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El encanto europeo: seduciendo a Georgia y Moldavia

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Política

Atrapados entre los sueños imperialistas de Putin y el nuevo ímpetu del paladín de los derechos humanos, Europa, Georgia y Moldavia se encuentran en una situación precaria al tener que escoger entre dos poderosos pretendientes.

El 27 de junio de 2014, la Unión Europea (UE) extendió sus largos tentáculos aún más hacia el hemisferio oriental con el fin de concluir un acuerdo de asociación con Georgia y Moldavia, dos países a menudo olvidados por el resto del mundo. Mientras que uno de estos se encuentra casi en el corazón del continente, cerca de Rumanía, el otro se refugia en las profundidades de las montañas del Cáucaso, en la periferia de Europa, bordeando a Rusia. Pese a la gran distancia geográfica, ambos han luchado por mantener su autodeterminación nacional frente a la gran influencia del gran oso ruso y los encantos de la Unión Europea. Como consecuencia, ambas naciones han sido víctimas de un romance colmado de celos y envidias. 

Desde la caída de la Unión Soviética, el este de Europa ha sido el blanco de un triángulo amoroso digno de cualquier drama shakespeareano. Tanto la distinguida Rusia como la atractiva Europa han intentado capturar el corazón de esta resentida dama por varias décadas. Varios estados, entre ellos Bielorrusia, Azerbaiyán y Armenia, se han mantenido fieles a Rusia, mientras que otros, incluyendo Georgia y Moldavia, se han comprometido con Europa. Sin embargo, al jurar su lealtad hacia la UE abiertamente, ambos países enfrentan las continuas amenazas de represalias por parte de su antiguo amo Soviético sin el derecho de protección del cual disfrutan los miembros de la Unión Europea.

Una declaración de amor

En el cortejo europeo de Georgia y Moldavia, el acuerdo de asociación es una declaración pública de amor, una promesa con el fin de enriquecerse mutuamente a través de una relación más íntima. A cambio de una mayor accesibilidad al mercado europeo, Tiflis y Chisinau se comprometen a adoptar los estándares de la UE tales como las regulaciones y los controles de calidad del mercado libre. Ambos países ya mantienen fuertes lazos económicos con el Bloque Europeo: Molavia envía casi la mitad de sus exportaciones a la UE, mientras que el intercambio de productos entre Georgia y esta última alcanza los 2,7 billones de euros. Como recompensa por sus nobles intenciones frente a las continuas amenazas hostiles por parte de Rusia, desde el pasado abril los ciudadanos de Moldavia disfrutan de un libre acceso a la zona de Schengen, mientras que los ciudadanos de Georgia esperan ansiosamente su turno. En el caso de Georgia, este humilde país ha sido lanzado hacia una posición de liderazgo en el vecindario del Cáucaso, convirtiéndose así en el nuevo centro de poder en la zona. A cambio, Georgia se convierte en un importante punto estratégico para la UE en cuanto al abastecimiento de energía para el continente europeo ya que las fuentes de energía rusa continúan siendo inestables debido a las circunstancias políticas actuales. Quizás, más importante aún, este pacto significará el primer paso de una ardua travesía hacia la tan esperada admisión en la UE. 

El firmar un acuerdo de asociación trae repercusiones por parte de una Rusia resentida. Sin embargo, este pacto es de gran importancia para los ciudadanos, particularmente aquellos que prevén su futuro dentro del Bloque Europeo. "Este acuerdo es prueba de que el gobierno de Moldávia ha hecho al menos algo correcto en su intento por implementar reformas", declaró Valeria Munteanu, ciudadana de Moldavia. "Aunque aún falta mucho por alcanzar, nos resulta gratificante que la UE reconozca los esfuerzos por parte de Moldavia a través de este acuerdo", matiza.

"Este acuerdo tiene una gran valor simbólico para el pueblo de Georgia", explica Cristina Tashkevich, una corresponsal especializada en política en Tiflis. "Nos hemos comprometido a formar parte de la familia europea, y es por eso que para muchos ciudadanos de nuestro país este acuerdo significa una validación simbólica de nuestro estatus como parte del conglomerado europeo (occidental). Y por supuesto, adicionalmente, y quizás más importante aún, este acuerdo lleva un mensaje muy claro a Rusia, y es que la nación de Georgia continua alejándose de la influencia rusa y nunca más volverá a encontrarse bajo las garras de Moscú", señala la periodista.  

