El diseño húngaro, ¡WAMP en popa!
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Georgina Mombo RaseroDesde 2006 el mercado WAMP acoge cada mes en Budapest a centenares de jóvenes diseñadores húngaros que presentan sus creaciones ante un conglomerado cada vez mayor de visitantes. No sólo se trata de un colectivo centrado en el desarrollo del diseño húngaro, también es un catalizador económico
En el barrio del puente Margit de Budapest, cerca de las aguas mansas del Danubio, la tienda Musu ocupa un minúsculo local en planta baja de un edificio de lujo. En el escaparate, una televisión soviética, pins, peluches y, por supuesto, algunas prendas de ropa. Las dos amigas Betty y Boggy crearon en 2007 un pequeño negocio de ropa y desde entonces se han especializado en ropa para ciclistas alternativa, confortable y resistente: chic & choc.
Diséñame un cordero
En 2008, Musu se unió al WAMP, después de un proceso de selección que elige a los diseñadores en función de la calidad de su trabajo. ¿Qué está en juego? Una codiciada plaza en el célebre mercado de diseño en Budapest. Este evento, convertido en cita imprescindible para los jóvenes creadores de la capital, agrupa cada mes a cerca de cien expositores (de los 400 con los que cuenta el colectivo). Más de 5.000 visitantes se encuentran en un mercado cubierto durante los fríos días de invierno y al aire libre cuando llega el buen tiempo.
Réka Matheidesz, una de las tres fundadoras de la plataforma, no es diseñadora pero se ocupa de que WAMP funcione bien: “¿Si hay un mercado de diseño en Nueva York, por qué no tener uno en Budapest?” Cada mes se presentan joyas, ropa, cerámicas, juguetes, objetos reciclados, etc. “Es una gran oportunidad para los diseñadores, ya que muchos de ellos no tienen la suerte de contar con una tienda”. El WAMP también los acompaña en el desarrollo del marketing: “Cada mes se destaca a un diseñador por la calidad y originalidad de su trabajo, lo que permite promocionar a los mejores”.
Festival Internacional de Diseño
Además de los encuentros mensuales, WAMP organiza cada año un festival internacional de diseño con el objetivo de entablar un diálogo internacional entre los diseñadores e introducir a los jóvenes creadores húngaros en los círculos profesionales. La última edición, organizada conjuntamente con los Países Bajos, reunió a más de 8.000 visitantes en tres días, entre desfiles, talleres de trabajo y noches de clausura. A largo plazo, el WAMP desearía extenderse e implantarse en otras ciudades de Hungría.
El colectivo no es un simple mercado de artesanía: “Unimos la creación-diseño con otros ámbitos para llamar la atención sobre la belleza de los objetos de la vida cotidiana y crear nuevas tendencias en el diseño húngaro”. En un país que aún continúa fuertemente marcado por el estilo de vida soviético y sus objetos de uso común duplicados hasta el infinito, el diseño es una idea nueva. “Sólo hace una década que vemos verdaderas iniciativas”, afirma Réka. “Unos años más y podremos ver el surgimiento de un diseño propiamente nacional”. Dado que han estudiado en el extranjero y que han viajado mucho, el desarrollo europeo es todo un objetivo para las tres responsables de la plataforma: de hecho, algunos de los diseñadores ya ha tenido la oportunidad de viajar con el colectivo para representar a Hungría en actos internacionales, en ciudades como Viena, Berlín e incluso Pekín.
El diseño no es un lujo
"Lo que hace caro al diseño son los márgenes de beneficio de las tiendas"
¿Crisis económica? ¿Qué es eso? La mayoría de los diseñadores del WAMP han experimentado un aumento de su notoriedad y un incremento de sus ingresos. “Hoy en día sólo queremos comprar lo que es barato o único. Por ello, sólo hacemos cosas únicas y originales, lo diferente”, declara Betty. “Los compradores saben por qué pagan el precio que pagan”. El diseño no es un producto de lujo como muchos se imaginan: “Lo que lo hace caro son los márgenes que las tiendas de diseño toman sobre las creaciones que les confiamos, multiplican fácilmente el precio por tres”, añade. “En el mercado WAMP, vendemos las creaciones con nuestro propio precio”. “La razón de ser de WAMP”, prosigue Réka, “consiste en hacer del diseño algo accesible: crear una pasarela entre el público y el creador”. De hecho, el sector llega a un público más bien joven, entre los 15 y los 35 años, con una popularidad creciente entre los menores de 20 años. Pero no sólo ellos: “Veo cada vez más madres de familia que acuden a la boutique con sus hijos para comprarse ropa, el diseño está democratizándose”, advierte Betty.
Musu: ‘Pensar, Reír, Rodar’
A pesar de sus logros, no todos los diseñadores pueden vivir de sus creaciones por el momento. Betty está contenta por poder vivir en el apartamento de su compañero. Otros ejercen, simultáneamente, una segunda actividad mejor pagada. “Hay que ser pacientes. Cuando empezamos con todo esto, WAMP era una pasión, éramos voluntarias. Ahora se ha convertido en un verdadero trabajo”, dice Réka.Betty es licenciada en Arte. “Hacer diseño también es un medio para enseñar a la población el sentido del consumismo y de las compras. No hacemos moda, sino objetos que tienen un valor particular”. No es por nada que el eslogan de Musu lleve por título ‘Pensar, Reír, Rodar’. Es verdad, el diseño húngaro parece ir sobre ruedas.
La próxima citadel WAMP será el 18 de abril, en la plaza Erzsébet.
Fotos: ©Fabien Champion
Translated from Le design hongrois a le Wamp en poupe !