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El diablo sobre ruedas

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43.000 muertos en un solo año. Los días 3 y 4 de noviembre, los ministros de Transporte de los 25 se pondrán las pilas en Verona para reducir a la mitad esta cifra.

Sólo el año pasado, murieron cerca de 42.000 personas en accidentes de tráfico en Europa. 114 personas cada día. Como si los atentados de los metros de Londres del 7 de junio se repitieran dos veces, todos los días del año. 5.842 de ellos murieron en Alemania. Casi 2 millones resultaron heridos en toda Europa. El coste económico que supuso para la economía se cifra en 200 billones de euros, casi un 2% del PIB total de la Unión Europea. Ni la creatividad de Peter Jackson en sus comienzos más gores hubiera podido imaginar este horrible guión, que se repite todos los años en nuestras autopistas y carreteras.

Datos como estos están disponibles en CARE, la fúnebre base de datos que actualiza la Comisión Europea. Aunque aquí sólo encontrarán estadísticas. Un exceso de números, cuadros comparativos y porcentajes en vez de concienciar quizá nos estén haciendo perder la perspectiva. De momento sólo han funcionado las agresivas campañas de publicidad de los departamentos nacionales de tráfico y las nueves leyes que regulan los permisos por puntos, que ahora comienzan a extenderse por Europa. En 2001, la Comisión europea, aoyada por el Parlamento, decidió tomar cartas en el asunto. El objetivo de su Libro blanco sobre transportes es reducir a la mitad las muertes en carretera de aquí a 2010.

“Se venden puntos a 1.000 euros”

El Reino Unido fue el primero en establecer el carné por puntos en los años ochenta. En Francia se aplica desde 1992, y el primer año se redujeron las muertes en carretera un 5,6%. En Italia se aplica desde el 1 de julio de 2003 y el descenso fue del 3,2% el primer año y del 7,3% el segundo. La Republica Checa ha optado por un sistema similar pero con peores resultados. Los mejores resultados se han producido en Francia, Bélgica y Luxemburgo, que han logrado reducir el número de muertes en un 30% en los últimos cuatro años. Eso significa que en Francia mueren 2.500 personas menos que en 2002.

Algunos países como España parecen haber tomado la carretera correcta. El nuevo permiso de conducir por puntos español está dando resultados bastante esperanzadores. Comenzó a funcionar el mes de julio, y aunque aún no existen estadísticas oficiales, parece que las víctimas se están reduciendo entre un 20% y un 30%.

Dicho esto, las irregularidades siguen siendo escandalosas. La última novedad es la venta de puntos. En España es fácil encontrar en internet, a través de foros, anuncios de muchos buenos ciudadanos dispuestos a hacer negocio. Por mil euros, usted puede comprar un punto, y seguir haciendo el cafre por las carreteras. Esta ilegal transacción es posible porque en muchas ocasiones las sanciones se establecen en base a fotografías o radares, que localizan el vehículo infractor, pero no al conductor.

La Unión Europea “conduce” demasiado despacio

Si los ciudadanos europeos conducen demasiado rápido (una de las principales causas de accidentes), la Unión Europea lo hace demasiado lento, lo cual resulta igual de peligroso. En 2001, la Comisión Europea, con la ayuda del Parlamento, decidió luchar contra la siniestralidad y publicó en su Libro Blanco de Transportes el ambicioso objetivo de reducir a la mitad la cifra de víctimas en la carretera. En 2003, se establecía el Programa de Acción de Seguridad Vial que incluía medidas concretas para lograrlo. Han pasado cinco años y a día de hoy solamente dos directivas han sido propuestas -¡pero no aprobadas! Una establece la obligación para los camiones de adaptar nuevos espejos retrovisores sin ángulos muertos. La otra va dirigida a las administraciones para la gestión de las infraestructuras, introduce procedimientos de evaluación de incidencias, auditorías e inspecciones en las carreteras y autopistas, pero que se aplicarán sólo a las que formen parte de las Redes Transeuropeas de transporte.

Otras medidas que están en marcha son la Carta de Seguridad Vial Europea -una declaración de intenciones hermosas sin ningún tipo de fuerza vinculante - y el Permiso de Conducir Europeo, que se debate desde hace 3 años. Con él, se pretende crear una red para el intercambio de datos sobre los permisos y así evitar que los conductores sancionados puedan obtener uno nuevo carné en otro Estado miembro. La directiva será aprobada antes final de año y se introducirá un nuevo modelo único de permiso para toda la Unión, que podrá tener una validez de hasta 15 años.

Europa no es papá

Aunque aún hay mucho por hacer por parte de las instituciones europeas y de los gobiernos, la culpa no podemos echársela a ellos. Irresponsabilidades como conducir ebrio o no usar el cinturón de seguridad son las principales causas de muertes al volante. Europa no puede conducir por nosotros.

Lea nuestro PANORAMA de iniciativas contra la accidentalidad en la carretera