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El eco-activista búlgaro demandado por un estado de Facebook

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Laura Garrido

En febrero de 2016, se condenó a un eco-activista búlgaro por publicar un estado de Facebook dirigido al director ejecutivo de una de las compañías mineras más importantes de su país. El caso hizo notar la fragilidad de la libertad de expresión en Bulgaria. Una vez dictada la sentencia, se ha establecido que la siguiente fase del juicio tendrá lugar el 30 de mayo.

Borislav Sandov (33) es conocido en su país por dirigir las principales protestas medioambientales de los últimos años. Este preparado científico y miembro del movimiento político los Verdes publicó hace poco un estado en la red social Facebook calificando al director ejecutivo de la compañía minera Asarel Medet, Lachezar Tsotsorkov, de “oligarca envenenador”.

Estas palabras forman parte de un texto más largo que explica la “saga legal” entre los Verdes y la mina de cobre de Asarel Medet. Según el contenido de la publicación, Tsotsorkov interpuso una demanda contra Sandov alegando tres delitos: uno por injurias y dos por difamación.

Los lugareños han expresado su apoyo a Sandov de cara a la continuidad del juicio en sus siguientes citas. Mientras tanto, el embajador francés en Bulgaria, Xavier Lapeyre de Cabanes, le ha mostrado su apoyoen Twitter con estas palabras: “Yo soy Borislav Sandov”.

Una “humillación de su honor y su dignidad”

Tsotsorkov ha acusado a Sandov de manchar su buen nombre. En febrero, el tribunal de la ciudad de Panaguiúrishte consideró a Sandov inocente de las difamaciones, pero culpable de las injurias.

La acusación por difamación se debe a que Borislav afirmó que la mina de Tsotsorkov envenenó en dos ocasiones las aguas de los alrededores de Panaguiúrishte en el año 2014. El tribunal concluyó que, en el momento de escribir las acusaciones, ya existían suficientes pruebas para ofrecer tales declaraciones en la red social. El abogado del acusado, Kalin Angelov, afirma que se trata de un importante logro para la causa.

Sin embargo, el tribunal también dictaminó que los comentarios de Sandov habían humillado el honor y la dignidad de Tsotsorkov, ya que la injuria se hizo pública y se difundió a través de las redes sociales.

Sandov mismo sugirió que el motivo del juicio tendría su origen en circunstancias previas y que podrían existir indicios de venganza en todo este asunto. Antes del juicio, él y sus colegas de movimiento llevaron a cabo tanto una investigación como procedimientos legales a raíz de los supuestos deseos de invertir de Tsotsorkov, que quiso casi doblar el tamaño de su compañía minera. No obstante, el magnate perdió los pleitos en tres ocasiones.

El medio nacional Capital Daily cita al experto en leyes Boyko Boev, búlgaro de nacimiento afincado en Londres. Según Boev: “la gente que participa en eventos de interés público es susceptible de provocar reacciones en internet en relación a sus actos”.

También declara que, si tales actos están ligados a la actividad profesional del individuo con la buena intención de ayudar a la sociedad, pueden entonces “llegar a” justificarse de algún modo. En el caso de Sandov, se podría entender que el tema en cuestión es por el interés público (los Verdes ya capitanearon una demanda contra Tsotsorkov en la que lo acusaban de que la ampliación de la mina podría causar la contaminación del medioambiente de la zona).

¿Sienta esto precedente?

El abogado comenta también que no es raro que se celebren juicios a raíz de publicaciones en Facebook y que, al mismo tiempo, de acuerdo con el código penal búlgaro, una difamación o injuria puede “difundirse a través de medios impresos o por otros medios”. Las redes sociales se incluyen en la lista de alternativas.

Capital Daily concluye además que todos aquellos que en Bulgaria se sientan afrentados o víctimas de difamación pueden iniciar un proceso judicial sin importar si este concierne a Facebook, Twitter o cualquier otra red social. Ya se han dado casos similares en el país. Cuando se demandó a una mujer por difamación en Facebook, el tribunal decidió que esta debía abonar más de 3700 euros. El motivo fue que la mujer había escrito un estado en Facebook en el que acusaba a uno de sus antiguos empleados de tener un comportamiento inadecuado.

Los procedimientos pertinentes se están llevando a cabo contra Sandov como individuo. No obstante, también es representante de un partido político, como ya señaló en una entrevista previa para Café Babel. Añade que esta es la primera vez que un representante político es denunciado, incluso a nivel personal, debido a su actividad en las redes sociales.

Nelly Ognyanova, una famosa experta en legislación de medios informativos, también reflexionaba sobre este tema en una publicación de un blog titulada “Injuria o crítica: el debate”. Remarcaba que, de acuerdo con los estándares internacionales, los discursos políticos ligados a temas públicos de gran calado para la sociedad actual deberían gozar de la máxima protección posible.

Mientras que el debate sigue abierto, el juicio contra Sandov avanza hacia su siguiente fase. Si hay algo que se puede sacar en claro de todo esto es que se seguirán dando casos similares en el futuro con independencia de si Sandov sale indemne o culpable de todo esto.

Translated from The Bulgarian eco-activist being sued for a Facebook status