Un triángulo amoroso

Es bastante complicado tratar de maniobrar a través de las amenazas y ultimátums de un antiguo amante resentido y lleno de celos. La obsesión rusa con respecto a sus antiguos satélites no ha disminuido, actualmente mantiene disputas con Georgia y apoya grupos pro-rusos en Moldavia. En 2008, Rusia anexionó extraoficialmente dos regiones de Georgia: el Osetia del Sur y Abjasia, desembocando en un conflicto armado que amenazaría la delicada paz que reinaba en el área. En una situación parecida a la de Ucrania, separatistas pro-rusos has ido ocupando Transnistria, una larga zona del este de Moldavia, desde los comienzos de la década de 1990. ¿Sería posible para estos países coexistir pacíficamente con Rusia a la vez que mantienen una unión con Europa?

"En un mundo perfecto eso sería posible", lamenta Valeria. "Moldavia nunca ha sido una nación agresiva; al contrario, la agresión siempre ha venido de afuera. El tamaño del territorio, la cifra poblacional y los recursos limitados siempre han afectado a Moldavia dentro una área tan conflictiva como el Cáucaso. Alo largo de la historia, la posición geográfica de Moldavia a atraído la atención de Rusia, principalmente dado a su proximidad al Mar Negro y Europa".

"Pienso que Rusia se irritará aún más a medida que Georgia continúe buscando integrarse a la UE", indica Cristina con gran preocupación. "Es por eso que debemos mantenernos siempre alerta con respecto a nuestra relación con Rusia, y tomando en cuenta las ambiciones imperialistas del presidente ruso [Vladimir Putin], la relación entre Rusia y Georgia se mantendrá tensa, y aun hostil, por un largo periodo".  

Moldavia ya está pagando el precio de un acuerdo con Europa ya que Rusia continua aplicando presión económica a través de restricciones comerciale, y agresiones militares con el objetivo de incitar levantamientos en regiones claves como Transnistria. El 22 de julio Rusia prohibió los frutos moldavos en su mercado, además de las restricciones de las importaciones de vinos. Aunque Moscú lo describe como una medida temporal, se desconoce si esta restricción será derogada en el futuro. 

"Lamentablemente, Moldavia es vulnerable desde varias perspectivas, entre éstas se encuentran la económica, la social, y la militar", explica Valeria. "Rusia es consciente de esto y, como se puede observar en los medios de comunicación casi todos los días, Rusia continua aplicando nuevas restricciones comerciales a sus importaciones provenientes de Moldavia y esto está claramente conectado con el Acuerdo de Asociación con la UE. Es evidente que las decisiones tomadas por el gobierno de Moldavia con motivo de crear una relación más íntima con la UE han enfurecido al gobierno ruso. Es un tiempo difícil para Moldavia ya que su relación con la UE aún se encuentra en una etapa inicial y varias de las restricciones rusas causan temor entre la población. Moldavia podrá tener una buena relación con Rusia y la UE solamente cuando Rusia perciba a Moldavia como una nación independiente, capaz de decidir su propio futuro, y no como su antiguo hijo soviético que necesita disciplina".

Una reputación manchada

Aquello que se encuentra más allá de las fronteras de la Unión Europea continúa siendo un misterio y desconocido por la mayoría de los europeos. Tanto Georgia como Moldavia se encuentran manchadas por una reputación que las retratan como antiguas repúblicas soviéticas subdesarrolladas y aún como pequeñas versiones rusas privadas de la democracia y de los derechos humanos. Moldavia es comunmente percibida como el país más pobre de Europa y ha ganado fama de ser uno de los proveedores más grandes de víctimas del mercado europeo de prostitución. Georgia es constantemente confundida con el estado estadounidense; muchas veces es excluída del continente europeo, ya que se encuentra en la periferia de Europa, reiterando así la misma pregunta: ¿Es el país de Georgia parte del continente europeo o del asiático?

