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El diseño en su cota más alta

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Desde las revistas hasta las tiendas, el consumo masivo en el mercado del arte va de Francia hasta Noruega. Los jóvenes diseñadores invierten en el Viejo continente. Repaso a las tendencias.

160 premios, 30 años de diseño, casi toda una generación: la empresa Artcurial, templo del mercado del arte y de la especulación, puso a la venta, el 18 de diciembre, obras en tres dimensiones. Las subastas han arrancado. Dentro, los grandes nombres del diseño: tres décadas de diseño y obras elegidas por los coleccionistas después de algunas creaciones personales fulgurantes.

“Hace algunos años, no conocía en absoluto el mundo de las galerías”, asegura Cédric Ragot, cuya formación proviene del diseño industrial. Cinco o seis teléfonos para Alcatel, zapatos de snow-board para Salomon, botas de motero para Puma, un proyecto de bicicleta, colaboraciones para L´Oréal o EDF: su diseño innovador le ha valido para obtener reconocimientos y diplomas e incluso una “estrella del diseño”, lograda en octubre de 2007 por su robot “Wifi”, diseñado para Meccano.

Sin embargo, no son todas estas obras reivindicativas las que le han situado en primera línea. ¿Su descubridor? Giulio Cappellini, el maestro del diseño italiano. En el Salón del Mueble, en 2005, él se fijó en el taburete iconoclasta del joven artista francés y le propuso comercializarlo y presentarlo en Milán al año siguiente. Cédric Ragot se ha convertido en uno de los estandartes de la galería parisina Tools, número uno en diseño contemporáneo.

La prensa sigue la tendencia

¿Diseño? ¿Habéis dicho diseño? “La gente tiene problemas a la hora de establecer un lazo entre el objeto de decoración presentado en una galería y el producto industrial, habitual”, comenta Cédric Ragot, quien reivindica ahora y siempre un diseño para todos. “El proceso de creación es el mismo: adaptar la respuesta al contexto, quedando una fuerza de proposición autónoma.”

Unir lo bello y lo útil es todo un arte que necesita receta. No hay un solo periódico que no tenga su firma de diseño, desde un diario serio como El País hasta el femenino Biba, pasando por la revista de periodicidad mensual Art Magazine. “Para mostrar las evoluciones de los hogares a lo largo de estos últimos años, Ikea pidió a sus diseñadores que realizaran diez muebles y objetos de decoración”, apunta el primer medio. El cuaderno de tendencias del segundo apuesta por algo más selecto: “Brindamos diseño”, gracias al corcho de degustación diseñado por Christian Biecher para el champán Ruinart o al “estuche con forma de cubo para el champán” realizado para la firma Dom Pérignon por el australiano Marc Newson. Más vale no tocar estos objetos hasta que sepamos seguir la recomendaciones que ofrece el artículo titulado: “Cómo regalar un clásico del diseño sin arruinarse”.

Los buenos planes

¿Muerto de envidia? Os desvelamos los secretos para principiantes. Si el vintage os importa poco, vamos rumbo a las casas de los editores. Son ellos quienes fabrican los proyectos iniciales de los diseñadores, con su acuerdo: podéis entonces contar sobre seguro con lo nuevo y lo relativamente accesible a condición de no meterse en un modelo que asocie materiales lujosos y costosos por su procedencia.

En el caso de las subastas, enfocad las ventas hacia una región donde se acepten los objetos y muebles recientes, y por tanto asequibles. Es en las tiendas de anticuarios donde podéis dar con los muebles y objetos de antigua fabricación, desgastados por el tiempo. Si os arriesgáis a participar, comprar por lotes permite optimizar la inversión.

En cuanto a los “vacía-desvanes” y a las tiendas de antigüedades pueden valer la pena, pero hay que tener buen ojo: 1000 lights & 1000 chairs en las ediciones Taschen (Suena bien, estas ediciones son internacionales) os puede preparar para aprender a reconocer las obras y dar con sus variantes. ¿Las ventas por Internet? Tienen sus riesgos y peligros, las copias abundan, sobre todo aquellas que proceden de Italia, ¡donde su fabricación está permitida!

Las jóvenes promesas

¿Todavía no te has decidido? Vista la proliferación de talentos en cada rincón de Europa, se antoja necesario arriesgarse y expandirse fuera de nuestras fronteras. Los franceses Ronan y Erwan Bouroullec, dos hermanos bretones con de creatividad desbordante, se han infiltrado entre los grandes editores, caso de Cappellini, Vitra, la línea Roset y la galería Kréo, sólo por citar algunos. Nos encontramos ante toda una generación de diseñadores menores, caminando tras las huellas del depredador. De origen italo-suizo, Claudio Colucci es reconocido por sus colores alegres y su universo surrealista. Con sus creaciones barrocas, Jaime Haynon es, por su parte, el último alborotador de la escena española, elegido como uno de los 10 creadores más influyentes por la revista inglesa Wall Paper, toda una referencia en el mundo del diseño.

Desde Munich, Konstantin Grcic muestra un diseño racional, adquirido en el Royal College of Art de Londres. Otra institución de prestigio, la Academia de Diseño de Eindhoven, ha dado alas a una joven chica del país, Helle Jongerius. Humanista del diseño industrial, ella se preocupa, con la picardía que le caracteriza, porque la estética del objeto prime sobre el uso al que esté destinado. Una reflexión que converge con el análisis de Cédric Ragot. Si el diseño vive tal atoramiento, es porque es el último valor que se tiene en cuenta. Una cualidad que al marketing no le interesa explotar.

©Cédric Ragot Design

<1000 chairs (Foto: ©Taschen), Philippe Starck – El maestro del diseño (Foto: ©StarckTing/flickr)

Translated from Design très coté