El Eldorado Suizo de los Romas de Rumania: A punto de finalizar
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Doru FrancescuEn unos meses, Ginebra se convirtió en el Eldorado de los romas rumanos. Aprovechando la nueva ley penal cantonal de 27 de Enero de 2007 que legaliza la mendicidad, unos 200 romas - de los cuales, el 77% son rumanos – se fueron a poblar las peligrosas calles del canal de Ginebra.
En la ciudad de los derechos humanos, la gente pide ayuda de rodillas. Estatuas vivas al lado de las puertas y los supermercados, cuerpos meneándose en las entradas de los bancos y frente a Correos, los mendigos ofrecen una vista repugnante. Desde instrumentos musicales hasta muletas y niños callados, los mendigos Romas acuden a cualquier instrumento posible para dar lastima. Su desgracia sobresale clamando el cielo a cada paso, desde el área comercial en el centro de la ciudad hasta los bordes más aislados del río.
El asunto ha estallado, yendo más allá del disturbio de la comunidad local y de la alteración de la clase política a través de los medios de comunicación: el resultado consiste en un plan político con el propósito de disuadir la práctica de la mendicidad. Aunque esta situación está lejos de ser la primera prioridad en la agenda, las manos pidiendo limosna representan problemas étnicos, sociales y públicos que no pueden pasar de vista. La nueva ley que trata la mendicidad, vigente desde el pasado Enero es la que se pone en medio de la batalla política. La iniciativa del Canciller Federal, Laurent Moutinot para derogar las multas por los actos de mendicidad ha provocado una disputa fuerte entre los rivales políticos. La cereza de la torta fue la decisión de reembolsar todas las multas desde Enero en adelante (valorando 100.000 francos), con ciertas condiciones. Sin anticipar las consecuencias de esta ley, en Noviembre, Moutinot cambió su posición inicial, denunciando ‘la concertante evolución del numero de los mendigos’ in Ginebra.
Desde que un nuevo tipo de turismo parecía desvelarse, el 16 de Noviembre, las fuerzas de la Policía se han juntado con los trabajadores sociales y han evacuado los refugios improvisados de los Romas bajo el puente del rio Arve y los han alojado en centros de protección social. Tienen permiso de quedarse allí por un máximo de 10 días, antes de que la ley federal sobre los extranjeros se considerará. Esto significa que los mendigos encontrados en situaciones ilegales, -por ejemplo, los que no pueden justificar que sus medios de sobrevivir- serán expulsados sin previo aviso. Por los demás, será aplicada el límite de 90 días estancia turística en el territorio Suizo. Aparentemente, una ayuda de transporte será ofrecida por las autoridades, como billetes de autobús, tal como había declarado por un periódico local, Isabelle Widmer, agente de servicios sociales en la ciudad de Ginebra.
El proceso de evacuación fue calificado por los defensores de los derechos humanos como ‘correcto’. El principal defensor roma de los derechos en esta situación, Doris Leuenberger, abogado y presidente de la Asociación por la Protección de Roma en Ginebra, ha denunciado el objetivo de esta acción con el fin de producir no sólo el sufrimiento de los mendigos, sino también controlar la situación por parte de la policía. ‘En diez días, vamos a estar en la misma situación que ahora, con la única diferencia de que la Policía conocerá la identidad de cada persona. Están grabados y no serán autorizados a entrar más en Suiza.’
Los medios locales han concedido mucha atención a la nueva instalada, pero inestable comunidad en la ciudad de Calvin. Desde las entrevistas de los periódicos con los indeseables porteros de banco que apenas hablan francés hasta las fotografías de una miseria inimaginable y reportajes en televisión en las horas de máxima audiencia. La gente roma está contando la misma historia de pauperismo, rechazo y discriminación que los ha causado buscar su camino hacia el Oeste. ‘Hay una guerra contra los Roma en cualquier sitio; era mejor en Suiza, todo el mundo lo sabe en Rumania. Si ellos a su turno, nos acosa y nos manda fuera, ¿donde podríamos ir?’ ‘¿En la luna?’, confiesa Daniel al periódico. Bastante irónico, el embajador rumano en las Naciones Unidas, el señor Doru Costea, es el actual presidente del Consejo de los Derechos Humanos de la ONU.
Abarrotado entre una ‘tal indisposición, una forma de vergüenza’ y una ‘tal responsabilidad’, Su Excelencia parece inseguro con respeto a quien debería manejar la situación que provoca estos sentimientos. ‘Podremos muy bien considerar el problema de los romas como una de la Unión Europea…Pero si es una cuestión de la Unión Europea, es obviamente un asunto de Rumania…La comunidad roma tendría que ponerse a si misma unas cuestiones similares…Al mismo tiempo, estamos seguros que una tal parte del problema no será resuelto sino colaborando con otros países ’.
Sin embargo, los mendigos de Ginebra tienen pasaportes rumanos y esto tendría que reasegurar el gobierno Rumano de que es su problema antes que de los demás. La futura negociación sobre la extensión de los acuerdos bilaterales con respeto al movimiento libre de las personas tendría proporcionarle una otra motivación para mirar este asunto con más precaución.
por Ioana
Traducción: Ana Maria Vasilache
Credit foto: interet general
Translated from Romanian Roma’s Swiss Eldorado: One Step Away from Closure