A pesar de la dudas acerca de su europeímo, la mayoría del pueblo de Georgia tiene clara su identidad. "Aún recuerdo las palabras del antiguo Primer Ministro Zurab Zhvania, cuando pronunció en su discurso al Consejo Europeo: ‘Yo soy ciudadano de Georgia, por consiguiente, yo soy europeo’", declaró Cristina. "La mayoría de los ciudadanos de Georgia se consideran parte de la familia europea y creen firmemente que compartimos los mismos valores de los países de la UE".

Sin embargo, las circunstancias cambian, mientras que los viejos estereotipos son aplastados por el peso de la globalización. "Me alegra observar que cada vez más europeos conocen más acerca de Georgia, están interesados en nuestro país y desean visitarlo", reflexiona Cristina. "Pero debemos continuar trabajando para popularizar aún más la rica cultura de Georgia, única en el continente europeo. Varias personas, cuando me preguntan de donde soy y les contesto de Georgia, se quedan pensando por un momento antes de contestar: ‘Oh, ¿es ese el país que se encuentra cerca de Rusia? ¿Vosotros peleaisteis contra Rusia, no?’" Claro, esto se entiende, pues Georgia obtuvo su fama durante el 2008, cuando la guerra contra Rusia fue cubierta por todos los medios de comunicación a nivel mundial, pero piensa que nosotros, como nación, necesitamos trabajar para mostrarle a Europa nuestra verdadera identidad y cultura".

"Según mi propia experiencia, no son muchos los europeos que conocen la posición geográfica de Georgia", indica Valeria con una aparente tristeza. "Moldavia ha pasado por muchos cambios desde que se disolvió la Unión Soviética, pero aún es relativamente una nación joven. Quizás una de las confusiones más grandes es que en Europa se piensa que los moldavos son rusos. Aún persisten muchas noticias que retratan a Moldavia como el país más pobre de Europa, lo cual a veces crea una imagen más funesta de lo que realmente es. A lo mejor tienen razón, considerando el aspecto económico, pero de la manera en que yo lo veo, Moldavia tiene grandes recursos intelectuales y agrícolas, lo cual indica un gran potencial".

Tras el sueño europeo

A medida que Rusia intensifica su ofensiva anti-UE, en las antigua repúblicas soviéticas, muchos se desploman ante la gran presión ejercida por Putin. Asombrosamente, Georgia y Moldavia, junto a Ucrania, se han mantenido firmes ante los fuertes golpes rusos. Son países fuera de lo común que se apresuran con gran entusiasmo a los brazos de Europa para dejar atrás su tumultuosa relación con Rusia, intentando así un nuevo romance con la Unión Europea. 

"Pienso que existe una gran posibilidad para [Georgia de unirse a la UE]. Pienso que este acuerdo es ciertamente un paso en la dirección correcta, pero Georgia no debería sentarse y relajarse ahora pensando que el trabajo ha terminado. Las reformas en el país deben continuar, las instituciones democráticas deben mejorarse, y de la misma manera se debe trabajar aún más con el sistema legal y la protección de los derechos humanos. Aún queda mucho por hacer, y en eso es que Georgia se debe enfocar".

Para Valeria, el tan esperado acuerdo no pudo haber llegado los suficientemente rápido. "Para mí, esto significa una perspectiva diferente y quizás hasta un gran alivio de que el país se interese por ofrecerle a sus ciudadanos nuevas oportunidades europeas. Al analizar este hecho con más profundidad, al final del día, acercarse a la UE se trata del pueblo: establecer valores comunes, crear nuevos marcos de trabajo, promover la tolerancia y libertad, asegurar un desarrollo económico próspero, eliminando así los obstáculos actuales. Llegué a la conclusión de que los moldavos desean más que nada ser los dueños de sus propios destinos, mientras disfrutan de nuevas oportunidades que los ayudarán a desarrollar sus sueños. Así pues, soy una fiel creyente de que este nuevo Acuerdo de Asociación con la UE tiene un significado más profundo que meras técnicalidades legales y económicas. Es más bien un símbolo de que el país finalmente se dirige hacia la modernidad".

¿Tendrán estos recién casados un futuro próspero? ¿O es que Europa y las antiguas repúblicas soviéticas están destinadas a un amor platónico que nunca podrá consumarse a causa de las intervenciones rusas? Mientras que Europa se presente como un príncipe y no como una rana, existe una alta probabilidad de que esta relación tenga un final feliz. 

Translated from European Charm: Wooing Georgia and Moldova