza de los clubes europeos.
Deportes colectivos vs individuales
El fútbol en Serbia parece ser, efectivamente, la actual excepción al auge deportivo. El 29 de enero de 2012 la selección nacional serbia de waterpolo se proclamó campeona de Europa en una final que disputó frente a Montenegro, con quien formaban país hasta 2006. Ese día, la euforia se desató por partida doble en Belgrado, pues su victoria se producía el mismo día en que Novak Djokovic ganaba a Rafa Nadal en la final del Open de Australia. La selección de waterpolo ya estaba entonces muy familiarizada con el puesto más alto del ránking: había sido campeona del mundo en 1986, 1991, 2005 y 2009. Su entrenador actual, Dejan Udovicic, nos explica que el éxito radica en dos motivos: “buenos jugadores y un buen sistema de educación en las categorías jóvenes”, aunque reconoce que hay cosas por mejorar: “el gobierno hace lo que puede para apoyarnos, pero creo que podía hacer un poco más”.
Otro de los deportes colectivos en los que nadie hace sombra a Serbia es el voleibol. Una de sus mayores figuras, Ivan Miljkovic, actual presidente del comité de voleibol, que cuenta en su palmarés con 8 premios individuales y que en 2000 ganó el oro con la Selección Yugoslava en los JJOO de Sydney, relata que “después del estrés inicial cuando entras en el equipo ganador, solo quieres seguir al resto y conseguir el éxito juntos”.
La sorpresa del tenis
Después de perdernos varias veces por el Nuevo Belgrado y a pesar de los 35 grados, desafiamos al calor degustando un café moka con Nebojsa Viskovic, periodista deportivo desde hace 20 años y, para muchos, el mejor comentarista de deportes de Serbia.
Este periodista del canal de televisión de deportes Sportsklub nos cuenta que son los triunfos cosechados en las canchas mundiales de tenis desde 2006 lo que ha sorprendido a toda Serbia: “lo que pasa con el tenis es casi increíble. No tenemos tradición, teníamos muy malas infraestructuras, Serbia no invirtió un solo dinar en eso (…) Han conseguido todo ellos mismos. ¿Cómo? Es un misterio, es un milagro. Simplemente ocurrió, como una rosa en el desierto”, que siguió floreciendo: “ahora es más fácil. Ana y la gente de su generación dibujaron el camino”. Viskovic habla de Ana Ivanovic (1987), que ganó Roland Garros en 2008 y que, como todos los deportistas de su edad, creció en medio de dos guerras. Janko Tipsarević (1984), número 8 del ránking de la ATP, que saca unos minutos entre el Open de Madrid y el de Roma para responder vía email a nuestras preguntas, nos confiesa que “no fue fácil, pero era un niño, no me daba cuenta. Todo lo que quería era jugar al tenis”.
Siguiendo las huellas del éxito deportivo llegamos al centro de tenis de Novak Djokovic, situado en la confluencia de los ríos Sava y Danubio. A pesar del intenso sol a las 16horas, varias pistas – de las 14 disponibles- están ocupadas. Grandes imágenes de Novak, como le llaman los serbios de Belgrado, nos persiguen mientras vemos cómo desmontan las gradas del Open de Serbia, celebrado hace tan solo unos días, y que dirige su tío, Goran Djokovic. Tras conversar con varios empleados constatamos que la importancia de Novak en Serbia supera la que cualquier otro deportista pueda tener en otro país porque no solo hablamos del actual numero 1 del mundo, sino también, como reconocía Prosinescki, de un gran “embajador de toda Serbia”.
Proyectando Serbia a través del deporte
Todos estas conquistas influyen en el país de dos maneras: la primera, reconstruyendo su representación a nivel mundial. “Serbia sigue sin tener una imagen en el mundo por todas las cosas que pasaron”, confiesa el periodista, aunque declara que “el deporte es la mejor publicidad”. Sin embargo, considera que “el daño es demasiado grande para repararlo en tan poco tiempo; solo podemos esperar”.
Por otra parte, este éxito también sirve a veces de cortina de humo para olvidar otros problemas a los que se enfrenta Serbia, como el desempleo juvenil. Viskovic lo reconoce: “todas las alegrías de los últimos años en Serbia están relacionadas con el deporte y con Eurovisión. Por supuesto somos exitosos en cultura, ciencia, pero el deporte es la alegría número 1”. Ivan Miljkovic cree que las gestas deportivas “han ayudado a los serbios a ver que hay gente que juega duro y da lo mejor de sí misma por nuestra nación. Espero que nuestras victorias les hayan ayudado en algunos momentos de nuestro loco pasado…”
El secreto del éxito
Serbia no es comparable a los países cuyas canteras ven nacer cada año a deportistas de élite porque el apoyo institucional en este país balcánico es escaso o casi nulo, siendo el pilar principal de los jugadores “las familias y los espónsors”, dice el Viskovic. Janko Tipsarevic reconoce que “mi padre tenía tres trabajos para apoyar mi carrera en el tenis”. Entonces, ¿cuál es el secreto del éxito de Serbia? Prosinecki niega con la cabeza: “eso no me lo puedo explicar ni yo. Hay menos infraestructuras y dinero que en otros países, pero el talento siempre sale”. Para Viskovic, la clave está en “el talento natural, los genes, la pasión”, aunque para Janko, “exclusivamente en el esfuerzo individual” mientras que para Ivan Miljković, el secreto reside en “las ansias de victoria”.
A la salida del estadio del Estrella Roja una belgradense entabla conversación conmigo, que sentencia diciendo “el deporte está en nuestros genes”. En nuestro paso por Belgrado no hemos encontrado ninguna evidencia científica que lo demuestre, pero lo que parece indiscutible es que el éxito deportivo forma parte de la identidad de Serbia.
Muchísimas gracias a Senka Korać, de cafebabel Belgrado, por su inestimable ayuda e infinita paciencia.
Este artículo forma parte de Orient Express Reporter II, una serie de reportajes sobre los Balcanes que ha sido desarrollada por cafebabel.com entre 2011 y 2012. Este proyecto ha sido cofinanciado por la Comisión Europea y cuenta con el apoyo de Allianz Kulturstiftung.
Fotos: portada, (cc) página oficial de Ana Ivanovic, prensa Janko Tipsarevic y wikipedia;texto: conferencia de prensa y estadio de fútbol ©Cristina Cartes; Janko Tipsarevic, cortesía de su representante; vídeo, (cc) wasswayne1/youtube