Desde Barcelona hasta Tailandia: un aprendizaje vital
Published on
Miles de europeos han abandonado sus países de origen como consecuencia de la crisis económica de los últimos años. En esta ocasión, conocemos la historia de Sandra que decidió arriesgarse a dejar su Barcelona natal para marcharse a Chiang Mai, al norte de Tailandia. Una aventura que, como describe, no está exenta de problemas y dificultades
Según los datos de migración del Banco Mundial, casi dos millones de personas se han ido de España entre 2010 y el 1 de julio de 2014, por efecto de la crisis europea. Un fenómeno que, sin embargo, no sólo ha afectado a España ya que, en el mismo período, Francia registró 649.998 migraciones hacia el extranjero, Alemania 549.674 e Italia 900.000, por citar sólo algunos países.
Sandra tiene 43 años, quedamos en una cafetería del centro histórico de la ciudad para realizar esta entrevista. Vino a Tailandia hace ya más de un año, concretamente a Chiang Mai desde Barcelona, su ciudad natal. No tiene reparos en explicar los problemas y las dificultades que atravesó hasta conseguir adaptarse a una cultura totalmente diferente. Después de hablar con ella, parece ser que no todo es tan fácil como nos muestran en diferentes programas de televisión, como por ejemplo en Españoles en el mundo, de Televisión Española, donde siempre aparecen expatriados contando lo bien que les va y lo contentos que están de haber dado el “gran paso”. En definitiva, la suerte y tu esfuerzo son los que tienen la respuesta a la pregunta de cómo te ira si decides dar el gran paso.
Cafébabel: ¿Por qué decidiste marcharte de España y venir hasta Tailandia?
Estaba muy cansada de ver día tras día la precaria situación laboral de mi país debido a la crisis y observar de primera mano cómo la gente se iba quedando sin trabajo. Gracias a Dios yo tengo un empleo en España, en un Centro de salud de Atención primaria. Solicité una excedencia voluntaria para poder venirme a vivir aquí y desconectar de la triste realidad que vive el país. Tailandia me pareció un lugar que cumplía muchos de los requisitos que yo me había marcado para vivir durante un tiempo. Admiro la alegría de la gente, su carácter y su sonrisa perpetua.
Cafébabel: ¿Conocías Tailandia con anterioridad?
Sí, ya había venido de vacaciones en tres ocasiones. Al haber estado con anterioridad supongo que ya venía un poco preparada. Aún así, llegué con el dinero que tenía ahorrado para estar seis meses y la verdad es que hora no le recomendaría a nadie que diera el paso con tan poco. Como mínimo tienes que calcular los gastos mensuales y traerte dinero para estar al menos un año sin preocupaciones.
Cafébabel: ¿Dónde te alojaste al llegar y cuánto te costó? ¿Tuviste alguna dificultad por ser extranjera para encontrar un sitio?
Nada más llegar a Chiang Mai me alojé en un albergue durante unos días mientras buscaba un estudio barato para alquilar por unos meses. Si no recuerdo mal, los diez días me costaron unos 150 euros. Hay muchísima oferta y te vuelves un poco loca recorriendo la ciudad. Por lo demás no tuve ningún problema, sólo me pidieron una garantía de 1 mes.
Cafébabel: ¿Cómo está el tema del trabajo para extranjeros? ¿A qué te dedicas aquí?
Fatal. En Tailandia un extranjero no puede realizar el trabajo que pueda hacer un tailandés. Si alguien de fuera quiere montar una empresa aquí, tiene que tener un socio tailandés y este socio poseerá el 51 por ciento de las acciones de la empresa.
Actualmente intento ganarme la vida dando clases de español para extranjeros. También hago consultas de homeopatía a pacientes a través de internet. Al ser el coste de la vida más barato comparado con Europa, de momento voy pasando el día a día sin demasiados apuros. Pero no es fácil, ya que debes marcarte un presupuesto diario e intentar no superarlo.
Cafébabel: ¿Qué consejos le darías a alguien que quiera buscarse la vida en Tailandia?
¡Ufff! Es una pregunta compleja pero yo diría que sobre todo tener mucha paciencia, una buena preparación académica y un nivel alto de ingles.
Cafébabel: ¿Has sentido alguna vez que te discriminen por ser de fuera?
¡Sí, la verdad! En el primer contacto con la gente te da la sensación de que te ignoran porque te ven como a un turista más que no habla su idioma y que dentro de unos días ya no estará por aquí. No pierden el tiempo contigo y no se esfuerzan mucho. A su favor también tengo que decir que una vez te conocen eso cambia.
Cafébabel: ¿En qué crees que europeos y asiáticos nos diferenciamos más?
Generalizando un poco, en el estilo de vida y en la competitividad. En el trabajo no hay tanta competencia entre los compañeros. En Europa nos enseñan a trabajar en equipo a través de cursos, en cambio aquí lo enseñan desde el colegio. A los europeos nos han inculcado que hay que formar una familia, comprarte una casa y trabajar el resto de tu vida para aparentar que posees lo mismo que tus amigos o el vecino. Ellos, en cambio, se conforman con poco.
Cafébabel: ¿Qué has aprendido de Tailandia en este tiempo?
Lo primero que es muy diferente venir de vacaciones a disfrutar y a conocer el país, que vivir aquí. He aprendido a ser mas humilde y a valorar mucho más las cosas que tengo.