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El antisemitismo, ideología de la desesperanza

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Default profile picture marisa vega

Algunos jóvenes musulmanes de las afueras de París ven reflejada su precaria situación en la causa palestina, y proyectan su desidia en actos antisemitas.

Años 80: En esas fechas, los árabes y judios de Francia desfilaban juntos en las calles para luchar contra el racismo y la discriminación en el seno de SOS racismo, de la Liga contra el racismo y el antisemitismo (Licra), del Movimiento contra el Racismo y por la Amistad entre los Pueblos (MRAP), y otras asociaciones multicomunitarias. 20 años mas tarde, los años «colegas» han caducado y en las afueras de París, donde convive una importante comunidad judia y arabo-musulmana, arden las sinagogas en Creteil y las escuelas judias de Gagny. No se puede negar, y es lo que sin duda subraya el informe del EUMC*, que no se trata de casos aislados cometidos por la extrema derecha, sino mas bien por jóvenes, árabes o magrebíes, musulmanes en todo caso. Ello ha provocado una mayor tensión entre ambas comunidades, y se ha dado un carácter confidencial a dicho informe.

Sí, en Francia, existe una nueva judeofobia, esta claro, exportada por el conflicto israelo-palestino, que ha transformado los colegas en hermanos enemigos. Sin embargo, ahí donde el informe podría haber sido mas legible para alguien no muy conocedor del tema, hubiera sido subrayando que no se debe ver todo a través de un prima religioso. Primero porque es falso, y además porque no hace mas que reforzar los antagonismos. Las conclusiones de un informe de la policia, citado en el dossier del EUMC, son elocuentes. Basándose en el interrogatorio de 42 sospechosos de origen magrebí o norteafricano, pone en evidencia que se trata efectivamente de delincuentes sin ideologia, motivados por una hostilidad hacia Israel, exacerbada por la representación mediatizada del conflicto de Oriente Medio, un conflicto en el que ven reproducida la imagen de exclusión y fracaso del que se sienten víctimas en Francia.

David contra Goliath. Piedras contra tanques, una imagen que pasa en bucle en las televisiones francesas. ¿Cómo no se van a identificar esos jóvenes con los palestinos, de quienes se sienten tan cercanos? Recordemos que en Francia ni siquiera disponen de un lugar dedicado al culto, que su horizonte es la vivienda social y que sus vecinos judíos viven en mejores condiciones. Francia acoge las comunidades musulmanas y judias mas importantes de Europa. Para ellos, judío es sinónimo de dinero. En Sarcelles, el barrio judio se conoce como Beverly Hills. En la facultad de Creteil, para los estudiantes «los judios son quienes manejan la pasta». No se puede subestimar el conflicto de clases en el antijudaísmo.

De hecho, cuando se es joven, como buena parte de los musulmanes en Francia, y se prepara una conciencia politica, resulta necesario identificarse con un modelo. Los modelos llegan del exterior, y como para algunos lo es Che Guevara, para ellos es Ben Laden, o los palestinos; la guerrilla urbana –sobre todo cuando en los barrios de las afueras existe una apología de la violencia y de la fuerza- pero sin comprender realmente cuales son los objetivos. Es necesario evitar el paradigma comunitario y entender que la violencia no es de una comunidad hacia otra, sino entre individuos.

Debemos parar de poner etiquetas y mezclarlo todo: es precisamente la lógica del antisemitismo.

Mucho más peligroso es el acercamiento entre los integristas y la extrema derecha, sobre todo en la promoción del negacionismo. Roger Garaudy, convertido al islam, beneficia de un cariño sin equivalente en Oriente Medio. Su libro Los mitos fundadores de la politica de Israel, le ha valido poder ser recibido por el presidente iraní Khamenei, y haber sido invitado a los salones literarios de El Cairo, y en Francia Tariq Ramadan** se manifiesta hoy como su más ferviente admirador, al menos así se afirma en Liberation…

El peligro es más bien la banalización del antisemitismo, sobre todo al infiltrarse en el campo político, cuando la crítica de Israel se vuelve a veces la crítica de lo propios judíos. A través del anti-sionismo por parte de la extrema izquierda y los movimientos altermundialistas, no es de extrañar que la única causa denunciada sea el lobby judio, ese gran capitalismo, de forma casi obsesiva, mientras que entre los más moderados se piensa a menudo que entre Israel y Francia, el judío elegirá siempre Israel.

Desde este punto de vista, la comunidad judia, antes de decir que «los árabes no nos quieren» debería evitar responder con la denostación y condenar los actos que van en el sentido de los prejuicios antisemitas, como la postura de Serge Klarsfeld (2), que lanzó : «Francia no necesita particularmente a los judios, del mismo modo que los judios tampoco necesitan a Francia», y la actitud de su hijo Arno que cuando fue a hacer su servicio militar en el ejercito de Tsahal, no dudo en cambiar sus patines por un carro de asalto israelí.

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*European Monitoring Centre on Racism and Xenophobia (Centro Europeo de Vigilancia del Racismo y la Xenofobia). Ver el artículo de Martin Schneider.

**Teólogo musulmán que ha sido objeto de controvesia relativa a su antisemitismo

(1) En el Nouvel Observateur, 24 enero 2002, « Juifs et Arabes en France », Claude Askolovitch y Marie-France Etchegoin

(2) En Le Monde, 7 enero 2004, « Les juifs français et la France : une autre vision» Philippe Hart

Translated from L'antisémitisme, idéologie du désespoir