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Efectos especiales: ¡Hay truco!

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Cultura

Crear efectos especiales en 3D o resucitar actores muertos. En el cine, nada es imposible.

Uno de los tentáculos de la barba de David Jones, héroe de la película Piratas del Caribe, se mueve haciendo aspavientos y se hiergue sin el menor aviso. “Estoy bastante orgulloso de este detalle”, afirma Geoff Campbell, miembro de la sociedad Industrial Light & Magic (ILM para los amigos), la célebre compañía de efectos especiales fundada por George Lucas en 1975. El técnico, o mejor dicho, el “escultor de imágenes”, como le gusta designarse, miembro de la cuadra del padre de Stars Wars, está particularmente orgulloso de su criatura: este pirata mitad demonio, mitad pez, dio mucha guerra a Johnny Depp en la segunda parte de Piratas del Caribe.

Pinturas y esculturas hechas de píxeles

Un arranque rápido, una patada nítida, y el balón lanzado por Maradona choca contra una botella. El “pibe de oro”, para el que nada era imposible, aparece así en la última película de Marco Risi, La Mano de Dios (2006), que relata la vida deportiva y privada del campeón argentino.

Paolo Zaccara, de la sociedad italiana Proxima, que realizó los efectos especiales de esta película, revela su secreto, mientras las imágenes de los bastidores desfilan detrás de él, mucho más elocuentes que un millar de palabras: “El actor disparó la pelota al azar y la botella cayó como si el chut hubiese acertado”.

Podremos descubrir muchos otros trucos de numerosos largometrajes en el Festival de cine futurista de Bolonia, un evento dedicado a los efectos especiales en el mundo cinematográfico y cuya próxima edición se celebrará del 15 al 20 de enero de 2008. A diferencia de su colega americano, Zaccara se define como un “pintor”.

“El estilo cinematográfico europeo es bastante estático”, explica, “hay poca acción, lo que le da más importancia a los detalles; la imagen se queda mucho tiempo en la pantalla”. Aquí, la utilización de los efectos especiales se ve, a menudo, limitada a la limpieza de las escenas y a la adaptación de los colores y la luz.

“El truco es perfecto cuando no se ve”, precisa. N, una película realizada en 2006 por Paolo Virzi, es un ejemplo: para recrear un lugar tal y como era en la época de Napoleón, se colocó una verja en segundo plano para disimular todos los edificios modernos y las obras, el resto ha sido borrado a base de píxeles. ¡Basta con multiplicar el número de extras, o volver más calurosa la luz del día, “¡y voilà!”. Hay trucos, pero el espectador sólo ve fuego.

Es dificil hacer realidad los sueños

No hablamos mucho de ciencia ficción, de cine fantasía o de películas de acción sobre el Viejo Continente. Son, sin embargo, los géneros que mejor se adaptan a las múltiples posibilidades de los efectos 3D. Ahora bien, para Paolo Scarpinato, que trabaja en Ubik, la sociedad que creó los efectos visuales de la última película de Roberto Benigni El tigre y la nieve(2005), “es imposible encontrar el presupuesto necesario para este tipo de producción”.

Su sueño es Jacob, un cortometraje realizado en su totalidad en 3D y destinado a un público adulto. Fue de festival en festival, y encontró a muchas personas interesadas en su proyecto, pero a nadie para producirlo. Zaccara corrobora a Scarpinato: “Italia le consagra un culto ciego e ilimitado a cualquier productor internacional para obtener financiación”. Sin embargo, la industria es como una pescadilla que se muerde la cola: al no estar representada en el mercado internacional, se ve forzada a disminuir sus ambiciones, lo que le impide al mismo tiempo producir películas competitivas. Y es que, sin estas producciones rentables, no encuentran fondos.

Por otra parte, el mercado europeo en su conjunto no tiene apenas ambiciones o sueños en el ámbito de los medios audiovisuales. “No hay nada que hacer en Francia, el mercado está muy protegido en Reino unido y Alemania, España aún se encuentra en sus primeros balbuceos, mientras que Italia no protege ni exporta sus películas”, explica Zaccara. “Las posibilidades son mucho más restringidas para un pequeño país que aspira a la coproducción internacional.”

Todo es posible, incluso para los que ya no pueden rodar

Las escasas ayudas financieras tampoco le bastan a Geoff Campbell. Este “escultor” estadounidense es un especialista de las expresiones faciales y de los movimientos de la boca. Su trabajo con Davy Jones es prodigioso. Los movimientos de la lengua, la respiración: nada se deja al azar. Hay que tener en cuenta hasta los diferentes acentos de los protagonistas porque “un escocés no moverá la boca de la misma manera que un australiano”.

En cuanto al futuro, la mirada de Campbell está puesta en el último desafío de los efectos especiales: hacer actuar a actores fallecidos, como por ejemplo Marlon Brando en Superman Returns (2006). En este caso, se han utilizado imágenes de archivo, pero ¿podríamos llegar a ver algún día una película con James Dean recreado completamente por ordenador?

De momento, si el gigante americano excluye tal proyecto, no es por razones económicas o técnicas. “Es del todo posible hacerlo, aunque depende de la puesta en escena, de la voluntad y del buen gusto”, explica. Sin embargo, “para los actores fallecidos, podemos tener problemas legales con los poseedores de sus derechos de imagen”. Eso sí, ¿quién ha dicho que en Hollywood algo sea imposible?

Translated from Il trucco c'è, ma non si vede