El “entroido” gallego: el carnaval del buen comedor
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El carnelevare original, unión de los términos italianos carne y levare (quitar), vedaba la carne en los días previos a la Cuaresma. Sin embargo, el carnaval actual —al menos en Galicia— parece haber perdido toda raíz cristiana. Desabrochaos un poco el cinturón que llega la gastronomía gallega carnavalesca.
Antes de nada, resulta necesario aclarar un asunto. En Galicia, a la gente le gusta comer. Y mucho. Demasiado, quizás. Si estás invitado a comer a casa de un gallego, prepárate para que el anfitrión te intente cebar cual cerdo antes del San Martiño. Y si esta persona es de cierta edad, te dirá en gallego eso de “Neniño, come máis que estás moi delgado”. Aunque el “neniño” pese 200 kilos. Son los resquicios de una población envejecida que, sobre todo en zonas rurales, pasó hambre. Y mucha. Así que si viajas a Galicia, mentalízate para ganar unos cuantos kilos, ya comas en casa de familiares, de amigos o en un restaurante. Y hazte también a la idea de que vas a pasar hambre si eres vegetariano: aquí a la gente no le entra en la cabeza aquello de no comer carne.
La gastronomía gallega se basa en los productos frescos de la tierra, por lo que, a fin de no restar intensidad a su sabor original, su preparación no suele ser muy compleja. Aunque parezca una gastronomía aburrida, no lo es en absoluto y de ello da fe la cantidad de fiestas que sirven de exaltación de los productos gallegos durante todo el año: la fiesta de la empanada de Noia, la del mejillón de la Illa de Arousa, la del requesón de A Capela o la del cocido de Lalín, nombrada fiesta de interés turístico nacional que se celebra el domingo previo al fin de semana de carnaval.
Y es en estas fechas de carnestolendas cuando los gallegos llevan a la máxima expresión el significado de esta fiesta. Haplología del término italiano carnelevare —creado a partir de carne y levare (quitar)—, el carnaval se celebra durante los tres días previos a la Cuaresma, período en el que, según las religiones cristianas, se prohíbe el consumo de carne. Sin embargo, el entroido —carnaval en gallego— es una fiesta de excesos, sobre todo en lo relativo al buen comer y al buen beber. El plato típico de esta celebración es el lacón con grelos (las patas delanteras del cerdo cocidas junto con verdura), la cachucha (cabeza de cerdo también cocida), filloas (una especie de creps hechas con caldo de carne, harina y huevos) y las orejas.
Y aunque la palabra orejas pueda probablemente remitir al cerdo (los gallegos también las comen), las orejas son un postre típico de esta tierra apto para vegetarianos y que se prepara solamente en carnaval. Consisten en una masa elaborada a partir de harina, huevos y mantequilla y que, una vez frita, tiene la forma de una oreja tamaño XXL.
Si queréis llevar un pedacito del entroido gallego a vuestras casas, aquí va la receta:
Ingredientes:1 taza de harina, 1 pizca de sal, 1 cucharada de levadura, 1 trozo de mantequilla, 2 huevos batidos, 2 copas de aguardiente, ralladura de 1 limón, aceite para freír y azúcar glas para espolvorear.
Modo de preparación: se amasan bien todos los ingredientes hasta formar una masa homogénea que se dejará reposar durante una hora. Pasado este tiempo, se divide la masa en trozos del tamaño de una nuez y se estiran con un rodillo (cuanto más finos, mejor). A continuación, se fríen en abundante aceite hasta que se doren, se colocan sobre papel absorbente, se pasan a una fuente y se espolvorean con azúcar glas.
Fotos: portada y orejas, © Magdalena Barro; lacón con grelos, (cc) juantiagues/Flickr. Vídeo: mikeold55/YouTube.