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El carnaval de Pernik, en Bulgaria, ahuyenta a los malos espíritus
Published on February 18, 2010
A unos 20 kilómetros de Sofía, en la pequeña ciudad industrial de Pernik, cada año, el último fin de semana de enero, se ahuyenta a los demonios con máscaras de animales salvajes y el sonido de unas campanas (enormes). Este peculiar desfile se llama ‘Kukeri’. Fotorrelato de una francesa en el mundo
A pesar de que mucha gente de la capital búlgara no conozca este festival internacional, el fin de semana de las mascaradas de Pernik siempre es todo un éxito. Se trata del evento cultural más importante de la región balcánica: una tradición búlgara que se celebra en honor al dios Dionisio, divinidad del vino y del placer. El tren en el que me encuentro está abarrotado de gente pero, una vez en la estación, todo el mundo se baja y la ciudad que, minutos antes parecía desierta, se llena de gente
(Fotos: Caroline Salamone)
Muchos lugareños ya están en la plaza mayor de Pernik y entran en calor bebiendo las primeras copas de vino, vodka o rakia (un aguardiente búlgaro). El lugar tiene un aire más bien frío y gris: los grandes edificios de hormigón nos recuerdan su pasado soviético
(Fotos: Caroline Salamone)
Los grupos de bailarines, con sus disfraces de piel de animal doméstico o salvaje, ya están listos para el Kukeri. Para entrar en calor antes del desfile, los bailarines van dando pequeños saltos. Llevan unas campanas enormes atadas a sus cinturas. Se supone que con ellas van a ahuyentar a los malos espíritus
(Fotos: Caroline Salamone)
Esta tradición es una antigua festividad pagana. Es tan antigua como el 'carnaval' pues, de forma simbólica, la gente acoge lo nuevo, el renacimiento de la naturaleza y la llegada de la primavera –deseando que las cosechas sean buenas y que ellos puedan vivir muchos años más. Cuando los comunistas llegaron al poder, prohibieron estas celebraciones. En 1966, el régimen soviético recuperó la tradición con el objetivo de rescatar todas las fiestas tradicionales precristianas (para reencontrar “la cultura de las raíces”).
(Photos: Caroline Salamone)
Hoy en día, se ve de todo en el desfile: máscaras tradicionales, travestís, soldados… En total, en este pasacalles, que también es un concurso, desfilan 5.000 bailarines. Compañías europeas, africanas, o incluso asiáticas se desplazan para la ocasión
(Fotos: Caroline Salamone)
Todas las generaciones participan en esta fiesta y cada una de ellas transmite a las otras lo que cree conocer del folclore. Al acabar el día, todo el mundo forma parte del ambiente festivo
(Fotos: Caroline Salamone)
Translated from Chassez les mauvais esprits au carnaval de Pernik en Bulgarie
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