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El Corredor que hace soñar a Albania

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El Corredor número 8 es una obra que, según la Unión Europea, tiene una segunda finalidad: estabilizar los Balcanes, desde siempre un área peligrosamente inestable.

Hubo un tiempo en que la vía Appia unía Roma con Brindisi. Desde Brindisi, trazando por mar una línea imaginaria, continuaba hacia oriente alcanzando la orilla opuesta del Adriático. A continuación, desde ahí salía la vía Egnazia que desde la actual Durres en Albania, llegaba hasta Grecia. La vía Appia y la vía Egnazia eran los ejes que extendían el dominio militar y comercial de Oriente. Tras veinte siglos, la UE confía en las mismas líneas directrices para hacer más fluido su sistema de transportes y de telecomunicaciones. Lo hace lanzando los "corredores de transporte transeuropeos", que consisten en una red de infraestructuras orientadas a eso que en la jerga técnica se define como “transporte multimodal”, es decir, de mercancías, personas, ideas, fuentes energéticas y bits.

El proyecto

El Corredor número 8 es uno de esos diez “corredores transeuropeos” proyectados para facilitar el intercambio de mercancías, personas, petróleo y otros aprovisionamientos energéticos entre la UE, los Estados balcánicos que se asoman al mar Negro y al mar Caspio, y los Estados de Asia Central. Pero no se trata solamente de recuperar el tiempo perdido, y de superar el retraso económico y comercial de la región. Desde una óptica europea estos corredores servirán también para facilitar la estabilización de un área, desde siempre, peligrosamente inestable.

El Corredor número 8 une el mar Adriático con el mar Negro. Su recorrido empieza en los puertos italianos de Bari y Brindisi, hace escala en el puerto albanés de Durres, para después pasar por Tirana, Skopje y Sofía hasta llegar a los puertos de Burgas y Varna sobre el mar Negro. La realización de esta obra presenta grandes dificultades. Los tramos de carreteras están en su gran mayoría por construir ex novo, y el trazado prevé dos pasajes montañosos entre Albania y Macedonia, y entre Macedonia y Bulgaria, localizados en áreas de difícil accesibilidad. Lo mismo respecto a la línea ferroviaria cortada hoy en dos puntos. Las decadentes infraestructuras del territorio mencionado multiplican, además, los costes y los plazos de realización de las obras.

Desarrollo económico

El optimismo respecto a una exitosa finalización del Corredor número 8, está ligado a su extrema importancia desde el punto de vista energético. De hecho, posibilitaría el acceso, desde el Mediterráneo, a las ingentes reservas energéticas del mar Caspio. No es casual la presencia considerable de inversores americanos interesados en el proyecto. También el gobierno italiano ha mostrado en las últimas semanas un particular interés hacia la obra, ya que vio en la previsible prolongación del Corredor desde Brindisi hasta Bari una oportunidad de desarrollo económico para la región meridional de Italia.

El Corredor número 8 proyectará Albania no solamente hacia los mercados del Este de Europa. La construcción de carreteras, puertos, equipamientos logísticas y servicios complementarios, garantizarán ingentes inversiones provenientes del extranjero. En este sentido, ya se han puesto en marcha sociedades interesadas en la gestión de los gasoductos y de los oleoductos que desde el mar Caspio llegarán a las costas albanesas. Además de ser un buen negocio a corto plazo, el Corredor garantizará las ventajas económicas estructurales que se derivan de la presencia internacional y de los efectos derivados de la mejora de las redes de transporte y servicios internos. Las enormes perspectivas económicas ofrecidas por el Corredor, así como las nuevas espectativas políticas, parecen señalar un cambio de rumbo de la Historia para volver a pasar por Tirana.

...y progreso económico

Por lo tanto, no hay duda de que es una oportunidad histórica para Albania. Desde el punto de vista político, le permitirá salir del aislamiento y asumir un nuevo peso geopolítico gracias al papel estratégico de puente entre Europa oriental y Asia. De hecho, la Comisión Europea considera ligar la construcción de los corredores con toda una serie de reformas estatales internas.

En concreto, la materialización de los Corredores se confiará a los Estados afectados geográficamente que firmaron un Acuerdo Marco. Los proyectos pueden prever tanto la reestructuración de infraestructuras ya existentes como la construcción de otras nuevas, y pueden disfrutar tanto de financiación pública como privada. La capacidad de los Estados afectados en la movilización de recursos y en garantizar un orden político-administrativo, es fundamental para atraer las inversiones.

Por lo tanto, se acerca para Albania el tiempo de las reformas y de la integración a la Unión Europea.

Translated from Corridoio 8: il sogno albanese