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El aeropuerto de Schönefel despliega sus alas

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Default profile picture Raquel Pascual

BBI, tres letras para el Berlin Brandenburg International, el futuro gran aeropuerto de la capital alemana. De aquí a 2011, el emplazamiento de Schönefeld, modernizado, habrá absorbido todo el tráfico y unirá por primera vez Berlín con todos los continentes.

Antje, de 28 años, con destino a EE UU, es una joven viajera berlinesa al borde del ataque de nervios. "Realmente ya es hora de que Berlín tenga un verdadero aeropuerto. Nos faltan vuelos de largo recorrido directos y no hay suficiente espacio en Tegel”, advierte la joven. “Es muy simple: la última vez que volé a Turquía, estaba a dos pasos del avión para el control de pasaporte, así de taponado estaba el espacio. Y si hace falta ir en tren hasta Düsseldorf o Fráncfort para viajar, no vale la pena viajar."

Berlín es la metrópolis europea más subequipada en materia de transporte aéreo. La capital alemana atrae a visitantes del mundo entero y, sin embargo, solo Continental y Delta Airlines propusieron recientemente las únicas conexiones intercontinentales, con dirección Nueva York. El primer vuelo sin escala regular a China acaba de ser inaugurado. Eso sin hablar del resto de Asia, África o de Oceanía.

Para Sony, no hay vuelos a Tokio

Para los viajeros de largo recorrido o los hombres de negocios, no hay alternativa más allá de un pasaje a Düsseldorf, Fráncfort, Múnich, o incluso Varsovia o Praga. La multinacional Sony, que instaló su sede europea en Berlín en los años 90, acabó yéndose de puntilla, por la falta de conexión aérea entre Berlín y Tokio. 

Todo debería cambiar en 2011. En esta fecha entrará en servicio el Berlin Brandenburg International (BBI), una versión agrandada y modernizada del actual aeropuerto de Schönefeld. Este lugar en el sudeste de la ciudad, ha recibido hasta ahora casi seis millones de pasajeros por año. Suplantará a Tempelhof (630.000 pasajeros por año) y Tegel (12 millones de pasajeros por año), que serán cerrados. 

Michael Künzel, responsable del departamento de urbanismo del Senado de Berlín, estima que “el BBI es la etapa más importante de la historia de Berlín desde la reunificación. No tenemos un aeropuerto que nos permita hacer un salto a la vez cuantitativo y cualitativo. BBI va a hacer de Berlín un emplazamiento aeroportuario moderno, adaptado tanto a las compañías baratas como al tráfico de largo recorrido”.

Como agua de mayo para el empleo

De aquí a 2011, la única pista existente de Schönefeld será prolongada. Una segunda será construida, así como una terminal nueva. 600 millones de euros se invertirán en una estación subterránea. Las autoridades berlinesas prevén que BBI acogerá entre 22 y 25 millones de pasajeros en 2011, y cerca de 40 millones a largo plazo. “Nuestros modelos son los aeropuertos de Ámsterdam y de Copenague” puntualiza Birgit Steindorf, responsable del desarrollo económico en Berlin Partner, la agencia encargada de las actividades económicas que rodean al nuevo aeropuerto. “Si hay líneas internacionales, una región gana en atractivo. Todavía tenemos de tres a cinco años por delante, pero los empresarios ya se están instalando aquí desde hace meses”.

En una región golpeada por un paro del 17%, son casi 40.000 empleos los que podrán ser creados en el horizonte de 2012. Una verdadera bocanada de oxígeno. “Se considera que un empleo creado en un aeropuerto genera entre 1,87 y 1, 9 empleos en los alrededores”, calcula Brigit Steindorf. Un desarrollador de proyectos británico acaba de comprar decenas de hectáreas para instalar oficinas y una plataforma logística para los empresarios. La agencia Berlin Partner también pone grandes esperanzas en el desarrollo de Aldershof, el parque tecnológico de Berlín, que normalmente acoge actividades de investigación de la industria óptica y solar. A largo plazo, es todo el corredor ciudad-aeropuerto en el sudeste de la ciudad el que debería ser dinamizado.

Demasiado grande, demasiado caro ¿ya desbordado? 

Sin embargo, el proyecto BBI ha entrado estos últimos meses en una zona de turbulencias. Su legitimidad se ha visto fuertemente cuestionada. “La campaña contra el aeropuerto de Tempelhof  y el referéndum que le ha seguido han causado perjuicios al proyecto de gran aeropuerto”, reconoce Rainer Schwarz, director ejecutivo de Berlin-Brandenburg Flughafen.

Muchos especialistas del mundo aéreo estiman que BBI llega demasiado tarde. “Demasiado grande, demasiado caro, será demasiado viejo en 20 años”, así lo expresó John Kohlsaat, director de EasyJet Alemania. Las numerosas compañías de vuelos baratos que comunican Berlín (Easyjet, Germanwings, Air Berlin, Blue Air…) temen una pérdida de tiempo en las rotaciones y tasas de explotación exorbitantes. Sin embargo, los estudios prevén que en 2011, alrededor del 70% de los pasajeros berlineses viaje en vuelos baratos.

Militantes anti-aeropuerto

Las restricciones de vuelos de noche, entre las 22 h y las 6 h, inquietan mucho a las dos principales compañías alemanas, Lufthansa y Air Berlin. “No será un aeropuerto que integre tráfico de mercancías y de pasajeros”, comenta Brigit Steindorf. “Los operadores como UPS no podrán intervenir”. En comparación con la competencia, BBI llega quizá “demasiado tarde”, teme Martin Gaebges, secretario general de la BARIG, la asociación de compañías aéreas activas en Alemania. 

En el Senado de la región de Berlín, Michael Kunzel se muestra confiado. “Entre 1989 y 2011 solo hay 21 años, es un plazo más bien corto para el desarrollo de un aeropuerto. Miren qué ha pasado en Múnich: la decisión de un nuevo aeropuerto se tomó por una catástrofe en 1958, la apertura tuvo lugar 35 años más tarde”. Para conveniencia de las iniciativas cívicas anti-aeropuerto, queda saber si los berlineses estarán preparados para renunciar a la calidad de vida casi insular de su grande pero tranquila capital.

Translated from L’aéroport de Schönefeld déploie ses ailes